AFTER-WORK

Los días de cuarentena se hacen cada vez más largos y vale implementar estrategias para hacerlos llevaderos. El encierro y el home office pueden matizarse con algunos juegos, especialmente si los elegidos pueden compartirse con toda la familia, sin importar la edad de sus integrantes.

Así nació Small Ping Pong, una valija que al abrirse se convierte en una mesa para jugar, que llega a domicilio y contiene un caballete de apoyo, una red, dos paletas y una pelota ($ 3.200).

Elías Acosta y Adrián Bonilla son los creadores de esta propuesta. Ambos amigos trabajan juntos en una carpintería y además de las jornadas laborales comparten su pasión por el ping pong.

Sin embargo, para jugar en una «cancha» con las medidas reglamentarias, necesitaban una mesa de 2,74 metros de longitud por 1,52 metros de ancho (y una altura, de 76 centímetros). Iniciada la cuarentena, ante el poco espacio disponible, optaron por idear una mesa más pequeña. «¿Y si probamos hacer una mesa que pueda instalarse en cualquier living?», se preguntaron. Y pusieron manos a la obra.

Primero fabricaron una mesa de tamaño reducido, pero que les permitía jugar cómodamente. Luego se animaron a más e idearon una opción transportable de la que nació esta especie de valija, que tiene la particularidad de que puede armarse y desarmarse con facilidad. Basta con abrirla, afirmar un tornillo entre ambos lados, dar vuelta la tabla y estirar unos ganchos metálicos para colocar la red.

En el interior de la valija (o mesa plegable), que mide unos 50 por 85 centímetros, los jugadores de Small Ping Pong encuentran todo lo necesario para jugar. El kit de juego viene acompañado de un caballete que oficia de base.

«Hacemos esta mesa en la carpintería, totalmente de forma artesanal y le agregamos los otros insumos para jugar», puntualiza Acosta y adelanta que ahora están analizando crear y ofrecer otras opciones lúdicas. Por consultas puede escribirse a la cuenta de Instagram @smallpingpong.