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¿Cuáles son expectativas de las empresas uruguayas sobre la economía del país y su negocio para 2024?

KPMG publicó su Encuesta de Perspectivas Empresariales para 2024, en donde se relevan expectativas sobre la economía uruguaya, las perspectivas de crecimiento de su negocio y más.

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Expectativas empresariale
Foto: Freepik.

Las empresas uruguayas esperan, en su mayoría, incrementar sus ventas en 2024, aunque ese optimismo disminuye un poco cuando se trata de las perspectivas sobre la economía uruguaya. En tanto, la mayor preocupación de las organizaciones es la competitividad, según la Encuesta de Perspectivas Empresariales de KPMG, a la que accedió El País.

De acuerdo al relevamiento —realizado por la firma entre el 20 de noviembre y el 19 de diciembre de 2023—, las perspectivas sobre la situación económica para este año son de “moderado optimismo”. En este sentido, el 61% cuenta con perspectivas positivas sobre la situación económica del país, frente a solo un 5% que cuenta con perspectivas “moderadamente peores”.

Según el informe, la diferencia es sustancial frente a la relación que se había verificado al cierre de 2022 de cara al año 2023, que había sido de 42% frente al 21%.

Asimismo, la encuesta indagó en la perspectiva de mediano plazo sobre las expectativas de crecimiento en términos reales, a nivel de firma y de la economía uruguaya, para los próximos tres años. Una amplia mayoría (77,5%) previó que el crecimiento estará por debajo del 3%, lo que está alineado a la tendencia histórica y también de largo plazo, según perspectivas de analistas económicos, “siendo una tasa de crecimiento modesta”, señaló el informe.

En cambio, destacó que las perspectivas de tasa de crecimiento son bastante más favorables para el desempeño de la propia firma.

Al consultar a las empresas acerca de la expectativa de ventas según mercado de destino, el informe señaló que la confianza es mayor en el caso de las ventas direccionadas al mercado interno. El 70,5% espera que aumenten sus ventas en el mercado local, frente a un 10,5% que espera una caída. En tanto, respecto a las empresas con ventas que están dirigidas al mercado externo, un 50% espera un aumento de sus ventas frente a un 5,4% que espera una caída. “En cualquier caso, las expectativas en términos netos son favorables”, señaló el informe.

Por otra parte, también se relevaron las proyecciones de dotación de personal, en las que el 31,4% de las empresas encuestadas prevé contratar más personal este año, el 58,8%prevé que seguirá igual y el 9,8% cree que reducirá la plantilla.

“Cabe destacar que la brecha entre empresas que crearán versus aquellas que reducirán empleo, duplica a la señalada en la edición previa, siendo la más elevada en los registros de los últimos 10 años. Lo cual constituye un elemento auspicioso de cara al comportamiento previsto en el mercado de trabajo para el próximo año”, manifestó el informe.

Respecto a la propiedad, planta y equipo, el 57,8% de las empresas encuestadas planea llevar a cabo inversiones en activos fijos durante este año. Esto muestra una caída frente al 60,4% de la edición anterior, pero igual se mantiene encima de los niveles vistos en la pandemia del covid-19.

No obstante, al consultar sobre los motivos para invertir, el 23,7% de las empresas señaló que lo hará con la finalidad de reponer activo fijo existente cuya vida útil llegó a su fin, lo cual no implica un aumento en el stock de capital.

“Sin embargo, el 76,3% restante sí planea aumentar la dotación de activo fijo (en el mayor de los casos combinando la reposición de capital depreciado), siendo este un factor que incide en las mejores perspectivas de crecimiento futuro”, agregó el informe.

Respecto a otros componentes de la economía uruguaya, las expectativas empresariales de inflación “han tenido un cambio notable con relación a ediciones anteriores”, señaló.

“Por primera vez, la mayoría de las empresas encuestadas (52%) piensa que la inflación en 2024 estará dentro del rango meta de entre 3% y 6% trazado por el Banco Central (BCU). El 15,7% piensa que incluso estará por debajo del 5%, cuadruplicando la proporción reportada en los años anteriores”, señaló el reporte.

En lo que refiere a la evolución esperada del tipo de cambio, las expectativas se encuentran en línea con las de los analistas económicos, quienes en el relevamiento publicado por el BCU a diciembre, esperaban en mediana —se ordenan las respuestas de menor a mayor y se toma la del centro—, que el tipo de cambio cerrará el año 2024 en $ 41,6. En tanto, “una mayoría relativa del 30% piensa que estará entre $ 41 y $ 42, mientras que el promedio ponderado de las respuestas arroja precisamente un valor de $ 41,6”.

Clima de negocios

Al relevar sobre las amenazas y debilidades para la economía, el 75,5% de las empresas percibe que el clima de negocios es “bueno” o “muy bueno”, mientras que solo un 2% de las firmas reportaron tener una percepción “mala” del clima de negocios en Uruguay.

A su vez, se consultó a los empresarios acerca de la percepción del clima de negocios en diversos temas. “Como siempre”, señaló el informe, la seguridad jurídica encabeza el ranking de buena percepción con un 94,1% de los participantes catalogándola como “bueno” y “muy bueno”, seguido por la “estabilidad macroeconómica” (93,1%) y el “régimen de promoción de inversiones” (84,3%). En tanto, las categorías donde la percepción es menos favorable, son la “legislación laboral” (23,5% lo considera “malo”o “muy malo”), “régimen tributario” (20,6%) y “promoción de la competencia interna” (16,7%).

“En cualquier caso, todas las categorías muestran una percepción neta positiva. En particular, se destaca la categoría de la ‘legislación laboral’, donde por primera vez, en más de 10 años, es mayor el número de empresas que tienen una percepción positiva que las que tienen una percepción negativa”, destacó el informe.

Por otra parte, al igual que en la edición anterior, la variable que genera mayor preocupación es la competitividad, explicado por el encarecimiento en dólares que tuvo la economía uruguaya en los últimos años y la brecha de precios con Argentina. La situación regional figura como segunda variable de mayor importancia.

Javier Milei: favorable o desfavorable para la firma

En una relación de casi cuatro a uno son más los que consideran que el gobierno de Javier Milei impactará favorablemente sobre la economía uruguaya frente a los que piensan que será desfavorable. El 20,6% ve como indiferente quién hubiese ganado.

Sin embargo, respecto al impacto sobre la propia empresa, el porcentaje de opiniones favorables disminuye, aumentando el porcentaje de indiferencia al candidato ganador. De todos modos, la perspectiva de impacto neto es favorable con una relación de casi tres a uno.

Aumento de ventas en 2023

Además de las perspectivas para este año entrante, el informe destacó que durante el 2023, el 52% de las empresas experimentó un aumento en el volumen de sus ventas, frente al 26,5% que verificó una caída. “Las proporciones son similares a las verificadas en el año 2022. Sin embargo, los márgenes disminuyeron en el 49% de las empresas, frente a un 20,6% que reportó un aumento”, señaló el documento.

Asu vez, se detectó una baja en la proporción de las empresas que registraron una mejora en los márgenes de ganancias, siendo que en 2022 había sido 25,5%. No obstante, hubo una mayor proporción de empresas que mantuvieron los márgenes.

En tanto, en el análisis combinado, una mayoría relativa del 21,6% reportó una combinación de menor margen y mayor cantidad vendida, seguido por un 20,6% que verificó una combinación de igual margen y mayor volumen vendido.

Al preguntar si ajustaron al alza los precios durante el año, el 67,6% respondió que efectivamente lo hizo, representando una cifra inferior a la declarada el año anterior (76,9%). En tanto, el primer motivo para el ajuste de precios fue, por amplio margen, el “aumento de costos laborales” (44,9%), siguiéndole el “aumento de precios internacionales” (29%) y “por aumento del costo de la materia prima” (24,6%).

Por otra parte, se introdujo una pregunta referida la política de ajuste en base a la inflación pasada, la inflación esperada, u otros criterios. El 50% respondió que la política de ajuste de precios está basada en otros aspectos asociados al comportamiento de los componentes específicos de la estructura de costos, como los laborales, el tipo de cambio o el costo de la materia prima. También hubo un 53% que señaló basarse en la tasa de inflación general. De este conjunto de respuestas, se señaló que más de la mitad toma como referencia la inflación pasada, mientras que el resto se basa en la inflación esperada.

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