ANÁLISIS

El endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos pone en riesgo una gran “válvula de escape” de las economías de los países del Triángulo Norte de Centroamérica: las millonarias remesas.

“Una parte muy importante de estas sociedades (El Salvador, Honduras y Guatemala) es el hecho de que hay una válvula de escape para problemas sociales y demográficos, una fuente de ingresos”, dijo a Efe el decano del Incae Business School, Alberto Trejos, acerca de la migración y las remesas.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Latinoamericano para la Competitividad y Desarrollo Sostenible del Incae publicaron el libro “El futuro de Centroamérica: Retos para un desarrollo sostenible”. El informe detalla que en Estados Unidos hay 3 millones de migrantes del Triángulo Norte y que sus remesas representan 20% del Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador y Honduras, y 12% del de Guatemala. Los migrantes salvadoreños en Estados Unidos en 2017 correspondían al 23% de la población total de su país, y en los casos de Honduras y Guatemala suponían el 8% y el 6%, respectivamente.

El endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos podría tener un impacto sustancial en las remesas y, por ende, en las economías de El Salvador, Honduras y Guatemala, advierte el informe del BID e Incae. Señala que las remesas podrían disminuir un 7,6% por año debido al endurecimiento de las políticas de EE.UU., y que la eliminación del estatus de protección temporal (TPS) para los ciudadanos de Honduras y El Salvador implicaría una reducción adicional en las remesas del 6% a mediano plazo.

El estudio apunta a vías para enfrentar el problema migratorio, las cuales pasan por fortalecer la institucionalidad democrática, desarrollo sostenible basado en la paz y el respeto a los derechos de la ciudadanía, para producir prosperidad y equidad.

También subraya la necesidad de apostar cada vez más por el comercio, la integración regional, y atraer inversiones.