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Tras el Mundial de Qatar, la economía argentina se enfrenta a una encrucijada, ¿qué pasará?

Tras un 2022 que dejará como saldo el IPC más alto de los últimos 30 años, las estimaciones no prevén un mejor 2023, para cuando prevén una inflación del 99,7%, según proyecciones.

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Casa Rosada, Argentina
Casa Rosada, Argentina
Foto: Archivo El País

Acontramano de la mayoría de las proyecciones realizadas por las consultoras a comienzos de año, la economía argentina cerrará el 2022 con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) superior al 5%.

El arrastre estadístico tras la fuerte recuperación registrada en 2021 y la expansión económica que se mantuvo hasta el final del primer semestre impulsaron a un crecimiento del PIB por segundo año consecutivo, algo que no ocurría desde 2011. La mala noticia es que gran parte de los factores que venían empujando a la economía se han ido apagando. La aceleración de la inflación y la falta de dólares para la importación de insumos clave frenaron el crecimiento a partir del tercer trimestre.

“El crecimiento del PIB fue más alto del que proyectábamos hace un año, pero es básicamente por arrastre estadístico. De hecho, la economía empezó a tener caídas mensuales desestacionalizadas a partir de septiembre y probablemente ya el cuarto trimestre de este año sea negativo. El año cierra con un número de crecimiento que parece bueno, pero que no refleja el escenario actual”, dijo a El País la economista María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos.

Tras el derrumbe del PIB del 9,9% en 2020 producto de la extensa cuarentena dispuesta por el gobierno para enfrentar la pandemia del covid-19, la economía argentina sorprendió con una recuperación del 10,3% en 2021. Semejante expansión dejó un fuerte arrastre estadístico para este año.

A eso se sumó en la primera parte del año un crecimiento del consumo, impulsado en buena parte por la necesidad de darle salida a los devaluados pesos argentinos. Esos factores impulsaron al Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) -un índice que anticipa las variaciones del PIB-, que acumuló un alza del 6,3% durante el primer semestre.

Sin embargo, ese crecimiento se frenó en el tercer trimestre y la economía empezó a registrar caídas en los últimos meses del año. Con el motor del consumo apagado y sin el arrastre estadístico de este año, el promedio de las estimaciones de las consultoras recopiladas por el Banco Central en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) prevé un crecimiento del PIB de apenas 0,7% para 2023. Esas proyecciones vienen ajustándose a la baja y hay consultoras que prevén incluso una caída.

“La sequía que está afectando a buena parte de las zonas agrícolas más ricas del país agregará un nuevo factor de escasez de dólares. Eso más un tipo de cambio oficial atrasado llevará a que se profundicen las restricciones a las importaciones, lo que, obviamente, impactará sobre la actividad económica, dijo Castiglioni”.

el dato

Una buena, estiman llegada de inversiones

Argentina espera para el próximo año inversiones récord por US$ 7.000 millones en el sector de hidrocarburos, principalmente en el desarrollo de la formación de gas y petróleo no convencional de Vaca Muerta, en el suroeste del país, señaló la secretaria de Energía argentina, Flavia Royon, en un acto. En el acto se anunció la adjudicación a diversas compañías de los volúmenes de provisión de gas natural para llenar el gasoducto Néstor Kirchner, una obra que resultará clave para transportar el gas de Vaca Muerta.

Inflación

El otro factor que está frenando el nivel de actividad en Argentina es la aceleración de la inflación. Tras un 2022 que dejará como saldo el Índice de Precios al Consumidor más alto de los últimos 30 años, las estimaciones no prevén un mejor 2023. El promedio de las proyecciones recopiladas en el REM anticipa una inflación del 99,7% para el año próximo.

Luego de meses en que los argentinos con capacidad de ahorro adelantaron compras ante la pérdida de valor del peso argentino frente a la inflación, ese factor que venía impulsando el consumo perdió fuerza. La consultora Scentia reportó en octubre una caída interanual del 4,5% de las ventas generales en los supermercados chinos, almacenes, comercios de cercanía e hipermercados, descenso que se sumó al que ya se había registrado en septiembre. Si bien en noviembre la variación volvió a ser positiva con un alza del 0,7%, parte de ese cambio de tendencia está relacionado a un factor coyuntural: las reuniones sociales generadas por el Mundial de Qatar 2022 ganado por la Selección Argentina de Lionel Messi.

En cualquier caso, ese contexto de inflación acelerada y caída del consumo empujó al gobierno a poner en marcha en noviembre pasado el programa “Precios Justos”, una iniciativa acordada con supermercados, cadenas mayoristas y empresas proveedoras de bienes de consumo masivo para mantener congelados los precios de más de 1.700 productos por 120 días.

Sergio Massa y Alberto Fernández
Sergio Massa y Alberto Fernández
Foto: presidencia argentina

Para el resto de los productos, se contempla un tope de aumentos de hasta el 4% mensual. Con eso, el ministro de Economía, Sergio Massa, apuesta a que la inflación converja a niveles inferiores al 4% mensual a partir de abril del año próximo.

“Desacelerar la inflación al 3% mensual es una posibilidad que no está exenta de desafíos. Hubo una baja en noviembre, pero veremos si la tendencia continúa. En los próximos meses será clave que no haya desabastecimiento de productos y ver cuál será el coeficiente con que se actualizará el acuerdo de precios el año próximo”, dijo a El País Agustín Berasategui, economista de la consultora ACM, en Buenos Aires.

De confirmarse las proyecciones de las consultoras privadas, el estancamiento de la actividad económica previsto para el año próximo, sumado a niveles de inflación que permanecerán en niveles cercanos al 100%, conforman un cuadro que amenaza con reducir aún más las posibilidades electorales del oficialismo en los comicios presidenciales de octubre de 2023.

Ese escenario podría derivar en mayores presiones políticas dentro de la coalición de gobierno para que el ministro Massa abandone su estrategia de ajuste fiscal y dé paso en los próximos meses a una etapa de mayor gasto público y expansión monetaria.

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El FMI elogió ajuste, pero advirtió por fragilidades

Con un mix de elogios y advertencias, el Fondo Monetario Internacional (FMI) liberó el último giro para la Argentina previsto para este año, un desembolso de unos US$ 6.000 millones que permitirá sostener las reservas y ayudará a apuntalar la frágil estabilidad de la economía en la antesala de un nuevo año electoral en el cual el gobierno enfrentará mayores presiones para desviarse de la senda del ajuste.

El acuerdo con el Fondo se sostuvo gracias al fuerte ajuste fiscal que implementó el ministro de Economía Sergio Massa, aumento de tarifas incluido, y a un abanico de medidas -“parches”, para los críticos de la gestión oficial- que ayudaron a contener la crisis, evitar un descalabro mayor del dólar oficial y las múltiples cotizaciones paralelas, y le dieron a la economía un atisbo de estabilidad. A eso se sumó una notable cuota de flexibilidad por parte del organismo, y también el respaldo de la Casa Blanca y el resto de las potencias del G7 en un mundo aún abrumado por la pandemia del covid-19 y la guerra en Ucrania.

“Las continuas acciones políticas decisivas están comenzando a dar sus frutos”, dijo en el comunicado la subdirectora Gerente del FMI, Gita Gopinath.

Pero los elogios del FMI llegaron a la vez con una advertencia nítida. Gopinath señaló también que las condiciones económicas “siguen siendo frágiles”, volvió a remarcar la necesidad de blindar el plan con un “amplio apoyo político”, y se preocupó por remarcar, que en cuanto la coyuntura lo permita, el Gobierno debería comenzar a flexibilizar el cepo y eliminar las múltiples cotizaciones del dólar.

Con información de La Nación (GDA)

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