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La casa del horror: las mató, descuartizó los cuerpos y los ocultó

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Encuentran un cuerpo adentro de la heladera. Foto: Francisco Flores.
Nota por homicidio en Paso de la Arena, Montevideo ND 20220304, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

ASESINÓ A DOS MUJERES

El asesino está prófugo; la fiscal Sandra Boragno ordenó pericias de ADN a los cadáveres.

La casa no tuvo mantenimiento en años. Eso y el hecho de saber que ahí se cometieron dos asesinatos de mujeres jóvenes, le da un aspecto lúgubre a la vivienda. Está hecha de material y llaman la atención los pilotes de unos 70 centímetros que la separan del suelo de tierra.

Debajo de la casa hay un espacio vacío que el hoy prófugo taxista, Mauricio Docampo, utilizó para esconder el cuerpo de una mujer en una heladera.

Para ingresar a la casa por la puerta trasera, hay que subir una escalera de material. En la cocina ya se ve la decadencia y el deterioro. Una mesada de material separa la cocina en dos. No hay ningún electrodoméstico en las estanterías. Una vieja cocina a gas fue acostada encima de la mesada en un intento frustrado por repararla.

Al lado de cocina hay un baño sin ningún artefacto. Estos fueron arrancados hace tres años por la mujer de Docampo cuando este se encontraba en prisión por haberla golpeado. Al frente de la casa hay dos habitaciones vacías. Una con un colchón parado. Se supone que era allí que dormía el hombre hoy buscado por la Policía.

El único “lujo” de este dormitorio es un piso de cerámica que mandó colocar la madre del prófugo. En el otro dormitorio puede verse una vieja cama de una plaza sin colchón, una mesita de hierro, un televisor antiguo encima de una mesa ratona de madera y una pequeña silla descolorida. En la ventana, una sucia cortina de color amarillo hace tono con la pintura de la habitación.

Durante la recorrida por la casa, el hermano del supuesto homicida, Jorge Docampo, trató de estar el menor tiempo posible dentro de ese dormitorio. Cree que allí se cometieron los crímenes. “No voy arreglar esa casa. La voy a vender apenas pueda”, dijo Docampo, también de profesión taxista.

Macabro descubrimiento

Tras salir de la casa hay que caminar unos 20 metros hasta un viejo aljibe que fue transformado en un pozo séptico. Este aljibe se encuentra casi a medio camino entre la vivienda del frente y una segunda casa donde vive la madre del hoy prófugo. El pozo séptico tiene una tapa cuadrada de hormigón de unos 60 centímetros por otros 60 centímetros. En el centro de la tapa hay un agujero. Investigadores policiales creen que por ese agujero este individuo tiró partes de una de las víctimas hacia el pozo.

¿Cómo se encontraron los cuerpos en una casa de Paso de la Arena? Eran las 16:30 horas del jueves 3 cuando Jorge Docampo vio que los caños sépticos de la casa estaban tapados. Con un hierro comenzó a destapar las cañerías. Sin embargo, notó que las aguas grises demoraban en irse y ello lo llevó a levantar la tapa del antiguo aljibe. Vio un pie y un trozo de una pierna flotando, relató a El País.

Docampo avisó a los Bomberos. En menos de 15 minutos, el patio de la casa de Docampo se llenó de personas uniformadas que comenzaron a hacerle preguntas y a buscar con picos y palas en el terreno.

Detrás de la casa de donde vive Jorge Docampo, hay una tercera edificación donde solo están las paredes y los cimientos. Allí vivió su hermana y la destruyó antes de irse, según relató el taxista. “Estaba loca”, agregó mientras se tocaba la cabeza.

Entre esa casa casi en ruinas y unos cañaverales, la Policía encontró restos humanos de una mujer dentro de una bolsa de residuos y envuelta en una sábana amarilla y marrón. Ayer, en la bolsa, todavía quedaban restos de sangre y se sentía un olor nauseabundo. La bolsa estaba a unos cinco metros de la casa del hermano del prófugo.

La primera pregunta que le hicieron policías de la Zona IV (Cerro) y de la Dirección de Investigaciones (Personas Ausentes) a Docampo fue si había escuchado algo en la noche del 12 de febrero cuando desapareció Ahielén Casavieja, una joven que salió de su casa el 11 de febrero de 2022 y fue vista por última vez ese día. El hermano del prófugo respondió que no oyó nada porque esa noche llovía en forma intensa y que entre una casa y otra hay una buena distancia.

“Mi hermano estaba con miedo de que le prendieran fuego la casa por la desaparición de la joven. Desde hace dos semanas dormía en la casa de mi madre”, dijo Docampo.

Los investigadores creen que uno de los cuerpos encontrados es de Ahielén Casavieja.

Fuentes policiales dijeron a El País que vieron a la joven en una parada de ómnibus, donde se subió a un taxi. La madre, notificada de la identidad del taxista, lo contactó y, según las fuentes, él le informó que la llevaría al día siguiente. Al no tener contacto con la joven, la madre volvió a comunicarse con el hombre, quien le dijo que la habría dejado en el barrio Nuevo París.

Según dijeron fuentes del caso a El País hay fuertes indicios de que se trataría del cuerpo de la joven desparecida.

En la tarde de ayer, la fiscal Sandra Boragno ordenó que la madre de la joven desaparecida se realizara estudios de ADN. Se cruzarán sus muestras con la del cuerpo.

Según la Policía, Ahielén tenía un tatuaje en un costado que decía: “Vivir solo cuesta vida”.

“El prófugo no estaba bien de la cabeza”

Los vecinos ubicados en las inmediaciones de las calles Ruiseñor y Chingolo (Paso de la Arena) no salían ayer de su asombro. “Conozco a los dos hermanos Docampo desde que eran muy chicos. Uno de ellos salió trabajador y el otro torcido. Este último estaba mal de la cabeza y con el consumo de drogas quedó peor”, dijo un vecino a El País. Y agregó: “Fue policía y robaba. Tanto le daba hacer cosas buenas como malas. No me sorprende que haya matado a dos muchachas”.

Otro vecino relató que el modo de vida del prófugo “era un desastre” y agregó que el movimiento de policías y bomberos en la casa “afectó a todo el barrio” que no está acostumbrado a casos violentos.

Un lugareño señaló que el prófugo es sospechoso de haber “entregado” el robo de una camioneta de su vecino contiguo tras ser golpeado por detrás con un palo.

“Mi hermano integró la polibanda en el 2000”

En la década de los 90 y a principios de 2000 operaron en Uruguay las famosas “polibandas”. Ese nombre aludía a que las bandas estaban integradas por policías y bandidos. Esas gavillas se caracterizaban por una gran precisión de sus atracos, corta duración, utilización de información privilegiada y gran poder de fuego.

El taxista Jorge Docampo dijo ayer a El País que su hermano fugitivo, que es buscado por ser el presunto autor de dos crímenes, fue policía durante nueve años en la Seccional 24ª (Cerro).

“Lo echaron porque cometió delitos. Supuestamente integró una polibanda. Ya estaba torcido”, explicó Docampo. Una versión similar señalaron dos vecinos.

El hoy prófugo tiene varios antecedentes penales, según Docampo y confirmó El País con fuentes policiales. El legajo personal del prófugo se integra por tenencia de estupefacientes, hurtos y violencia doméstica. Fue a prisión por estas causas, señaló Docampo.

Explicó que el prófugo salió hace siete meses de la cárcel, ya que fue recluido por “golpear a su pareja”.

Docampo dijo que hizo todo lo posible para que el fugitivo se enderezara y decidiera ganarse la vida con un trabajo honrado. “Lo incentivé para que trabajara en el taxi”, explicó. Y agregó que el hoy prófugo trabajó en el taxi el sábado, domingo, lunes, martes y miércoles. Percibió $ 3.500 de promedio diario. Y agregó: “Se llevó $ 20.000. Y antes de irse trató de armarme una causa penal al tirar un cuerpo en el fondo de mi casa”.

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