Conaprole y su dictadura sindical

  • Facebook
  • LinkedIn
  • Twitter
  • Email

Alberto Rodríguez Genta | Montevideo
@|Ya son demasiadas las veces tolerables que podemos permitirle abusos a una organización sindical. Y nunca, nunca jamás, cuando el trabajo de los productores, el destino de la producción y aún el interés social mayoritario del país, estén en riesgo de colapsar. Y esto es lo que, una vez más, está ocurriendo en el vital sector de la producción lechera del Uruguay.

Conaprole, nuestra empresa láctea cooperativa, admirada y reconocida a nivel regional por sus niveles de gestión, está una vez más jaqueada, al servicio de los caprichos de quienes siendo sus primeros beneficiarios -los miles de empleados que allí trabajan obteniendo beneficios laborales inmejorables -en lugar de honrarla y defenderla protegiendo su propia existencia personal y familiar, pretenden hacerla rehén de inexplicables autoritarismos sindicales.

Gabriel Fernández, presidente de la cooperativa, denunció que la empresa perdió (a causa de este último conflicto sindical) la venta de 1,5 millones de litros de leche larga vida en tres semanas e incumplirá contratos de exportación. “Ninguna empresa puede trabajar en paz en estas condiciones”, aseguró. ¿Qué tal? ¡Los uruguayos aún nos podemos dar estos lujos! Y luego de señalar que los productores vienen de una situación complicada por la sequía (el Instituto Nacional de la Leche (Inale) evaluó las pérdidas en el sector lechero en más de ¡US$ 100 millones!) admitió, además, que días atrás hubo que derramar “4.000 o 5.000 litros de leche en algún tambo, porque no fue recogida en tiempo y forma”.

¡Mi Dios! ¡En momentos en que millones de seres humanos desalojados de sus países por pobreza alimentaria extrema no tienen un mínimo alimento, los orgullosos y combativos uruguayos nos damos el lujo de tirar nada menos que miles y miles de litros de leche!

¿Y cuál es el problema? El inconcebible motivo del conflicto es la cantidad de personas vinculadas al manejo de una nueva envasadora que se importó, tras haberse discontinuado el uso de dos de más de 30 años, “que trabajan con envases viejos” y eran “muy ineficientes”. ¡Y el sindicato pretende, autoritariamente, que permanezcan en ese manejo 32 personas cuando la empresa propone sean solo las necesarias, 22 o 23, y el resto se reubique en otras labores que ya han realizado!!!

¿Ustedes, o yo, podemos aceptar algo tan ridículo como que la empresa no pueda tener suficiente autoridad para decidir invertir en mejorar sus procesos productivos, por algo tan menor como la reubicación de unos pocos empleados muy bien remunerados? Y cuyas remuneraciones superan, incluso, a las recibidas por muchos de los pequeños productores rurales que trabajan diariamente, contra sol, lluvia, frío, calor o inclemencias sindicales; porque nuestras nobles y meritorias vacas lecheras -por motivos de salud - no acatan medidas sindicales. ¿Deberían estar, acaso, las vacas lecheras afiliadas al Pit-Cnt?

¿Ustedes se imaginan si nuestras vacas lecheras conjuntamente con sus propietarios, decidieran hacer un paro, una huelga, un lockout patronal o lo que fuera? Te doy treinta días para aguantarlo; después hablamos. ¡Pero sobre estos abusos no se pronuncia el Frente Amplio, hoy franquicia del Pit-Cnt, porque para ellos los productores rurales no son obreros ni trabajadores, son simplemente explotadores. ¡Explotan a las vacas, claro!

Y por ello, yo propongo hacer un sindicato de vacas lecheras que -teniendo personería jurídica - decidan cuándo los trabajadores de Conaprole cobrarán sus sueldos y sus beneficios familiares. ¿Qué tal? ¿La ordeñamos?

Ver las últimas noticias