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Los venezolanos en un voto crucial

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La peor crisis de su historia, alta criminalidad, pobreza, presos políticos, censura, represión.

Para Venezuela esta jornada es la puerta que puede abrirse a una nueva era. La mayoría de los sondeos coinciden en dar una amplia ventaja al voto de la oposición agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), lo cual cambiaría drásticamente el balance de poder por primera vez en casi dos décadas y dejaría al chavismo forzado a abrirse, por fin, al diálogo.

Una crisis económica que ha colocado al país al borde del colapso. Afectado por la fuerte baja internacional del petróleo, la principal fuente de ingresos del país, un desabastecimiento general de productos que golpea tanto en los básicos como en franjas altamente sensibles como los medicamentos; niveles alarmantes de inseguridad y un crecimiento exponencial de la pobreza, Venezuela y sus elecciones legislativas concitan hoy la atención del mundo.

Los venezolanos elegirán a hoy 167 diputados de la Asamblea Nacional, de un congreso unicameral dominado durante los últimos 17 años primero por el Movimiento V República, con el que Hugo Chávez llegó al poder en 1999, y luego por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), formado en 2008 para reunir en un solo grupo a las fuerzas de la izquierda.

Sin contar con algunos hechos que han sido denunciados tanto por organismos internacionales de derechos humanos —como la existencia de alrededor de 75 presos políticos, y alrededor de 40 denuncias por torturas a detenidos—, el propio sistema electoral creado por el chavismo está plagado de normas que quitan o directamente sustraen garantías.

Distritos electorales sobrerrepresentados, formaciones políticas falsas para confundir al electorado, recursos públicos utilizados por el chavismo para la campaña electoral.

Y las amenazas constantes. La retórica del presidente Nicolás Maduro se volvió particularmente encendida y hostil en los últimos meses previos a esta jornada electoral.

El asesinato de un dirigente opositor en medio de un acto de campaña en el estado de Guárico —gobernado por un representante del chavismo— tiñó de sangre la campaña, dominada por el miedo. El homicidio de Luis Manuel Díaz fue rápidamente atribuido por el gobierno de Maduro a un "enfrentamiento entre bandas criminales". La esposa del líder opositor Leopoldo López, encarcelado desde febrero del año pasado, denunció un "doble atentado" ya que Lilian Tintori testigo ocular del crimen desde el estrado se consideró a sí misma el segundo blanco.

Apenas unos días antes Maduro había formulado en una aparición pública una de sus amenazas más claras y sostuvo que en caso de ser derrotados saldría a las calles "y como todos saben, nosotros en las calles somos candela y burundanga", lanzó.

El tono de sus discursos se mantuvo hasta el jueves pasado en el acto de cierre de campaña sobre la simbólica avenida Bolívar en la que congregó a miles de chavistas.

Los seis expresidentes que asisten al proceso electoral —Andrés Pastrana (Colombia), Jorge Quiroga (Bolivia), Mireya Moscoso (Panamá), Luis Alberto Lacalle (Uruguay) y los costarricenses Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez— expusieron sus dudas ayer ante la canciller Delcy Rodríguez.

"Nosotros hemos dicho que nuestra carta de navegación es la carta del secretario general de la OEA, que ha hecho una serie de observaciones al proceso electoral venezolano, cerca de 18 páginas haciendo una serie de observaciones, le hemos reiterado que nos hubiese gustado que el CNE (Consejo Nacional Electoral) nos absolviera alguna de estas inquietudes", dijo Pastrana luego.

El secretario general de la OEA y excanciller uruguayo, Luis Almagro planteó sus preocupaciones por las condiciones en que se llega a estos comicios, lo que generó una respuesta airada del presidente Maduro, que lo calificó de "basura" y que también tuvo repercusiones en Uruguay donde la misiva obró como un verdadero "parteaguas" en la interna del gobernante Frente Amplio.

Frontera cerrada.

A toda la situación reseñada debe agregarse el estado de excepción que rige para la frontera con Colombia. Cerrada desde agosto pasado por Maduro, argumentando el accionar de grupos paramilitares y de contrabandistas, el cierre implicó un fuerte despliegue militar venezolano que afecta particularmente al estado de Táchira un bastión tradicional de la oposición antichavista.

El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, alertó precisamente ayer que ha sido identificada en la frontera con Colombia una "intencionalidad deliberada" de violencia paramilitar de cara a las elecciones parlamentarias de este domingo.

"Estamos muy pendientes de la frontera. Atención Táchira: se identifica una intencionalidad deliberada de generar violencia paramilitar", escribió en Twitter sin más detalles el también responsable del Comandando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

El jefe militar subrayó el pasado 1 de diciembre, al activar el plan castrense de resguardo de la seguridad de las elecciones, que este domingo "no habrá un golpe de Estado, no habrá un autogolpe" ni tampoco "violencia terrorista o política", sino "una fiesta democrática" en el país.

El llamado Plan República, que se activa en vísperas de cualquier elección en Venezuela, ha movilizado en esta ocasión por todo el país a 163.000 efectivos, además de otros 25.000 de reserva.

Además del estado de excepción, el Gobierno venezolano decretó el cierre de los pasos fronterizos y el libre tránsito de ciudadanos.

Esto puede ocasionar serias dificultades en aquellas mesas electorales que caen dentro de los distritos militarizados.

Estos son problemas objetivos con los que llega Venezuela a los comicios. Pero la opinión mayoritaria de los venezolanos que expresarán los votos, según los sondeos son críticos con el gobierno y la figura del presidente, en particular.

Incluso entre los seguidores del extinto comandante Hugo Chávez se repite en voz baja algo que puede sonar a perogrullada, pero revela su verdad: "Maduro no es Chávez". Según la última encuesta de Datanálisis, el 64,6% tiene una opinión negativa de la gestión del presidente y el 89,5% cree que la situación del país es mala.

Desencantados de la revolución chavista; golpeados por la peor crisis económica de su historia; con franjas enteras de la población empujadas a la pobreza que en 2015 representa ya el 55%, un crecimiento que se registró de manera exponencial entre 2014 y el presente año. Así llegan los venezolanos a las elecciones legislativas.

LA LEY ELECTORAL DE HUGO CHÁVEZ.

La máquina chavista de ganar.

Hugo Chávez encargó a sus "ingenieros" una ley que facilitara la victoria perfecta en las elecciones parlamentarias. Así nació en 2009 la Ley Orgánica de Procesos Electorales, capaz de multiplicar los panes chavistas y reducir los peces opositores.

Lo confirmó el resultado de las elecciones a la Asamblea Nacional del año siguiente, donde el PSUV obtuvo el 48,1% de los votos y la MUD, el 47,2%. Una diferencia mínima, de 0,9%, recompensada con un diluvio de diputados oficialistas, 98 frente a los 65. ¿Por qué? Se trata de una ley "Frankenstein" para la que se crearon circuitos electorales artificiales que sobrerrepresentan las zonas chavistas y las menos pobladas. Un ejemplo: un voto en el estado de Delta Amacuro, con 187.000 habitantes, vale cinco veces más que en Caracas. La ingeniería es tan perfecta que la oposición ganó por la mínima en Caracas, pero de los 10 diputados en juego sólo se quedó con tres, frente a 7 de los oficialistas.

LOS TRUCOS.

Chavismo creó falso partido de la oposición.

Una de las mayores creaciones del chavismo en esta campaña fue la creación de un falso partido de la oposición. Esta fue la razón por la cual la campaña opositora se dedicó en cuerpo y alma a enseñar a votar a sus seguidores, ante la puesta en marcha de una operación de confusión. Un lema —que hasta cantado— se repite por las calles: "Abajo, a la izquierda, en la esquina, la de la manito". Con los mismos colores, con la misma palabra y al lado de la MUD en la boleta electoral —no se vota con papeletas separadas— se presenta Min Unidad, partido intervenido por el Tribunal Supremo. A través de una campaña millonaria, sembró el país de publicidad engañosa para hacerse pasar por la oposición, usando incluso imágenes del preso político Leopoldo López y de Ismael García, conocido candidato opositor. Le podría arrebatar hasta siete diputados a la oposición. Esto se suma a la cantidad de recursos que desplegó el chavismo, como los colegios electorales que arrojan resultados por demás sospechosos. En las anteriores, por ejemplo, el de la Sierra del Perijá se obró un milagro electoral: de 717 electores censados, votaron 692. La participación fue sorprendente: 96,51%. Y todos ellos, los 692, lo hicieron por Maduro. La oposición también documentó a muertos que votan y a otros que votan dos o tres veces, todo ha sido denunciado.

El momento de decidir

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