Publicidad

Candidato

Compartir esta noticia

Un valiente

@| No tengo el nivel profesional y el conocimiento de los columnistas que habitualmente hacen sus aportes en este medio, simplemente soy un ciudadano que ha obtenido formación a través de experiencias laborales y empresariales con aplicación de conductas administrativas.

Me he puesto a pensar como habría orientado los ingresos y como habría manejado el presupuesto y la deuda de un país chico y con un mercado igualmente chico. Las deudas generan interés, por más bajo que éste sea es un peso en los ingresos, así que una parte hay que destinarlos a bajar deuda. Si los ingresos aumentan se mantiene la proporción. Por ejemplo, si uno no paga el total de los consumos de la tarjeta de crédito, comienzan los intereses y se hace cada vez más difícil saldarla.

Si se toma deuda, tendría que ser a cuenta de inversiones con mayores retornos que permitan pagar la nueva y seguir manteniendo la amortización de la anterior.

Pero hemos visto lo contrario, mayores ingresos por ciclo económico favorable pero a su vez aumento de deuda, algo ilógico, para pagar mayor presupuesto y en gastos “duros” como son salarios, no solo aumentos de sueldos sino también por mayor plantilla. Todo bien con el despalanque de la deuda en dólares con respecto a nuestros ingresos en pesos, pero en los últimos años nos ha jugado en contra, la deuda en dólares ha resultado mucho más barata.

Lo que se transmite es, las deudas no se pagan, sigan tomándolas para vivir. Consigan un Empleo Público de los que están dando, nadie los tocará y trabajarán a medio ritmo porque si se esfuerzan los aplacarán para justificar las vacantes.

Por el lado Empresarial no hay una buena, todas las decisiones son de apriete, nueva incongruencia con lo que hace el gobierno.

Estamos ante una “necesidad” de tener mayores ingresos permanentemente, vía recaudación y/o tomando nuevos préstamos. Es decir que en esta senda nunca más habrá baja de Iva, Irae, Imeba, Irpf, Iass, Tarifas, etc., todo lo que alguien espera para animarse, no sólo por lo psicológico, sino también para dar el paso adelante a nivel familiar o empresarial.

Lo que se necesita es el valiente que no piense en votos y meta mano con lo correcto por encima de lo políticamente correcto, no puede ser que tengamos una relación de empleos públicos tremendamente superior a otros países o ciudades que tienen nuestra misma cantidad de habitantes, no puede ser que tengamos una refinería ineficiente en calidad de combustibles y que todavía sean más que caros que importarlos, no puede ser que sí tenemos una generación de energía acorde, las tarifas no se bajen para aportar al estado. La generación de empleo tiene que venir de alguien que pueda extrapolarlo hacia mercados con mayor escala y nosotros dar servicios y mano de obra calificada, el costo fijo de producir para vender a Uruguay solamente, es inviable.

Es un cambio cultural profundo, jorobado de llevar adelante porque el que se anime nunca sabrá si es el momento indicado de comenzar, pero si lo logra revertirá todo lo negativo en votos que podría haber arriesgado al principio, porque los uruguayos no somos ignorantes y podemos valorar que cuando la prosperidad llega por cuenta propia, dignifica.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad