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Educación y desarrollo

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CASILDA ECHEVARRÍA
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Los regímenes populistas tienen como aspecto característico hacer creer a las personas que son acreedoras de todo aquello que desean, sin esfuerzo, y eso conlleva una tremenda frustración.

Ese sentimiento de impotencia por no poder alcanzar aquello que otros tienen, deriva en algunos, en violencia desenfrenada, se convierten en niños malcriados que con sus rabietas arruinan todo cuanto los rodea.

Si bien el populismo arruina la economía, sustrayendo recursos de los sectores productivos para entregarlos injustamente a quienes no se los ganan, retaceando incluso posibilidades de mejorar los servicios que debe proveer el Estado. Como la educación, la salud y seguridad pública, la peor consecuencia del populismo socialista es justamente la destrucción de la moral de los ciudadanos.

Es así que la educación es la primera presa a la que apuntan, destruyendo la capacidad de pensar para así hacer más fácil prometer ilusiones que nunca llegarán y desembocarán en descontento, resentimiento y deseos de evitar que otros obtengan lo que ellos no pueden.

Otra herramienta del populismo es la dádiva del buen señor Estado, que en conocimiento de las ilusiones incumplidas de los súbditos, magnánimamente les provee de pan y circo, gratis por supuesto, de ahí que florezcan los grupos, para algunos considerados musicales, solventados por los dineros públicos con raíz, en muchos casos en la burla y la mala educación.

No es fácil de revertir el decaimiento de la educación y la creación de enemigos inventados generando odios de clases, étnicos, de “género” o cualquier otro. Por eso el propio pueblo apoya los gobiernos que lo apresan en su ignorancia, llegando incluso, a perder totalmente las libertades bajo el yugo de la fuerza militar. Aun habiendo alternancia en el poder, los populistas logran volver fácilmente al gobierno, y nada de lo que se haga con razonabilidad para lograr la estabilidad económica y la mejora estructural del país puede asemejarse a recibir los ingresos sin la menor contrapartida. Solo al grito de quien ha sido acostumbrado a la protección de quien solapadamente lo oprime y exprime sin piedad.

Tener esto en mente al gobernar es importante, aun en las naciones que no han sido contaminadas totalmente, probablemente haya generaciones que ya no tengan forma de reorientarse. Serán los “ni ni” con los que la sociedad habrá de cargar, gracias a la educación del no esfuerzo, de exigir lo que no merecen y de la destrucción de las mentes, con las drogas al alcance de la mano.

Por ese motivo la educación es una de las prioridades del futuro gobierno, reescribiendo los libros de historia con precisión y seriedad. No solo la historia y demás materias son importantes, sino que la mentalidad de sana competencia, de superación, de esfuerzo y de satisfacción por el deber cumplido, debe ser promovida en los niveles inferiores de enseñanza para formar ciudadanos aptos a aportar a la sociedad en la que viven.

No es fácil, pensemos que hay niños que han convivido con padres y abuelos sin verlos trabajar y recibiendo ingresos. Será una tarea de las maestras, dar un buen ejemplo a sus educandos. Esta labor de las autoridades designadas de Educación y del Mides generan una sana esperanza en cuanto a que el futuro sea promisorio, confiando en que se tornarán organismos de verdadera promoción individual y social.

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