En política, como en el futbol, el cuadro que tiene la iniciativa domina el partido. No quiere decir que gane: eso se verá. Pero está en mejor posición. El Partido Nacional tiene actualmente la iniciativa: el Frente Amplio se defiende, responde. La respuesta defensiva más notoria del Frente se concretó el domingo pasado cuando designaron a Sendic como complemento de la fórmula con Tabaré Vázquez. El candidato a vice del Frente Amplio lo puso el Partido Nacional.

En política, como en el futbol, el cuadro que tiene la iniciativa domina el partido. No quiere decir que gane: eso se verá. Pero está en mejor posición. El Partido Nacional tiene actualmente la iniciativa: el Frente Amplio se defiende, responde. La respuesta defensiva más notoria del Frente se concretó el domingo pasado cuando designaron a Sendic como complemento de la fórmula con Tabaré Vázquez. El candidato a vice del Frente Amplio lo puso el Partido Nacional.

Quien tiene la iniciativa política es quien define el campo de juego; casi diría es el que le da nombre al juego. El juego electoral para los próximos comicios podía haber tenido otros nombres pero el que tiene es: lo joven, nuevo y renovado contra lo viejo, usado y reiterado (o equivalentes). Y esa definición, que determina todas las estrategias, la impuso el Partido Nacional. A eso tuvo que responder el Frente para no quedar fuera del juego. Tuvieron que adjuntarle a Vázquez —el candidato más viejo, no sólo en virtud de la cédula de identidad sino en virtud de sus propias opciones, reveladas en la selección de su slogan de campaña y en el elenco de su estado mayor— y tuvieron que recurrir de apuro a un compañero de fórmula que respondiese en el terreno en que su adversario político había conseguido plantear la contienda. Así, pues, Sendic, no obstante haber soplado las cincuenta velitas hace ya un par de años, recibirá la partitura de joven para integrarse a la charanga en esa condición. ¿Le dará el instrumento?

El que opera a la defensiva fácilmente se equivoca. Esta decisión del Frente Amplio de adjuntarle a Vázquez un Sendic vestido de jeans es contraproducente: pone más en evidencia lo vetusto del candidato y cuán equivocado estuvo éste al plantear su estrategia al principio. Vázquez se lanzó a la campaña electoral con un slogan básico: vamos bien. Podría haberle resultado (Vázquez sintoniza con el Uruguay conformista y ese existe). Pero en la circunstancia actual, cuando el Partido Nacional consiguió marcar la cancha y definió que el juego es: lo joven versus lo viejo, lo que se mueve versus lo quedado, el slogan y la orientación de la estrategia de Vázquez se vieron en offside. No quedó otro remedio que ponerle un Vice con pinta de muchacho (que no sabe dónde ubicarse para la pose de la foto junto a Rossi, María Julia, Veiga, Azucena Berruti y demás).

Sendic ha entendido que lo llaman por esa necesidad y va a tratar de interpretar la música que les hace falta para compensar lo que desentona Vázquez, lo que rechina el slogan y lo que desanima ese replay de asesores y lugartenientes con tan vasta causal jubilatoria. Por eso ha dicho que la renovación de Lacalle Pou no le convence. Nadie le contestará nada desde el Partido Nacional, por supuesto; éste tiene su atención fijada en otro auditorio. En eso también consiste la iniciativa: el Partido no contesta, no juega a la defensiva.

Y el Partido Nacional ha tomado otra iniciativa más. Si bien es cierto que los partidos históricos uruguayos son partidos “catch all” no es sensato armar un discurso electoral dirigido a todos los uruguayos. El Partido Nacional ha interpretado correctamente que su discurso electoral debe dirigirse a aquellos cuyos votos aspira a conseguir; no a los convencidos (que ya lo votan) ni a los enemigos (que nunca lo harán), sino a aquellos que están en proceso de formarse una opinión y tomar una decisión electoral. Mucha iniciativa bien pensada augura buenos resultados. Ahora falta jugar el partido y ganarlo.