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Atentado a Cristina Kirchner: procesan a atacante y a su novia Brenda

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Intento de homicidio a Cristina Kirchner. Foto: AFP.
This screen grab obtained from a handout video released by TV Publica shows a man pointing a gun at Argentine Vice-President Cristina Fernandez de Kirchner as she arrives to heren residence in Buenos Aires on September 1, 2022. - A man was arrested Thursday in Argentina for pointing a gun at Vice-President Cristina Kirchner as she arrived at her home, said Security Minister Aníbal Fernández. (Photo by Handout / TV PUBLICA / AFP) / - Argentina OUT / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / TV PUBLICA " - NO MARKETING - NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS, hombre gatilla un arma frente a Cristina Fernandez, que llegaba a su casa en Barrio Recoleta de Buenos Aires
HANDOUT/AFP fotos

ARGENTINA

Con prisión preventiva y embargo por US$ 670.000 por coautoría de intento de homicidio agravado.

La jueza María Eugenia Capuchetti procesó con prisión preventiva a Fernando Sabag Montiel y a su novia Brenda Uliarte por el ataque a Cristina Kirchner y los embargó por 100 millones de pesos argentinos (unos 670.000 dólares). La magistrada los consideró coautores de intento de homicidio calificado agravado por el uso de armas, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas.

La resolución a la que tuvo acceso La Nación, de 95 carillas, compila los testimonios de militantes kirchneristas que estaban junto a Sabag Montiel cuando fue detenido, cómo algunos de ellos le pegaron y le dejaron un moretón en el ojo, y otros aseguraron el arma en el piso hasta que llegó la policía.

Los testigos refieren que el cordón de seguridad en torno a Cristina Kirchner era de La Cámpora. Cuenta el fallo que Sabag Montiel quedó detenido en una carpa, fuera de la vista del público, y que entre sus pertenencias le secuestraron anillos, un celular roto y 26 pesos en monedas, nada más. Su novia, días más tarde, fue presa con 70 pesos en el bolsillo.

Los teléfonos celulares permitieron reconstruir el plan delictivo: se inició el 22 de abril, cuando Brenda Uliarte habría adquirido la pistola semiautomática, de acción simple, calibre .32 auto, marca Bersa, modelo Lusber 84, con la numeración parcialmente limada.

Ese día, Brenda le dijo a su contacto “Serena” que había comprado un arma.

El mismo día le dijo a Fran, otro contacto, “tranqui no va a pasar nada… es mío el fierro”. Y aseguró que lo compró para “asustar” a un exnovio que la “bardió” (sic).

El 4 de julio, Brenda Uliarte se comunicó con Agustina Díaz, su mejor amiga, ahora presa, agendada “Amor de mi vida”, y le dijo: “Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina… me dan los ovarios para hacer-lo… el tema es como porque la vieja tiene seguridad”.

Para esa época, Uliarte ya había tomado la decisión de atentar contra la vida de Cristina Kirchner e iniciado el plan al cual solo le bastaba definir el modo, el tiempo y el lugar de su ejecución. Eso se decidió luego de la inteligencia que efectuaron con Sabag Montiel, los días previos al atentado.

Los primeros estudios siquiátricos realizados a Sabag Montiel lo describen como que realiza una “asociación de ideas anormal” y que se observa una “disgregación del pensamiento moderado que vuelve el discurso confuso y poco inteligible”.

Señaló que “predominan ideas de tipo delirante con temas hipocondríacos (arterioesclerosis por fumar tabaco armado) y de perjuicio (se describe como víctima de múltiples robos), hay presencia de ideación mística con tendencia a la megalomanía”.

Y se sugiere un estudio más profundo para su diagnóstico y tratamiento.

Asimismo, en la resolución está citada la declaración de la vicepresidenta en la que señala: “Cuando bajo, hago un trayecto y la gente se forma en un semicírculo sobre la calle Juncal. Yo comienzo a caminar, saludo a la gente y muchos de ellos traen libros para que se los firme. Cuando estaba dando la vuelta por la calle Juncal, veo que alguien revolea un libro. Es la primera vez que me pasa desde que presenté el libro. Nunca me pasó que revoleen un libro”.

“Cuando pasa eso, me agacho a agarrarlo. Cuando me levanto, veo que se arma un tumulto de personas que agarran a una persona. Ahí recordé que el día anterior un repartidor había agredido a una persona de mi custodia y pensé que era un caso similar. Luego, termino el círculo, firmo unos libros más y entro a mi domicilio. Cuando venía en el ascensor, mi secretario Diego Bermúdez estaba muy nervioso y me dijo que creía que había habido un arma porque había escuchado un clic”, relató Cristina Kirchner.

Ahí, en el comedor diario, vieron las imágenes. “Constatamos lo que había ocurrido. Ahí me empiezo a enterar lo que había pasado”, dijo la vicepresidenta.

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