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Noticias de FEUU

Republicano y demócrata Montevideo
Colorados quieren plantear asunto político en Diputados. La crisis en Venezuela y la posición del gobierno uruguayo en torno a esa situación siguen generando polémica a nivel político. El partido Colorado pretende plantear esta tarde que sea considerada una moción para llevar al plenario de la Cámara de Representantes la situación que actualmente vive el país caribeño. El planteo para discutir el tema como asunto político iba a ser presentado ayer por el diputado Ope Pasquet, pero la bancada del Frente Amplio se anticipó a la jugada y corporativamente resolvió no apoyar la iniciativa. "Se decidió no apoyar la propuesta porque (el tema de Venezuela) se encuentra en proceso de discusión", había adelantado a El País el diputado suplente Carlos Coitiño, delegado del PVP. El legislador agregó que la decisión se tomó por la alta sensibilidad que existe dentro del Frente Amplio respecto al tema —donde hay más de una posición— y porque aún no se fijó una decisión unánime dentro del partido. Fuentes parlamentarias adelantaron a El País que la idea de discutir el tema en sala era para apoyar la decisión que tomara el gobierno del presidente Tabaré Vázquez de suspender al país caribeño del bloque, sabiendo que dejaría en una situación incómoda a la bancada del Frente Amplio, donde no hay posiciones unánimes. El Partido por la Victoria del Pueblo es uno de los sectores políticos que se pronunció en contra de la suspensión de Venezuela del Mercosur. A través de un comunicado expresaron su rechazo "a la aplicación de la cláusula democrática, que permite la imposición de sanciones a Venezuela". La decisión tomada por el gobierno le resultó "insólita e inadmisible" al PVP, sector que agregó que se suma "a la de los gobiernos de (Michel) Temer, (Horacio) Cartes y (Mauricio) Macri, quienes castigan a sus pueblos con políticas de ajuste salvaje y represión. Por estos motivos no portan legitimidad alguna para cuestionar la democracia de otro pueblo de nuestra América". En la tarde de hoy, la propuesta colorada tendrá el apoyo de algunos partidos de la oposición pero seguramente fracasará porque el diputado de Unidad Popular (UP) Eduardo Rubio no la apoyará. Justamente, la UP emitió un comunicado en el que critica en duros términos la decisión del gobierno uruguayo de acompañar la suspensión de Venezuela del Tratado de Asunción. El comunicado sostiene que la UP "ha denunciado las permanentes provocaciones y agresiones del imperialismo yanqui y sus aliados, que impulsan a la oligarquía y a la derecha fascistizada al golpe de Estado, al mismo tiempo que amenazan con sanciones y la intervención militar directa, contra el proceso Bolivariano y su gobierno legítimo". Agregaron que "nos oponemos a la suspensión de Venezuela adoptada por los gobiernos reaccionarios de Brasil, Argentina y Paraguay con los que se alinea cada día más el gobierno seudoprogresista y proimperialista del Frente Amplio". Por su parte, la Cancillería emitió un comunicado ayer en el que señala que el gobierno "no tomó con alegría" la decisión de aplicar el Protocolo de Ushuaia a Venezuela y subraya que "continúa abogando por encontrar una solución pacífica, negociada y acordada por los propios venezolanos, que permita restablecer el orden institucional y la paz social en ese país hermano". El Consejo Federal de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) emitió una resolución en la que manifiesta su "profundo rechazo" a la decisión del gobierno de acompañar la suspensión de Venezuela del Mercosur porque "aísla" al país caribeño y no contribuye a la búsqueda de una solución negociada a la crisis que atraviesa. El gremio estudiantil pide la renuncia del canciller Rodolfo Nin Novoa y denuncia "la arremetida del imperialismo estadounidense y sus aliados de la Otan quienes financian maniobras desestabilizadoras promoviendo el caos como forma de justificar la intervención militar externa". También critica a los gobiernos "reaccionarios, golpistas, antidemocráticos y autoritarios como son el de Brasil y Paraguay" que sin ejercerla en su interna pretenden dar lecciones de democracia a los demás países; actitud que además demuestra un doble criterio para trabajar las relaciones internacionales de nuestro país". La FEUU señala también su "profundo rechazo a las acciones tomadas por la derecha fascista del vecino país, promoviendo actos terroristas y violentos en búsqueda de desestabilizar el gobierno democráticamente electo". Y convoca "al resto del movimiento social y político" a movilizarse en contra de la posición adoptada por el gobierno uruguayo, "en solidaridad con el pueblo venezolano" y en defensa de la autodeterminación de los pueblos. POLÉMICA POR VENEZUELA
Los estudiantes continuarán marchas por más presupuesto. Unos dos mil estudiantes marcharon ayer desde la explanada de la Universidad de la República en reclamo de un mayor presupuesto. Los sindicatos de la educación superior aprovecharon las últimas horas de la discusión de la Rendición de Cuentas en Diputados para que se escucharan sus reclamos. "Con la idea de cumplir la promesa electoral de llegar al 6% del PIB para la educación pública, la UdelaR envió un mensaje en que solicita, como mínimo, algo más de US$ 170 millones; pero el Ejecutivo solo da unos US$ 12 millones", dijo Claudio Arbesún, secretario de Asuntos Gremiales de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). "Eso repercutirá en que varios proyectos quedarán rezagados, no se avanzará en la eliminación de cupos, la mejora salarial ni la obtención de un Hospital de Clínicas que no roce con la ética de quienes están estudiando para trabajar allí". Pero hay algo más. Dentro del mensaje que envió la Universidad, se contempla una iniciativa que partió de los propios estudiantes: unificar el sistema de becas, mejorar los criterios e incrementar el monto. "Hoy las becas que da el Fondo de Solidaridad (que son las más conocidas) van de $ 7.000 y $ 10.000, pero pedimos que se llegue a los $ 18.000", señaló Arbesún. El sindicato estudiantil entiende que la votación en Diputados era "importante", pero aún resta "una oportunidad" en el Senado. Por eso "se continuará con las movilizaciones" y ya habrá otra el próximo lunes con motivo del Día de los Mártires Estudiantiles. "Se partirá también desde la explanada de la Universidad hacia la plaza 1° de Mayo, desde las 18 horas". RECURSOS PARA LA UDELAR
En medio del trabajo de la comisión investigadora del Parlamento sobre actividades de espionaje militar y policial en los años de democracia, el ministro de Defensa Jorge Menéndez volvió a salir al cruce diciendo que en la cartera no hay constancia de esas actividades militares, algo que ya había señalado en cuanto comenzó el trabajo de la comisión de Diputados. "Lo que ocurrió tiempo atrás es de otro tiempo. En el Ministerio de Defensa, a través de la información que hemos solicitado, no se tiene constancia de que se haya producido inteligencia en forma clandestina", remarcó el jerarca, tomando distancia de las denuncias que llegan a la comisión y señalan que hasta hace poco continuaban de modo oficial los seguimientos y escuchas clandestinas a gobernantes y actores políticos de todos los partidos. Pero ayer Menéndez insistió en todos sus términos en que, si se hubieran producido, esas actividades terminaron hace mucho y, por supuesto, hoy no se realizan. La Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) afirmó en un comunicado que el Servicio de Retiros Militares "debe ser transformado urgentemente y en profundidad avanzando hacia un sistema de previsión social justo y sin privilegios para grupos particulares". INVESTIGADORA
¿Por cuánto tiempo seguirá en silencio la FEUU ante la brutal represión del gobierno de Nicolás Maduro contra los estudiantes venezolanos? ¿Cuántos más tendrán que caer en la lucha para que los universitarios uruguayos reclamen por sus derechos? Daniel Queliz es el nombre de un estudiante de Derecho, de 19 años, ejecutado de un balazo en el cuello durante un acto contra el gobierno de Nicolás Maduro, en Valencia, Venezuela. Paul Moreno, de 24 años, un avanzado estudiante de Medicina, murió tras ser atropellado deliberadamente por un vehículo policial cuando socorría a manifestantes heridos en una calle de Maracaibo. Al igual que estos dos estudiantes asesinados por el régimen chavista en las últimas semanas, hay otras muchas víctimas en la lista de estudiantes muertos, heridos o arrestados por oponerse al gobierno liberticida de Caracas. En otros tiempos, uno solo de tales atentados habría motivado una airada protesta de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). Se trata de un gremio entre cuyos fines está "defender el ideal de paz, los principios de justicia, los derechos humanos y los intereses de nuestra cultura nacional y latinoamericana", tal como reza el artículo 2 de sus estatutos. Esa mención a Latinoamérica es la que solían invocar los dirigentes de la FEUU para fundar su protesta ante cualquier atropello cometido en la región contra sus colegas. Así lo hicieron, por ejemplo, a través de reiteradas denuncias por la desaparición de 43 estudiantes de Magisterio ejecutados al parecer con la complicidad de autoridades locales en Ayotzinapa, Estado de Guerrero, México, tres años atrás. Curiosamente esa sensibilidad mostrada con los mexicanos, se trocó en indiferencia ante los venezolanos caídos en los últimos años en su lucha contra el chavismo. Una indiferencia contrastante con la historia de la FEUU que otrora fue una agrupación respetada, con poder de convocatoria y una firme vocación por preservar la democracia, allí donde fuera atacada. Entre otros hitos se alineó con la República Española y adhirió a la causa aliada contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Del mismo modo se pronunció contra los golpes de Estado que asolaron el continente americano en el siglo pasado y puso el grito en el cielo toda vez que un gobierno latinoamericano persiguió a los estudiantes. Esa tradición se fue perdiendo en las últimas décadas debido a la sumisión de la FEUU a una izquierda reaccionaria y sesentista que en nuestro país parece haber atado su suerte a regímenes como el presidido por Nicolás Maduro, cabeza de un gobierno militarizado y fascistoide. Prueba de ello es que la Federación sigue haciendo méritos con el chavismo al punto que, no hace mucho, una de sus convenciones se denominó "Comandante Hugo Chávez" e incluyó entre sus oradores nada menos que al embajador venezolano en Uruguay. Esa postura tan equivocada alcanzó tonos de ridículo en uno de los comunicados de la FEUU en donde se criticaba ferozmente al secretario general de la OEA, Luis Almagro, y a uno de sus exasesores a quien se declaraba "persona no grata". La directiva del gremio tuvo que salir después a aclarar que se había confundido y que ese asesor estaba desvinculado de Almagro desde tiempo atrás y nada tenía que ver en el asunto. Un detalle que muestra el bajo nivel con que hoy se maneja la Federación es que aquel comunicado contra Almagro adolecía de errores ortográficos y de sintaxis, indignos de una institución de universitarios. Ante tan triste panorama, lo impactante es el silencio de los Centros de Estudiantes de las diversas facultades que componen la FEUU. Si bien es cierto que algunos de sus integrantes han marcado sus discrepancias, resulta inconcebible que la federación siga retaceando su solidaridad a los estudiantes que se baten en las calles de Venezuela para evitar la destrucción de la democracia en su país. ¿Cuántos más tendrán que caer en la lucha contra el chavismo para que los universitarios uruguayos se decidan a defender los derechos humanos de los estudiantes de un país hermano tal como disponen los estatutos del gremio? Una defensa que lo primero que debe hacer es contrarrestar la posición de los actuales dirigentes de la FEUU que exponen argumentos tan toscos como invocar el "complot de la derecha" y "la agresión de Estados Unidos y la CIA" en perjuicio del gobierno de Maduro. Son acusaciones que están lejos de explicar las penurias del pueblo venezolano acosado por el hambre, la inseguridad, una inflación galopante y un gobierno represor cada vez más militarizado. Es de esperar que de las propias filas estudiantiles no tarde en surgir una reacción de aquellos que, representando el sentir de la mayoría, denuncien los crímenes de Maduro y se solidaricen con la lucha de sus colegas venezolanos. EDITORIAL
Cuando se promueve o se tolera el apoyo a Maduro o cualquier otra posición política, se abandona el pluralismo, y la universidad se hace responsable de estafar el fundamento de su autonomía. Hemos contemplado impávidos la declaración de la FEUU en la que casi simultáneamente recuerda la lamentable muerte de un estudiante hace 45 años, en tanto respalda al gobierno de Maduro condenado en todo el planeta especialmente por la muerte de 28 ciudadanos, incluyendo estudiantes. Se trata de un gobierno que según Almagro ha convertido al pueblo en patética marioneta del juego del poder, que habla de instintos criminales en la Guardia Nacional Bolivariana, que encarcela opositores y un largo etcétera que se recoge en videos del Secretario de la OEA que circulan por las redes sociales. Verificando esta contradicción que no es nueva, uno aprovecha la ocasión para preguntarse cómo es posible que, violentando toda neutralidad política, los estudiantes incurran en semejante violación de una supuesta laicidad, y —más aún— cómo es posible que con este nivel de discurso cogobiernen la universidad pública que financiamos todos los uruguayos. La respuesta tiene que ver con la rediscusión de las dos vacas sagradas sobre las que se apoya la estructura universitaria: el cogobierno estudiantil y la autonomía, que responden a un modelo de la década del 50 y que no dan más. Su fundamento se ha entendido como la construcción de una isla protegida de cualquier injerencia, de cualquier juicio de valor acerca del cumplimiento de los fines que la sociedad le confía. Pero no es así; la autonomía universitaria fue concebida como un medio pa-ra asegurar la libertad de cátedra, parte integrante de la libertad de expresión y en última instancia de la libertad de pensamiento. Por tanto si la autonomía universitaria supusiera un cálido cobijo de sesgadas posiciones políticas, estaría estafando la esencia misma de la razón de ser de esa autonomía. Por eso cuando se promueve o se tolera el apoyo a Maduro o cualquier otra posición política, se abandona así el pluralismo, y la universidad se hace responsable de estafar el fundamento de su autonomía. Este no nace de la protección de una posición oficial, sino del amparo de absolutamente todas. Utilizarla en cambio como instrumento de una posición po-lítica, en una universidad que finan- ciamos todos, constituye lisa y llanamente una estafa. Por eso la negativa de la Udelar a dar cuentas a nadie es inaceptable. Peor aún, es más objetable en una universidad que utiliza fondos públicos que en una que usa recursos de sus dueños. La sociedad tiene derecho a que se conozca siempre cómo se usan los fondos y, mucho más importante, la universidad le debe a la gente explicaciones acerca de la calidad de lo que enseña, de cómo prepara a nuestros hijos, qué ciudadanos forma, cómo salen pertrechados para enfrentar la vida profesional. Y todavía con más precisión: cuál es la calidad de sus docentes, cuál su dedicación, cuál su retribución, cuál su formación, cuánto publica, enseña e investiga, en definitiva, cómo cumple la función para la cual se le dio la autonomía. La Udelar no solo se niega a ser evaluada por representantes de los contribuyentes sino que, en delicado agravio a la libertad de enseñanza, pretende erigirse en máximo censor de la calidad y pertinencia de las privadas, que están sometidas en primer lugar al riguroso control que supone la cantidad de gente que logran atraer. Esta reacción también constituye una derivación de una mal entendida autonomía, convertida en este caso en una conducta con ribetes de soberbia epistemológica carente de fundamento. Lo mismo pasa con el cogobierno, un invento de esta zona del mundo que no se reproduce en ninguna universidad seria, y que es desconocido en el mundo socialista. Los estudiantes tienen que disponer de medios para hacer saber sus inquietudes; pero cogobernar es algo muy diferente. Y por cierto, hace tiempo que no se escuchan reclamos de la FEUU sobre temas académicos, sobre mejoras en el nivel de excelencia, y sobre todo de competencia con otras universidades del mundo. Es más, en lugar de opinar sobre Maduro, deberían los estudiantes exigir evaluaciones de desempeño, las que se vinculan con su futura inserción laboral. Cada vez que la FEUU o la universidad como un todo se expiden sobre temas políticos nacionales o internacionales para los que no tienen ni formación ni título habilitante, no solo cometen una torpeza porque en realidad a nadie le importa mucho su opinión, sino que incurren en un agravio a la neutralidad, un atropello al pluralismo. Pero de modo especial recuerdan que la autonomía y en especial el cogobierno no deberían seguir como están. EDITORIAL

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