Dardo Sánchez, el futuro intendente de Treinta y Tres, espera que el gobierno mira hacia su zona y específicamente hacia su departamento que tiene gran necesidad de inversiones y de fuentes de trabajo.

Algunas intendencias, como la suya, dependen fuertemente de las transferencias del gobierno nacional y Sánchez ha dicho que recibirá la comuna con escasos recursos.

En las oficinas del gobierno encargadas de lidiar con las intendencias del interior se tiene la impresión de que existe en algunas comunas una especie de "pereza fiscal" que las lleva a no hacer suficientes esfuerzos recaudatorios y a recurrir mucho a amnistías y a las transferencias del gobierno central.

Los datos del cierre de las finanzas municipales a fines de 2013 indican que 13 intendencias estaban en rojo.

En el interior, por lejos , la peor situación es la de Salto que a fines de mayo tenía un rojo de US$ 26 millones. Esto llevó al futuro intendente, el frentista Andrés Lima, a solicitar al Banco República un crédito que permita el funcionamiento de la intendencia en los próximos años. En el caso de Montevideo el déficit es de US$ 35,7 millones. Tiene una deuda acumulada de US$ 115 millones y fondos ya comprometidos por US$ 260 millones. El frenteamplista Óscar Terzaghi que recibirá de la administración blanca la intendencia de Río Negro se ha mostrado preocupado por el estado de las finanzas municipales. La misma preocupación respecto a las finanzas ha manifestado un blanco, Enrique Antía, que recibirá de manos frenteamplistas la conducción de la comuna de Maldonado.

Las intendencias tienen más egresos que ingresos. Sus egresos alcanzaron los $ 37.000 millones en 2013, equivalentes a algo más de US$ 1.800 millones. Un tercio correspondió a Montevideo y el resto al interior del país. Los ingresos de los gobiernos departamentales superaron los $ 35.000 millones en 2013, lo cual equivale a cerca de US$ 1.700 millones. Dos tercios del total correspondieron a lo percibido por las intendencias del interior. Las transferencias pasaron de representar en promedio el 10% de los ingresos de las comunas en 1990 a equivaler el 30% en 2013.

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