MIGRACIÓN
El presidente demócrata Joe Biden no los echa como hacía Donald Trump en su gobierno, pero les solicita que “no vengan”.
La llegada a Estados Unidos de centenares de menores inmigrantes -más de 4.000 se encuentran bajo custodia de la Patrulla Fronteriza- se ha convertido en otra prueba de fuego para la administración de Joe Biden y está copando parte del debate político en Washington.
Ante las críticas de la oposición, Biden les pidió a los inmigrantes: “No vengan”.
Como una “angustia humana”, más que una crisis, han calificado esta situación congresistas republicanos, mientras medios locales alertan sobre el crecimiento exponencial de los registros de ingreso de menores que cruzan solos la frontera con México, aunque sin alcanzar las cotas de 2019.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, señaló el martes que bajo el Gobierno de Biden no se está expulsando a los pequeños -como ordenó su antecesor, Donald Trump-, pero sí a las familias y a los adultos solteros.
Mayorkas, el primer hispano e inmigrante al frente de la Seguridad Nacional, admitió que las cifras de indocumentados que llegan a la frontera puede ser la mayor en 20 años.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en febrero pasado sus agentes encontraron 100.414 inmigrantes irregulares, de los cuales un 9,4% (9.457) eran menores.
Esta cantidad supone un aumento del 61,4% con respecto a enero, cuando fueron atendidos 5.858 inmigrantes menores.
Ese mismo mes se contabilizaron 78.442 “encuentros” -como los define la CBP- de inmigrantes indocumentados.
La cadena CBS reveló, citando registros gubernamentales, que 4.200 menores permanecían en instalaciones de detención de corto plazo de la Patrulla Fronteriza, y que casi 3.000 de los niños no acompañados bajo cuidado de la CBP habían superado el período de 72 horas de detención.
El último gran repunte en las estadísticas de detenciones data de mayo de 2019, cuando 132.856 personas que pasaron de forma irregular la frontera fueron aprehendidas por las autoridades migratorias, de las cuales 11.475 eran menores de edad no acompañados.
Para el profesor asistente de la American University Ernesto Castañeda-Tinoco “no hay una crisis verdadera a nivel numérico” aunque sí subrayó el debate político que está suscitando.
Para Castañeda, el panorama actual es una herencia de Trump, “destruyó el sistema de asilo, destruyó la manera humana de tratar” a los menores inmigrantes no acompañados.
Por eso considera que no hay una crisis generada porque “la gente quiera cruzar la frontera de manera ilegal”, sino que estos niños y sus familias se están “entregando; están más bien pidiendo asilo”.
Tampoco cree que las cifras supongan “ninguna sorpresa”, sino que son un contraste con respecto al año pasado, cuando a raíz de la pandemia cayó el número de indocumentados que cruzaba debido al cierre de la frontera y al programa que devolvió a México a los solicitantes de asilo.
Encuesta sobre la migración.
Los votantes republicanos son cada vez más hostiles hacia los inmigrantes ilegales, según una encuesta de Reuters/Ipsos. El 77% de los republicanos dijo en una encuesta realizada entre el 18 y el 24 de febrero que quiere más vallas en la frontera con México, seis puntos más que en 2015. Y el 56% no quiere que los inmigrantes ilegales tengan una vía de acceso a la ciudadanía, 18 puntos más respecto de una encuesta del 2018.