VIOLENCIA

Eran las 23 del 3 de noviembre de 2018. D.E.G. P tomó su celular y le escribió a su pareja que fuera a su casa, ubicada en Carmelo (Colonia).

Ella salió de su hogar con su pequeño hijo en común, porque no tenía con quien dejarlo. Cuando llegó a la casa de su pareja, empezó a sospechar que algo iba a suceder.

La música en la casa estaba muy alta y las luces iluminaban muy poco. Ella entró con su hijo en brazos, atravesó el living, llegó a la cocina y ahí sintió un golpe que vino desde atrás. Inmediatamente cayó al suelo. pero nunca soltó a su hijo. El golpe había venido de parte de su pareja y una vez que ella estaba en el piso, él la siguió agrediendo. Según la acusación fiscal, ella giró la cabeza y “vio el palo de madera con el que G. la estaba agrediendo físicamente por la espalda”. “Los golpes fueron en la nuca y parte trasera de la cabeza”, agrega.

Luego de ese primer ataque el hombre quiso ahorcarla y luego la arrastró hacia el baño. Al ver que el pequeño se acostó en el pecho de su madre el hombre detuvo la agresión. La víctima logró llamar a una ambulancia.

Según el examen del médico forense la mujer padeció “traumatismo de cráneo en región occipital con herida cortante por objeto contundente, compatible con un palo, erosión base de cuello izquierdo, traumatismo de hombro y traumatismo de columna cervical”.

Según consta en la acusación fiscal la relación entre el hombre y la mujer había comenzado en 2016. Ella quedó embarazada y tuvo a su hijo, pero el hombre nunca lo reconoció. Ella decidió irse a Argentina. A los tres meses volvió y retomó la relación. La Justicia hizo lugar a la acusación fiscal el pasado 25 de octubre.

El agresor deberá cumplir 12 años de prisión por un delito de tentativa de homicidio especialmente agravado por femicidio.