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Las claves de los mercados financieros para saber cómo invertir en tiempos críticos

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Wall Street: ayer fue la mayor caída diaria desde el año 1987. Foto: AFP

FINANZAS DE BOLSILLO

La teoría de las 5 etapas para saber cómo funcionan los mercados financieros.

Más allá de la codicia y el miedo” es el título de un libro de Hersh Shefrin que describe el proceso en la toma de decisiones de un inversor. Este escrito ayuda a comprender de qué manera los mercados se debaten entre el miedo y la codicia, entre el pánico y la avaricia.

A raíz de la expansión del coronavirus a nivel mundial, los mercados financieros y las principales bolsas del mundo se han desplomado en los últimos días. El pasado viernes Wall Street completó su peor semana desde octubre de 2008, con los índices Dow Jones y S&P 500 que perdieron más de un 4% y el índice compuesto Nasdaq que cayó un 3,79%.

Es que los mercados no se mueven por lo que pasa, sino por las expectativas previas que los inversores tenían de lo que podía pasar. Si se desilusionan con un balance, con un dato fiscal o de empleo o con un resultado político, las bajas son mucho más grandes e irracionales de lo que indican los propios fundamentos. Y si los datos son favorables, ante la grata sorpresa ocurre lo contrario.

En concreto: si una empresa presenta un balance en el que se muestra que ganó 10% menos de lo que pensaba ganar, la acción puede caer 30%, o si ganó un 10% más de lo que se pensaba, la acción puede entonces subir un 30%.

¿Y por qué es así? Porque el mercado negocia confianza y expectativas. Cuando se pierde confianza o se pierden expectativas, no hay discurso, anuncio ni promesa que puede restituirlas de golpe.

Un hombre cuenta dólares en una casa de cambio de moneda. Foto: AFP
El mercado negocia confianza y expectativas y hay pocos elementos racionales en los mercados financieros.  Foto: AFP

En primer lugar actúa el miedo. Y cualquier precio es oportunidad de venta. Pero luego hay un lindo principio que tiene la vida: el de la dignidad. Y en finanzas existe. Hay un valor, luego de una gran caída, frente al cual el inversor dice: "ya está, me lo quedo". Hace el duelo y no está dispuesto a vender el activo. Ese es el momento del rebote de mercado.

Un bono que está al 45% del valor o una empresa que vale el 30% de lo que valía una semana antes son argumentos sólidos para estar cerca del valor de dignidad. Es ahí donde parece que se corre el vendedor y, quien quiera comprar, deberá pagar un precio más alto. En este punto es donde empieza el ciclo inverso, en el cual empieza a jugar la codicia.

En estos momentos los conservadores dejan el barco y se suben los especuladores. El conservador piensa que eso ya lo vivió, que no le van a pagar y que, por tanto, es mejor vender todo. No le importa el precio, solo le importa dejar de sufrir. Un especulador piensa en comprar un bono al 45% de su paridad; le importa el precio y no lo que va a pasar en 10 años. Compra para vender más caro.

Luego de una gran caída, el inversor hace el duelo y ya no está dispuesto a vender el activo. Ese es el momento del rebote de mercado.

Una vez que el inversor haga el duelo y vea que ya no tiene 100 sino 30, el "valor dignidad" empieza a actuar y comienza un nuevo ciclo.

Hay un momento en el cual uno tiene que razonar y encontrarle valor a las cosas. No todo vale nada. El precio es solo un estado de ánimo. El valor dura toda la vida.

Finanzas cálculos
En momentos críticos es clave saber cómo funcionan los mercados financieros. 

LAS 5 ETAPAS:

ETAPA 1: Cuando una crisis empieza a manifestarse, la mayoría niega en ese primer momento su existencia. Se la niega porque no se la ve, simplemente porque se viene de vivir una buena época. Y eso pone a las personas algo soberbios, o pasa que, porque les está yendo bien, se tienden a subestimar los riesgos.

En términos de mercados, empieza la baja con mucho volumen. Se tiende a confundir una mala inversión con un error de valuación del resto de los operadores. Y se engaña pensando que ya va a subir, que está vendiendo alguien obligado que no entiende nada, etcétera. Quien escucha esas excusas debe vender. Si niegan el problema es porque no lo están viendo. Y no deberían pensar en que cambiarán las circunstancias (basta recordar lo que ocurrió en Argentina en el 2000, en Estados Unidos en 2007 y en Europa en 2010).

ETAPA 2: Esta es la del enojo. Con la tendencia definida a la baja, el inversor se enoja y busca culpables: el asesor, el regulador, el gobierno, la oposición, la pareja, los padres, etcétera. Para quien escuche esas excusas el consejo es: siga vendiendo. El mercado está más lejos de una solución si solo busca a quien echarle la culpa. En esta etapa, el vendedor llama para vender: ni se apure; es más, si puede, no atienda.

conceptos financieros

¿Qué son el ratio de liquidez y el índice "Cash Flow"?

En finanzas, el término liquidez refiere a la cualidad que poseen ciertos activos para ser convertidos en dinero de manera inmediata sin que esa conversión derive en una pérdida significativa de su valor.

¿Cómo se calcula el ratio de liquidez personal? Sabiendo que la liquidez personal es igual a los activos líquidos —como dinero en efectivo, depósitos, acciones de empresas que cotizan en Bolsa, bonos y obligaciones negociables, entre otros— dividido los pasivos a corto plazo.

Si el resultado fuera inferior a 2, se está ante una situación de iliquidez financiera personal. El grado de liquidez financiera personal determinará el efecto que tendrá en la economía doméstica la próxima situación de crisis que se enfrente, ya sea por cuestiones exógenas o endógenas.

Por otra parte, el Índice de Cash Flow es un sistema que prioriza la precancelación de deudas en función del flujo de dinero que cada una de ellas le quita al deudor todos los meses. Se trata del siguiente cálculo: monto de la deuda a pagar dividido pago mínimo mensual. Cuanto más bajo sea el resultado, más urgente será la precancelación de esa deuda.

ETAPA 3: La de la depresión. Aquí la persona se va al otro extremo. Asume la culpa de todo, se angustia y termina vendiendo a precios ilógicos solo porque está cansado de perder. Es el momento ideal para comprar. El vendedor vende en función del pasado y no del futuro. Es increíble cómo después de dos años de sentirse el mejor y dar vueltas por el mundo como un nuevo rico, pasa a sentirse el peor y a creer que todos tienen razón menos uno mismo. En esta etapa el vendedor llama para vender: ahí se debería atender y compre; no hay necesidad de pelear el precio, el vendedor solo quiere salir.

ETAPA 4: La cuarta etapa es la aceptación. Cuando la persona asume su nueva realidad y su patrimonio es cuando empieza a mirar más para adelante que para atrás. Como toda comparación con el pasado es buena, los ánimos van mejorando. Ahí la persona debería comprar más y más rápido. Debería ser la persona quien llame al vendedor. Es cuando empieza la suba en serio.

ETAPA 5: Es la de la euforia, al límite de la soberbia. Aquí la persona se empieza a sentir ganadora, la crisis queda lejos, se ve superada y se pondera de más la actuación de uno por encima del contexto. El paso del tiempo hace olvidar o subestimar el pasado. Es momento de especular, porque los precios pueden mejorar más, pero se está cerca de los máximos y es probable que lo llamen compradores rezagados: ahí se debería poner precio de venta. Los ciclos siempre se repiten, solo que, ahora, cada vez más rápido.

¿Cómo saber cuál es el perfil de inversión que más se ajusta según la personalidad de cada persona?

Cuando se toma la decisión de comenzar a invertir en el mercado financiero es esencial definir el perfil que se tiene. Es posible distinguir tres perfiles.

Uno es el de la aversión al riesgo, característico de quienes no están dispuestos a sufrir las volatilidades e incertidumbres que son propias del mercado financiero.

En segundo lugar, se ubican los inversores de perfil neutral, que están dispuestos a ceder algo más de incertidumbre con tal de poder obtener mayores beneficios, pero manteniendo un balance entre riesgo y retorno.

Y, por último, están los amantes del riesgo, inversores que están dispuestos a asumir una elevada carga de volatilidad en sus activos para alcanzar beneficios elevados. Es posible listar ciertas preguntas que pueden reflejar el perfil inversor en un momento determinado.

La primera es definir cuánto dinero se quiere invertir, no en términos nominales sino en cuánto representa ese monto sobre el total de los ahorros o ingresos. En segundo lugar, hay que determinar el horizonte de inversión.

Luego llegan las preguntas de orden cualitativo. La mente juega un rol fundamental a la hora de analizar la capacidad de resistir la volatilidad. Vale cuestionarse ¿qué haría ante una baja del 20% en un día de un activo? a) mantiene la posición; b) recompra más; c) asume la pérdida.

(Fuente: La Nación / GDA)

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