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Un piloto de actitud impecable aunque sufrió una depresión

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Reciente foto, tomada de las redes sociales, muestra a Lubitz en el Golden Gate de San Francisco.
This picture circulating on the internet and social networks allegedly shows Andreas Lubitz, posing in front of the Golden Gate Bridge in California. Lubitz, the German young co-pilot of the doomed Germanwings flight appears to have "deliberately" crashed the plane into the French Alps after locking his captain out of the cockpit, but is not believed to be part of a terrorist plot, French officials said today. AFP PHOTO RESTRICTED TO EDITORIAL USE, NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGN - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS FRANCE-GERMANY-SPAIN-AVIATION-ACCIDENT
-/AFP

La investigación del accidente del avión de Germanwings que se estrelló con 144 viajeros en los Alpes franceses dio un giro brutal, con el anuncio del fiscal Brice Robin sobre la responsabilidad directa del copiloto en la tragedia. Ahora el centro de la cuestión es develar las razones de la extrema decisión.

El copiloto se llamaba Andreas Lubitz, de 28 años de edad, según dijo Robin, mientras que una portavoz de Lufthansa confirmó que éste trabajaba para Germanwings desde septiembre de 2013. Se había formado en la escuela de Lufthansa en Bremen y acumulaba 630 horas de vuelo.

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Según las primeras informaciones hechas públicas por la Fiscalía francesa a partir de las grabaciones de voz registradas en la primera caja negra recuperada del avión, el copiloto accionó el sistema de descenso del aparato estando solo en la cabina y no abrió la puerta al piloto, que había salido un momento e intentó sin éxito regresar.

El Gobierno alemán confirmó que el copiloto no tenía "antecedentes terroristas", ante la hipótesis de que se tratara de un atentado suicida.

"En lo que respecta al copiloto, hasta este momento, tras verificar las informaciones en nuestro poder sobre esa persona, no hay ningún contexto terrorista", declaró el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, en una rueda de prensa en Berlín.

Su vida.

Varios medios alemanes informan que Lubitz era originario de la población de Montabaur (de unos 13.000 habitantes), en la región de Renania-Palatinado. Según la alcaldesa de esa localidad, Gabriele Wieland, vivía en el pueblo en casa de sus padres, aunque también tenía una vivienda en la ciudad de Düsseldorf, donde debía aterrizar el avión siniestrado.

Su perfil en Facebook fue borrado. Según publicó en septiembre de 2013 la revista Aviation Business Gazette, Andreas Günter Lubitz fue incluido en esas fechas en la base de datos de la Federal Aviation Administration (FAA) en reconocimiento a la excelencia de su formación.

Germanwings, en su cuenta de Twitter, se declara "conmocionada" por las revelaciones en torno al copiloto de su compañía. Por su parte, el presidente ejecutivo de Lufthansa, Carsten Spohr, comentó en una rueda de prensa en el aeropuerto de Colonia que Lubitz terminó su formación en 2008 y que su actitud era "impecable".

Trabajó primero como auxiliar, explicó Spohr, que también reveló que hubo un paréntesis en su formación hace seis años, por lo que el piloto fue examinado de nuevo cuando retomó la actividad.

El diario alemán Faz, en su página web, atribuyó la suspensión del entrenamiento como piloto de Lubitz a que estaba afectado por el "síndrome de Burnout, una depresión", sostuvo el diario alemán Faz en su portal de Internet.

El periódico presentó el reporte citando a la madre de una amiga de la infancia de Andreas Lubitz. "Era un buen muchacho, de buena familia", afirmó la mujer, mientras a su lado lloraba la hija.

La muchacha, al parecer, vio a su amigo por última vez para la Navidad pasada y le dio una impresión "normal". El accidente "no puede ser planificado", agregó.

En su club

Lubitz era socio de un club de vuelo de su localidad, según varios medios. El LSC Westerwald colgó en su página web una nota de pésame tras el accidente en la que destaca que el copiloto era miembro de la organización desde hacía años. "Andreas murió como primer oficial de servicio en la catástrofe aérea", anuncia la nota. El club explica que Lubitz comenzó como piloto de planeadores de vuelo sin motor, y se formó hasta ponerse a los mandos de una Airbus.

"Cumplió su sueño de volar, sueño que ahora ha pagado caro con su vida", añadía el club.

En declaraciones a Reuters, un miembro del club manifestó que todos los pilotos pasan controles periódicos para comprobar que están bien física y mentalmente. Ha calificado de "inimaginable" la posibilidad de que Lubitz estrellara el avión y pidió que no se saquen conclusiones precipitadas hasta que concluya la investigación.

Otros antiguos compañeros describieron a Lubitz como "un joven muy amable", "divertido y a veces quizás un poco tranquilo", sin ninguna particularidad especial o característica llamativa.

La familia del copiloto se trasladó al pueblo francés de Seyne-les-Alpes, desde donde se dirige el rescate de los cuerpos de las víctimas y de los restos del avión. Los familiares de la tripulación del aparato no están junto a los de los pasajeros fallecidos.

Ningún vecino atendió ayer a las cámaras de televisión que se arremolinaron en las cercanías de su casa de Düsseldorf y de la vivienda de sus padres en Montabaur.

El piloto.

. Según informa la emisora francesa Radio Europe 1, el piloto, que se quedó afuera de la cabina antes del siniestro, volaba para Lufthansa y Germanwings desde hacía 10 años y era, por tanto, un profesional experimentado con más de 6.000 horas de vuelo.

El periódico alemán Bild, que adelantó también el nombre del copiloto y la inicial de su apellido, afirma que el comandante del avión se llamaba Patrick S. y que era padre de dos hijos.

Un piloto ya jubilado que lo conocía, ha confirmado que era un profesional "muy experimentado, uno de los mejores". "Estoy convencido que ambos (el piloto y el copiloto) hicieron lo que pudieron", manifestó este hombre, que describió a Patrick S. como "un buen padre" y "una persona con humor".

Prueba psicológica para pilotos de línea son solo excepcionales.

Andreas Lubitz había superado todos los exámenes médicos y psicológicos, indicó la aerolínea Lufthansa. Pero la suya, probablemente, era una situación particular, como reveló la prensa alemana, según la cual el copiloto interrumpió su formación y solicitó un descanso tras sufrir una depresión y mostrar síntomas de agotamiento. Y es que para los pilotos civiles no está previsto que se sometan a intervalos regulares a pruebas psicológicas.

"Si un piloto de línea es sometido a un test psicológico, es un caso excepcional, porque presenta problemas particulares", explicó el Instituto de Medicina Aeroespacial de la Aeronáutica Militar italiana, donde se realizan controles a los pilotos civiles. "Desde el momento de la selección, los pilotos realizan de forma rutinaria solo los controles relativos a la forma física, a partir de la vista y el oído, el aparato respiratorio y cardio-circulatorio". ANSA

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Reciente foto, tomada de las redes sociales, muestra a Lubitz en el Golden Gate de San Francisco.

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