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Primeros tres meses de Cosse

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ANDRÉS OJEDA
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Este primero de marzo se cumple un año de la asunción del gobierno nacional, episodio que se llevará -con justicia- todas las miradas y los balances.

Es innegable que el gobierno ha hecho un gran primer año, así lo demuestran los sondeos de opinión pública en los que se ve el arrollador respaldo de la gente al Presidente y a la gestión del gobierno. Surfeó sin caerse de la tabla un 2020 histórico, con una pandemia que nadie olvidará y -de todas maneras- se las arregló para sancionar la prometida LUC y aprobar un presupuesto en línea con sus propuestas de campaña.

También vale señalar que el pasado 26 de febrero se cumplieron los primeros 3 meses de Carolina Cosse al frente de la Intendencia de Montevideo, quien ha tenido un alto perfil público desde el día cero. Si bien es muy pronto para balances, sí podemos hablar de las primeras impresiones. No puedo evitar sentir que desde el día que asumió en la Intendencia de Montevideo, Carolina Cosse está en campaña presidencial hacia 2024.

Así la veo, con constantes despliegues de autoridad, ya desde el armado de su gabinete con atención a los equilibrios dentro del Frente, hasta su implacable posición antigobierno más allá del tema en cuestión. Como lo vaticinamos, haciendo un gobierno paralelo con base en su plan ABC, donde pretende exponer los presuntos lugares a los que el gobierno nacional “no llega” con la necesaria asistencia, cuando -a su vez- hay tantos lugares de Montevideo a los que el mismísimo plan ABC no llega; habrá que marcárselos.

Y entre discursos de plan ABC nos vimos saturados de basura el pasado diciembre (como es de costumbre), sumidos en la mugre un buen rato hasta que se habilitaron contenedores extras, más recursos extraordinarios para la situación especial y bolsas para los edificios. Confieso que albergaba esperanzas de una mejora en la gestión y pasar las fiestas tradicionales sin contenedores saturados, pero -lamentablemente- eso no pasó.

También tuvimos episodios que nos hicieron recordar el pasaje de la Intendenta por Antel, como declarar confidenciales los datos de COVID en el transporte público, por lo pronto hasta que el organismo correspondiente le aclaró que eso estaba fuera de sus potestades.

Y lo más reciente, el funesto episodio de las donaciones recolectadas por el Frente Amplio. Parece imposible tornar turbio un acto tan noble como una campaña de donaciones para quienes la están pasando mal, pero la Intendenta lo logró, mezcló proselitismo expreso (no olvidemos la cartita frenteamplista) con la gestión pública. La Intendencia no es suya, es la jerarca de turno, no la dueña.

Será que los batllistas nos criamos en la iglesia del Estado y por eso nos rompen la vista acciones como esta de parte de una jerarca votada por la ciudadanía. Por eso vemos con muy buenos ojos que los ediles de la Junta Departamental le pidan explicaciones al respecto cuanto antes.

Recién pasaron tres meses y ya tenemos una preocupante muestra de la manera en que se pretende gestionar Montevideo. Todavía se está a tiempo de ajustar, hoy más que nunca es necesario sumar y no dividir, la dificultad de la hora nos necesita a todos. Ojalá la Intendenta salga de octubre de 2024 para estar de lleno en marzo de 2021.

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