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Venezuela y Bolivia, dos países con fractura social

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Diosdado Cabello y los partidarios de Maduro se toman una selfie al final de la movilización en Caracas. Foto: Reuters

LA REGIÓN EXPECTANTE A LOS CAMBIOS POLÍTICOS

Oposición y gobierno miden fuerzas en las calles de Venezuela; en Bolivia continúa el clima de violencia y el país está lejos de alcanzar la armonía.

La oposición liderada por Juan Guaidó y las fuerzas que responden al presidente Nicolás Maduro midieron sus fuerzas ayer sábado en las calles de Caracas y de otras ciudades del país, en otra señal de las turbulencias políticas y sociales que estremecen a varios países de Sudamérica.

Mientras, en Bolivia, después de una jornada sangrienta en Cochabamba, en la que se registraron al menos cinco muertos y 22 heridos, la presidenta Jeanine Áñez -abogada y senadora, de 52 años-, y dirigentes políticos exhortaron a reencauzar la situación social, aunque sus llamados no parecen tener eco en los sectores que responden a Evo Morales, sobre todo en la zona de El Alto, en La Paz, que es el bastión del expresidente.

En Chile, se vivió una jornada de tranquilidad, después de que el gobierno y los partidos de la oposición acordaron iniciar el proceso para la reforma de la Constitución, que es uno de los reclamos de las protestas sociales que estallaron el 18 de octubre. La Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet rige desde hace 30 años, con algunos cambios. El texto constitucional no establece que deban ser privadas la salud, la educación ni el sistema de pensiones, los tres pilares de los reclamos ciudadanos que han estremecido al país.

Pero, tiene principios que limitan la acción del Estado y promueven la actividad privada, como explica el profesor de derecho constitucional, Sebastián Zárate de la Universidad de los Andes.

El proceso de reforma en Chile es complejo y la primera etapa será en abril de 2020, cuando los ciudadanos decidirán en un plebiscito si se avanza hacia la reforma y eso se hace a través de una convención, comisión o asamblea constituyente.

Ayer, al norte de Sudamérica, en Venezuela, la oposición encabezada por Guaidó salió a las calles en un intento por revivir una alicaída movilización para presionar la salida del presidente Maduro, en medio de la crisis económica y sucesivas sanciones de Estados Unidos que asedian a la nación petrolera. Guaidó reanudó de esta manera la campaña opositora. En enero, invocó la Constitución para asumir una presidencia interina al alegar que la reelección de Maduro en 2018 fue fraudulenta.

Guaidó ha sido reconocido por decenas de países occidentales como el líder legítimo de la nación que tiene enormes reservas de petróleo.

Pero con el paso de los meses el interés de la población pareció disminuir y la frustración aumentó ante la permanencia en el cargo de Maduro, quien retiene el control del aparato estatal, mientras la crisis económica ha obligado a unos 4,6 millones de venezolanos a emigrar del país, según datos de las Naciones Unidas.

Juan Guaidó habla frente a la Embajada de Bolivia. Foto: AFP
Juan Guaidó habla frente a la Embajada de Bolivia. Foto: AFP

Reclama libertad.

“Bolivia estuvo 18 días, nosotros hemos estado años (…) pues es el momento de insistir, es el momento de seguir, entonces hoy a toda Venezuela le pido mantenernos, seguir. Hay una agenda de protesta”, dijo Guaidó desde una tarima en la concentración opositora en Caracas.

Invitó a sus seguidores a continuar la marcha hasta la sede de la embajada de Bolivia en la capital y pidió unirse a una jornada de protesta que inicia mañana contra el gobierno y también en apoyo a trabajadores públicos y estudiantes.

Al hablar a través de un megáfono, el líder opositor dijo que “Bolivia logró la libertad con la unión de todos los factores. Es momento de continuar hasta que se vaya el dictador y tener elecciones libres”.

“Necesitamos a la Fuerza Armada”, clamó una vez más Guaidó, quien diez meses después de desempeñarse como presidente interino no ha logrado quebrar el apoyo de los militares a Maduro.

Pidió apoyar su “agenda de conflicto”, como se refiere a los reclamos de múltiples sectores golpeados por la peor crisis económica de la historia reciente de Venezuela. “No hay fórmula mágica, y miren que lo hemos intentado todo”, reconoció desde la plataforma de un camión.

La participación ayer estuvo lejos de las decenas de miles de personas que acompañaron a Guaidó al comienzo del año, aunque fue la más numerosa desde el 1° de mayo, un día después del fallido levantamiento militar promovido por Guaidó.

En las principales ciudades del centro, occidente y sur del país, la oposición se concentró en calles y avenidas, en su mayoría con manifestantes vestidos de blanco para expresar su rechazo a Maduro y reclamar por las penurias diarias que enfrenta la población.

Hombres armados, ataviados de negro y con máscaras, irrumpieron de manera violenta el viernes en la sede del partido de Guaidó, Voluntad Popular, en un incidente calificado por líderes de la oposición como un plan de intimidación del gobierno.

Sectores de la oposición han visto en la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia una nueva motivación.

Pero, la situación entre los dos países tiene diferencias, la fundamental es la actitud de las Fuerzas Armadas, que en el caso boliviano le retiraron el apoyo a Morales.

En Venezuela, un cambio de gobierno sigue dependiendo de las Fuerzas Armadas, que son leales a Maduro.

“Los altos militares son los que están bien, pero el pueblo es el que está pasando necesidades”, dijo a Reuters Rosabal Navarro, una jubilada de 60 años en una manifestación en San Cristóbal, en el fronterizo estado Táchira, al oeste.

"Están locos".

Así como la oposición se movilizó ayer, también lo hicieron los sectores que respaldan al gobierno de Maduro, no solo para ratificar su apoyo al presidente, sino también para repudiar la caída de Morales.

Miles de chavistas vestidos de rojo salieron a las calles del centro de Caracas, lo que indujo a Maduro a declararse victorioso frente a supuestos planes de la oposición y Estados Unidos para derrocarlo, impulsados por la caída de Morales.

“Hemos tenido una nueva victoria, la victoria de la paz perfecta”, expresó Maduro, al celebrar las “inmensas movilizaciones” del chavismo en rechazo al “golpe de Estado” contra Morales.

Fuerzas de seguridad en plena batalla en Cochabamba. Foto: AFP
Fuerzas de seguridad en plena batalla en Cochabamba. Foto: AFP

Según el mandatario socialista, Guaidó, apoyado por Washington, buscaba derrocarlo ayer sábado.

Maduro le habló vía telefónica, por altoparlantes, a miles de chavistas congregados en el centro de Caracas, tras la movilización encabezada por el considerado número dos del oficialismo, Diosdado Cabello.

“Ayer se volvieron locos (...), voceros enloquecidos desde Estados Unidos (diciendo) que había llegado la hora, que ellos hoy 16 iban a dar un golpe de Estado en Venezuela”, indicó, refiriéndose a declaraciones de un alto funcionario y del Comando Sur de Estados Unidos.

“En Venezuela no da golpe de Estado nadie, aquí hay pueblo para defender la democracia, la libertad, (...) la revolución, que no se equivoquen”, dijo el mandatario.

“Tenemos en la mano una gran victoria de la unión cívico-militar”, remarcó Maduro, respaldado por la Fuerza Armada.

Presidenta de Bolivia exhorta a liberar a Venezuela

Después que decidió romper relaciones con Venezuela y expulsar a los diplomáticos de ese país en Bolivia, la presidenta Jeanine Áñez instó ayer al líder opositor Juan Guaidó, en momento en que éste movilizaba a sus partidarios en Caracas, a liberar a su país. “Con todo mi corazón deseo que libere a ese pueblo venezolano”, expresó Áñez a Guaidó en una videollamada de 15 minutos. “No es justo que estén viviendo tanta violencia y represión”.

Por su parte, Guaidó aseguró que “los bolivianos son inspiración para los venezolanos de que sí se pueden lograr los cambios democráticos con la ciudadanía movilizada, activa y determinada”.

Mientras, ayer, partió de Bolivia un vuelo con un primer contingente de 226 médicos cubanos pumbo a La Habana. “Son 226 ciudadanos cubanos, todos médicos que están regresando a su país”, confirmó a medios locales el coronel Rolando Millares, jefe del capítulo local de Interpol. La agencia oficial cubana Prensa Latina ratificó el informe y colgó en su página web una foto de los médicos en el interior del IL-96-300 de la aerolínea Cubana de Aviación.

La canciller de Bolivia, Karen Longaric, había anunciado que serán repatriados un total de “725 ciudadanos cubanos que cumplen funciones de cooperación en diferentes áreas”.

Desde La Habana, el presidente, Miguel Díaz-Canel, había denunciado “el acoso y maltrato” al que son sometidos miembros de la brigada médica cubana en Bolivia.

Bolivia aún está lejos de la armonía
Familiares despiden a las víctimas de la violencia que estalló el viernes en Cochabamba. Foto: AFP

La presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez y autoridades bolivianas de distinto signo llamaron ayer sábado a la pacificación del país, tras la muerte de cinco campesinos (es la cifra que da el gobierno, en tanto la Defensoría del Pueblo dice son ocho) leales a Evo Morales en enfrentamientos con la policía, pero el clima de tensión obligó a la suspensión de una concentración “por la paz”, al invocarse razones de seguridad.

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lamentó que las muertes parecen resultado del “uso innecesario o desproporcionado” de la fuerza policial o militar y advirtió que ello puede llevar a la situación en Bolivia a “salirse de control”.

“Estamos pasando momentos difíciles, pedimos a los movimientos sociales y otras organizaciones que depongan posiciones”, reclamó la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, del partido de Morales. “Convocamos al ahora oficialismo a poder sentarnos para dialogar sobre las bases en las cuales se va a enmarcar esta convocatoria y estas [nuevas] elecciones”, dijo Copa.

Jerjes Justiniano, ministro de la Presidencia del nuevo gobierno de la presidenta Áñez, había manifestado antes que las gestiones para acabar con la violencia deben involucrar “al país completo” y exhortó a que los bolivianos: “depongamos esa actitud (de confrontación) y que, por el contrario, busquemos cosas que nos unen”.

Sin embargo, una “concentración por la paz”, convocada por asociaciones vecinales de La Paz para pedir por el cese de la violencia tras casi cuatro semanas de protestas, enfrentamientos y saqueos, fue suspendida a último momento por los organizaciones “por razones de seguridad”.

A unas cuadras de esa fallida concentración, mil campesinos marchaban en contra del nuevo gobierno provisional y a favor de Morales.

Morales, asilado en México, renunció tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas, después de tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios del 20 de octubre.

Jean Arnault, enviado personal del secretario General de la ONU, António Guterres para sumarse a una mesa de negociación entre oficialistas y congresistas pro-Morales mesa, tuvo este sábado un primer contacto con Áñez, en el Palacio Quemado de La Paz. Con Áñez habló acerca de “la pacificación”, “y de la necesidad urgente de un diálogo y a conseguir el objetivo anhelado de la celebración de elecciones transparentes”, dijo.

Lo primero que hizo Áñez al asumir fue comprometerse a convocar a elecciones y abrió el diálogo con el Movimiento al Socialismo, el partido de Morales. (Con información de AFP)

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