El Universal/GDA
La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce sobre las paredes de las arterias, que es más alta (presión sistólica) cuando el corazón la bombea hacia la zona de las arterias y puede ser más baja (presión diastólica) entre un latido y otro relacionado al músculo cardiaco. La presión baja o hipotensión suele producirse cuando estamos en estado de reposo.

De acuerdo con el National Heart Lung, and Blood Institute, algunas personas tienen presión arterial baja todo el tiempo, y eso es normal en ellas. Otras experimentan una caída repentina de la misma o tienen hipotensión que puede llegar a estar relacionada con un problema de salud.

En algunas ocasiones esto puede resultar sumamente peligroso, ya que podría significar que el corazón, el cerebro u otros órganos vitales no están recibiendo suficiente flujo sanguíneo y puede ocurrir algunos padecimientos como el de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

De acuerdo con el médico cardiólogo, cardioncólogo y director del Centro Cardiológico de Bogotá, Gabriel Robledo Kaiser, los síntomas que indican que la presión arterial está baja son, entre otros, son los siguientes:

• Mareos
• Desmayos
• Sensación de cansancio
• Náuseas

“A veces se presenta hipotensión, por ejemplo, cuando la persona está sentada y se levanta muy rápido, a lo que se conoce como hipotensión ortostática”, precisa el experto. Otro ejemplo de sintomatologías se da luego de comer o si realiza una actividad sin haber reposado, también es posible que se presente hipotensión y en este caso se le llama posprandial.

Robledo asegura que generalmente la presión arterial baja se presenta por deshidratación o cuando una persona mantiene mucho tiempo acostada, además de tener en cuenta otros factores que la pueden producir como el embarazo o la diabetes.

Hay que tener en cuenta que cuando el cuerpo no tiene suficiente agua, disminuye el volumen sanguíneo y esto ocasiona un descenso de la presión arterial. La fiebre, los vómitos, la diarrea grave, el uso excesivo de diuréticos y el ejercicio extenuante pueden generar problemas de deshidratación.

Beber abundante agua es esencial para prevenir la deshidratación y evitar la baja de presión sanguínea. A veces es necesario hacer cambios en la alimentación o tomar mediicamentos que regulan la presión arterial, pero este paso siempre debe seguirse bajo recomendación médica.