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En Dolores siguen dando clase en contenedores

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Luego del temporal: se improvisó una solución transitoria, con contenedores metálicos, que se ha prolongado más de los previsto. Foto: Danilo Barboza

Preocupación

Dos años y medio después del temporal, las obras recién han comenzado.

Luego del temporal: se improvisó una solución transitoria, con contenedores metálicos, que se ha prolongado más de los previsto. Foto: Danilo Barboza
Luego del temporal: se improvisó una solución transitoria, con contenedores metálicos, que se ha prolongado más de los previsto. Foto: Daniel Rojas

Dolores hay padres preocupados porque en 2019 cientos de alumnos continuarán estudiando en contenedores. Ya se habrán cumplido 3 años del tornado del 15 de abril de 2016, que devastó un tercio de la ciudad y causó daños estructurales significativos a los dos liceos.

La comunidad ha continuado recuperándose a lo largo de estos dos años y medio, aunque el trauma ante la peor tragedia vivida aflora en cada tormenta.

La mayoría no quiere que sus hijos asistan por mucho más tiempo a recibir educación en los contenedores montados en el predio de UTU para atender la emergencia edilicia. Son 1.700 los estudiantes albergados diariamente en un lugar con pocas comodidades, "pero han sabido acostumbrarse", expresó la directora del Liceo 1, Mariel Bazán. "Los plazos de reconstrucción van bien y además hay que tener en cuenta que hay partes que se construyen desde cero", explicó Bazán. La docente considera que su liceo, que tenía una matrícula de 1.300 alumnos, "quedará habilitado para marzo de 2019".

La reforma servirá para dejar una casa de estudios aggiornada. Por tratarse de un edificio de 1930, no tenía habilitación de Bomberos ni accesibilidad, mejoras que se incorporaron al nuevo proyecto.

"Se determinó que en la planta alta donde se volaron los techos no habrá salones ni laboratorios", explicó Bazán. El área de los tres salones con ventanas a la calle será transformada en un espacio multi-uso. También dejarán de funcionar en planta alta los laboratorios de Física, Química e Informática. Las aulas estarán distribuidas en planta baja y en el primer piso.

"Por esta razón, habrá menos salones y el Liceo 1 deberá pasar a un total de 6 grupos de ciclo básico al Liceo 2: dos primeros, dos segundos y dos terceros", explicó la directora de la principal casa de estudios. La idea era que las dos obras se desarrollaran casi que en forma paralela, algo que no es posible.

"La situación del Liceo 2 fue distinta, porque tuvieron problemas con las empresas que licitaron. Hicieron reclamos que terminaron postergando el inicio de la obra", indicó Bazán.

Mientras la recuperación del Liceo 1 empezó la semana siguiente a Turismo, el 2 lo hizo apenas hace 10 días y tiene un año de plazo para ejecutar el proyecto. "En el 2 se construirá un edificio nuevo a excepción de los salones del fondo", informó la docente.

Obras: docentes y padres reclaman celeridad. Foto: Danilo Barboza
Obras: docentes y padres reclaman celeridad. Foto: Daniel Rojas

Allí empieza a generarse la preocupación de cómo se distribuirá el alumnado y a quiénes les tocará empezar el año en un edificio totalmente nuevo (60% de los estudiantes) y quiénes continuarán en los contenedores (el restante 40%).

"Haremos un sorteo público ante escribano, pensamos que es lo más democrático", afirma la directora, previendo la etapa donde los padres concurrirán masivamente para consultar sobre el futuro de sus hijos.

Contenedores.

Muchos padres, como el caso de Marcia Isnardi, se muestran preocupados por el hecho de que sus hijos tengan que estudiar en aulas prefabricadas que a primera vista no ofrecen demasiada seguridad.

"Tengo una hija que el año próximo entra al Secundario y me preocupa que no estén los dos liceos terminados. Cuando comience el próximo año lectivo ya habrán transcurridos 3 años del tornado", explicó. "Como mamá que vivió todo eso con sus hijas en la escuela, veo que los contenedores y toda la infraestructura es un tanto débil para el caso de que suceda otra vez un hecho así. Es cierto quedamos con ese trauma", agregó Isnardi preocupada.

Alumnos: se han “acostumbrado” a los contenedores, pero faltan comodidades. Foto: Danilo Barboza
Alumnos: se han “acostumbrado” a los contenedores, pero faltan comodidades. Foto: Daniel Rojas

"En los contenedores nos queda poco tiempo. Las filtraciones se han solucionado y solo entra un poquito de agua cuando hay viento de frente a las ventanas", contestó la directora que, con mucha experiencia, ha logrado conducir a la comunidad educativa en estos años difíciles.

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