Publicidad

El Colegio Seminario cumple 125 años con gran programa de festejos

| El centro educativo jesuita es un templo de la cultura y un punto de referencia de la intelectualidad uruguaya

Compartir esta noticia

MIGUEL CARBAJAL

Es, en vigencia, el colegio más antiguo del país y seguramente el centro educativo privado más grande. El vigor del Seminario está indisolublemente ligado a la trayectoria misma de la Compañía de Jesús, surgida hace 250 años cuando Ignacio de Loyola funda el primer colegio en la ciudad de Messina. Desde entonces la actividad educativa de los Jesuitas ha sido riquísima y fecunda y su labor religiosa uno de los pilares del Catolicismo. Hay (¿hay?) escasas congregaciones con su peso y su influencia dentro de la vasta y extendida trama de la Iglesia. Los 125 años que conmemora ahora el Colegio Seminario —una fecha casi inmemorial para un país en extremo joven— reflejan gran parte de la historia nacional y acompañan íntegro el desarrollo republicano.

Una entrevista con el Padre Armando Raffo, Rector de la institución, y con el Padre Julio Fernández, Rector del sector de Bachillerato, intenta enfatizar algunos aspectos de un ejemplo educativo que es casi un paradigma del país.

—¿El Seminario es el colegio católico más antiguo del país?

—El más antiguo es en realidad el Colegio del Huerto e inmediatamente después vienen los vascos.

—En un reciente documento el Padre Raffo, dijo explícitamente: "Creemos que las personas sólo crecen con otros y que la madurez se expresa en la responsabilidad social y el amor desinteresado La expresión "Hombres y mujeres para los demás" sintetiza el ideal que perseguimos desde hace tantos años".

—Es verdad.

—Volvamos atrás, Padre Fernández, y a su especialización: la historia. El Seminario aparece en 1880. Pero antes los jesuitas ya estaban en la educación.

—La Compañía de Jesús aparece en la región con Manuel de Lobo, y entre 1680 y 1758 estarán en Colonia del Sacramento mientras se suceden los avatares de la expulsión, restablecimiento, destrucción y resurgimiento portugueses. El primer colegio que se abre en el Uruguay es el Colegio Jesuítico de Colonia del Sacramento, fundado durante la dominación portuguesa. Fue una escuela y se la llamó San Francisco Xavier.

—Y empieza la cadena.

—Podría decirse. El primer colegio en Montevideo también fue de los jesuitas. Se llamó San Estanislao de Kostka y en uno de sus tramos más extensos estuvo en la manzana donde ahora se ubica el restorán La Silencieuse. Sus viejos muros en pie, aparecieron a la vista durante reciente reacondicionamiento gastronómico. El colegio fue de los jesuitas hasta la expulsión en 1768. También los jesuitas aparecen durante la Guerra Grande cuando se hacen cargo del Colegio Oriental de Humanidades.

CAMBIOS VARIOS.

—Expulsados de vuelta en 1859, los jesuitas regresan en 1872. Ocho años después ya aparece fundado el Seminario que muy pronto adquiere peso educativo y muestra una oferta muy vinculada a las profesiones universitarias, al contrario de otros colegios que proporcionaban una educación más comercial. Y desde luego su pasaje como Seminario religioso. ¿Cuánto tiempo duró?

—Duró 40 años. En el Colegio se formaron los primeros obispos del Uruguay a partir de Vera y Soler que habían estudiado en la Argentina porque son anteriores. Pero sí de Aragone para adelante, lo que incluye, desde luego, los obispos del interior.

—¿Cuáles son las presencias jesuíticas en el Uruguay?

—Al contrario de otras congregaciones que han hecho verdaderas cadenas y han cumplido espléndidos servicios, los jesuitas siempre hemos estado más concentrados. El corpus jesuita en el Uruguay está conformado por el núcleo central del Seminario, la Universidad Católica, el Colegio San Javier de Tacuarembó y el Monseñor Isasa de Villa Dolores.

—En esas celebraciones que han pretextado misas y reuniones varias, edición de libros, emisión de sellos entre otras muchas cosas ha circulado profusa documentación. En uno de los folletos se enumeran algunas características de la educación de la Compañía de Jesús. Me gustaría centrarme en ellas. Es notorio su prestigio y su inserción dentro del Uruguay social. Entre la lista de egresados del Seminario figuran 5 Presidentes, gabinetes y parlamentos casi enteros, el Uruguay político (el no laico), el profesional universitario de repente de mayor peso, el cultural y el religioso y el de los medios de comunicación. Eso es historia conocida. Pero el Seminario se ha transformado mucho además en los últimos años.

—Hemos hecho un gran esfuerzo en el sentido académico para que los alumnos salgan bien preparados a enfrentar la vida social. Además de los avances pedagógicos, le proporcionamos muchos más estímulos para el estudio, formas de acompañamiento y nuevas instancias de aprendizaje. Hay un estudio muy a fondo de lo que se llama la pedagogía ignasiana, que para algunos es más que una pedagogía o una pedagogía diferente.

Larga lista

A diferencia de otros viejos colegios montevideanos, que son la sombra de lo que fueron hace 50 años, el Seminario está viviendo una suerte de renovación permanente que asegura su vigencia y prestigio.

"Actualmente tenemos 1.850 alumnos", dice el Padre Armando Raffo. "Estamos al tope. Llegamos a ser más grande, cuantitativamente, en los Ochenta, con 2.500 alumnos. Teníamos dos turnos, entonces, el matutino y el vespertino. En los noventa se decidió volver al doble horario en un proceso paulatino y complejo que le devolvió al organismo sus mejores posibilidades de atención y de servicio".

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad