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Corea: el Norte cruzó al Sur

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Corea del Norte y Corea del Sur celebran una histórica cumbre. Foto: AFP

DESHIELO COREANO

El éxito de la cumbre dependerá de los compromisos de Kim sobre la desnuclearización.

Kim Jong-un cruzó la frontera y le estre- chó la mano a Moon Jae-in. El dictador del Norte está reunido con el presidente del Sur. Kim es el primer líder norcoreano en cruzar al Sur desde la Guerra de Corea, hace ya 65 años. Y esta tarde se sabrá qué resultado arrojó esta primera histórica cumbre.

Kim llegó acompañado por nueve oficiales, entre ellos su hermana, Kim Yo Jong, quien encabezó la delegación norcoreana que viajó a los Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur en febrero.

"Kim Jong-un discutirá honestamente con Moon Jae-in todas las cuestiones que surjan para mejorar las relaciones intercoreanas y alcanzar la paz, la prosperidad y la reunificación de la península de Corea", dijo la agencia de noticias estatal KCNA, cuando el dictador norcoreano iniciaba su viaje hacia la frontera.

El éxito de la cumbre dependerá en gran parte de que logren plasmar en compromisos y acciones concretas la voluntad de desnuclearizarse que ha expresado el régimen del Norte.

Muchos analistas son optimistas de cara al histórico encuentro entre Kim Jong-un y el surcoreano Moon Jae-in, aunque también consideran improbable que se alcancen resultados muy concretos a corto plazo y destacan que se trata solo de un primer paso.

"Hace un año solo se hablaba de una posible guerra en la península, y ahora estamos ante una cumbre para tratar la desnuclearización y la paz permanente", destaca el investigador Cho Seong-ryoul, del Instituto surcoreano de Estrategia de Seguridad, quien confía en que la cumbre "sea el inicio de una serie de reuniones regulares" entre Kim y Moon.

"El año pasado fue uno de los más peligrosos de las últimas décadas. Mucha gente subestima lo cerca que estuvo de estallar una guerra en Corea", señala en la misma línea Andrei Lankov, profesor de Estudios Coreanos de la Universidad Kookmin en Seúl.

Los observadores coinciden en que este cambio radical ha sido posible por una "conjunción de factores" que incluye la voluntad de supervivencia del régimen norcoreano y los "papeles complementarios" que han desempeñado los líderes del Norte y del Sur, así como el presidente Donald Trump.

Los líderes de las dos Coreas se saludaron y dieron inicio a una histórica cumbre, Foto: Reuters
Los líderes de las dos Coreas se saludaron y dieron inicio a una histórica cumbre. Foto: Reuters

A la hora de evaluar los resultados de esta primera cumbre, el punto clave sería "cómo clarificar el compromiso para la completa desnuclearización del Norte", destaca Kim Taehwan, profesor en la Academia Nacional de Diplomacia de Seúl.

"Ahora no es el momento para hablar de una desnuclea-rización completa, verificable e irreversible, como reclama la línea más dura de la Adminis-tración Trump, sino que se tra-ta de mantener el movimien- to iniciado para lograr esa me-ta a largo plazo", dice por su lado Kim Joon-hyung, asesor del presidente surcoreano Moon y profesor de la Universidad de Handong.

Lankov, por su parte, se muestra mucho más escéptico y califica de "milagro" que el régimen decidiera abandonar sus armas nucleares, puesto que son "la única garantía de su supervivencia". A su juicio, es más creíble que Corea del Norte aspire a "reducir su arsenal" y "ralentizar o detener temporalmente su programa nuclear", una situación "que permitiría mantener la distensión y con la que el mundo podría vivir".

Otros analistas creen que Corea del Norte sí que estaría dispuesta a deshacerse definitivamente de sus armas nucleares siempre que se reconozca al régimen estalinista y se le den garantías de cara a su supervivencia.

Entre las concesiones que Corea del Norte podría obtener a cambio figuran una relajación de las sanciones internacionales que pesan sobre el régimen, la reanudación de la cooperación económica con el Sur o una reducción de las maniobras militares de Seúl y Washington, destacan los analistas, que no obstante discrepan sobre si es lícito compensar al Norte.

"Habrá que esperar cinco o diez años para ver si esta cumbre ha tenido verdaderamente éxito", sentencia Lankov, quien recuerda las grandes expecta- tivas que se crearon con los acuerdos en las cumbres intercoreanas de 2000 y 2007, y posteriormente rotos.

La OTAN, por su lado, estimó ayer jueves que la comunidad internacional debe mantener la presión y las sanciones contra Corea del Norte hasta que se registren "cambios concretos" en las acciones del régimen, dijo el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg.

Kim y Moon camino a la histórica cumbre entre las dos Coreas. Foto: Reuters
Kim y Moon camino a la histórica cumbre entre las dos Coreas. Foto: Reuters

Cumbre Trump-Kim.

Dentro de unas semanas, el mundo será testigo de otra cumbre histórica: la del presidente de Estados Unidos con el dictador de Corea del Norte. Donald Trump mencionó ayer jueves que ya se manejan "tres o cuatro" fechas posibles para su encuentro con Kim. "Tenemos que adoptar una decisión. Tenemos tres o cuatro fechas, y eso incluye cinco sedes posibles. Ahora tenemos que ajustar eso", dijo el mandatario en una entrevista telefónica con el canal de TV FoxNews.

Trump sorprendió al mundo a fines de abril al aceptar una invitación personal de Kim para una reunión entre ambos, después de un evidente agravamiento de las tensiones en la relación bilateral.

Como parte de los planes para ese encuentro, Trump incluso envió en misión secreta a Corea del Norte al director de la CIA, Mike Pompeo, quien se encontró con Kim en la capital, Pyongyang. Pompeo fue confirmado ayer por el Senado como nuevo secretario de Estado.

Este jueves, en una comunicación telefónica con su programa de TV favorito, el ultraconservador Fox and Friends, Trump admitió que en algún momento parecía que Estados Unidos y Corea del Norte llegarían a un conflicto nuclear.

Medida al milímetro y con menú binacional

La cumbre entre Kim Jong-un y Moon Jae-in fue programa sin olvidar detalle. El histórico encuentro comenzó ayer las 9.30 hora surcoreana (21.30 de anoche en Uruguay), cuando el dictador norcoreano cruzó a pie la línea de demarcación militar que divide los países.

Tras la reunión de anoche y otra que mantendrán esta mañana (tarde en Corea del Sur) los dos líderes firmarán un acuerdo y realizarán un anuncio. Hasta anoche no se sabía si leerían una declaración y muchos menos si contestarían preguntas de los periodistas, lo que sería inaudito en el caso de un dictador de Corea de Norte.

Cada detalle se ha medido al milímetro, en algunos casos literalmente, como el de la mesa que se empleará en la sala de reunión. El mueble es ovalado para reducir entre los participantes "la distancia psicológica" que genera la división de la península y en su parte central mide exactamente 2.018 milímetros de ancho para simbolizar el año de la histórica cita.

Entre las dos sesiones, Kim y Moon plantarán un árbol junto a un camino que en su día utilizó el fundador del grupo Hyundai, Chung Ju-yong (norcoreano de nacimiento), para visitar su pueblo natal y donar un millar de reses a Corea del Norte en medio de la durísima hambruna de los noventa.

La tierra empleada para abonar el pino procede de los volcanes Halla y Paektu, los picos más altos —y venerados— en Sur y Norte, y el agua usada para regarlo procederá del Han y el Taedong, los ríos que bañan respectivamente Seúl y Pyongyang.

Del mismo modo, el menú que compartirán los mandatarios como los cuadros elegidos para decorar Peace House, cada elemento hace referencia a los principales símbolos comunes.

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