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En la otra orilla

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JULIA RODRÍGUEZ LARRETA
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En la otra orilla la cosas se han calmado temporariamente. La inflación se ha reducido, la actividad económica ha mejorado algo y la paridad del peso con el dólar está estabilizada.

Esta situación, de prolongarse, favorece al gobierno. La audaz jugada de Cristina Fernández (CFK) de escoger al desprestigiado Alberto Fernández para encabezar su fórmula, ella como vice y él como candidato a presidente del "Frente para Todos", fue creativa. Si logra ganar, se puede olvidar de los juicios que la acosan; proteger la inmensa fortuna acumulada por ella y su marido, amparar a sus hijos y a quienes le convenga. Pensará por lo menos, en cogobernar ya que tiene los votos, además de la ambición para hacerlo.

Mauricio Macri neutralizó parcialmente la maniobra. Quitó algo de viento a las velas del frente K al incorporar a Pichetto, un prestigioso senador peronista, a su fórmula buscando abrir las puertas a los disidentes para incorporarlos al cambio. Veremos a cuantos puede abrazar. Massa ya se alineó a la formula Fernández-Fernández, junto a todos los gobernadores peronistas salvo Schiaretti (Córdoba) que se declaró neutral. La gran mayoría de los intendentes también se están formado detrás de CFK. La lealtad al líder peronista es más que una característica del movimiento. Es un hecho cultural muy difícil de combatir.

Los tiempos aprietan. El 11 de agosto son las PASO o elecciones internas de los partidos o coaliciones. En la práctica no sirven al objetivo inicial pero sí como una masiva encuesta de intención de voto. ¿Cuál es el peligro? Que el Frente de Todos, de Cristina, movilice un caudal importante de votantes. Tienen mucho dinero, medios de difusión, una organización partidaria bien aceitada, provincias que dominan completamente y para rematar, pocos escrúpulos. Intentarán ganar.

Para lograrlo, nada más fácil que desestabilizar al país antes de las PASO y ciertamente, luego de ellas si muestran en esa gran encuesta, posibilidades de ganar. No necesitarán hacer mucho los del Frente. “Ipso facto" habrá una reacción negativa en los mercados que hará subir el riesgo país, el precio del dólar, (el termómetro sudamericano) y muy rápido se verá un rebrote de inestabilidad que, dicho sea de paso, afectará el precio de los comestibles y las futuras perspectivas económicas.

Hoy existe la esperanza de que Macri pueda llegar a ser reelecto, aunque sea por un pequeño margen. Si se llegara percibir su derrota, los comerciantes rápidamente subirán los precios, los industriales ajustarán sus planes, los bancos tomarán recaudos para contener una posible corrida y se paralizará el crédito interno y externo. La gente comenzará a ponerse más líquida y si es posible, pondrán algo más de sus ahorros a buen resguardo. La memoria del "corralito" todavía está fresca.

Algún coletazo recibiremos aquí, en nuestro país, a la corta o a la larga.

Si se arma una crisis como la descrita, vendrá acompañada de manifestaciones y disturbios para los cuales los peronistas tienen gran gimnasia. En este estado, será fácil atribuirle a Macri que no sabe o no puede gobernar. El escenario político para la primera y segunda vuelta sería poco auspicioso para "Juntos para el Cambio".

Macri lleva a cuestas una gran responsabilidad por como llevó adelante sus dos primeros años de gobierno. Su estilo de comunicación falló. No hubo comprensión tácita de la gente como pretendía. No le avisó al pueblo sobre la real situación, no quiso o pensó inútil explicar en qué estado tomó las riendas del país. Por ejemplo, que menos de 8 millones de argentinos trabajan para mantener a 34 millones que dependen directa o indirectamente del Estado (gobierno Nacional y Provincias) mediante dádivas diversas. Subsidios, planes (no) trabajar, jubilaciones y montones de funcionarios. La ecuación no da. Quiso atraer inversiones. Arregló el "default". Reorganizó el Indec (las estadísticas oficiales dejaron de mentir).

No había energía eléctrica para lanzar la industria y se importaba cada vez más petróleo y gas teniendo "Vaca Muerta", el segundo yacimiento (Venezuela tiene más) no convencional, mayor del mundo. Pero había que extraerlo, traer tecnología ajustar tarifas, negociar con los gremios que paralizaban la inversión. Reorganizar a la expoliada YPF, etc. y además vinieron dos años de tremenda sequía. Se dejó de robar a mansalva. (Algo es probable que siga sucediendo pero no será ni por asomo lo que ocurrió durante los años kirchneristas). La Justicia ha empezado a funcionar, temerosa y lentamente, aunque las mayorías peronistas no han aprobado leyes propuestas como la de “pérdida de dominio" que agilizaría la restitución de bienes fraudulentamente obtenidos, como en Brasil.

Cambiar una cultura es una tarea ciclópea. La Argentina, básicamente peronista es la única economía avanzada del mundo que retrocedió por caída de ingresos de su población. ¡Algo increíble para un país que lo tiene todo! Sustituir el modelo es a lo que aspira el ingeniero. Le deseamos suerte. Además estamos en el mismo vecindario y nos vamos a beneficiar si lo logra. Pero para que continúe la posibilidad del cambio, Macri-Pichetto deben triunfar en las PASO, el 11 de agosto.

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