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Destinan $ 15: para el verano de 12.000 niños

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En la escuela 178 de la Unidad Casavalle se realizó el lanzamiento del programa. Foto: Presidencia
Walter Paciello

INVERSIÓN EN LA NIÑEZ

Como hace 28 años, Primaria invierte en programa estival.

Al menos 12 mil niños uruguayos que no pueden irse al este, al exterior o simplemente a disfrutar de un decoroso verano mientras sus padres trabajan, tendrán sus vacaciones por $ 1.250. Ese es el dinero, por cabeza, que cuesta el Programa Educativo de Verano que ayer inauguró su temporada 28.

El patio de la escuela Martin Luther King, en Casavalle, fue el escenario elegido para el lanzamiento del programa que abarca a 139 centros educativos del país. Una veintena de niños fueron partícipes del acto, pero salvo por el contexto, la rayuela pintada en el suelo, el escudo de Uruguay y la presencia de las autoridades de la educación, nada hacía pensar que se trataban de escolares que estaban metidos en una escuela en pleno enero.

Nada de túnicas, pizarrones ni cuadernos. Ni siquiera clases separadas por edad. Los alumnos están todos juntos, de short y chancletas, y durante cuatro horas hacen actividades recreativas, artísticas, deportivas y hasta tienen almuerzo.

"Sueño con conocer la playa", dijo Gonzalo, nombre ficticio de uno de los niños que ayer participó del lanzamiento. Parecía evocar el famoso discurso del personaje que da nombre a esta escuela, Martin Luther King: "Tengo un sueño".

¿Es la escuela la responsable de que los niños cumplan sus sueños? ¿De que se pueda combatir el calor cuando faltan piscinas? ¿De alimentar a quien no tiene un plato en su mesa? "La escuela sola no puede". Ese era una de las reivindicaciones de los maestros en la época que tenían más parecido a un director de orquesta que a un docente, recordó Pablo Caggiani, consejero de Primaria. "Hoy existe otra presencia del Estado, pero lo que se necesita mejorar es la articulación". dijo.

Según Caggiani, quien inauguró el Programa Educativo de Verano, "la escuela es un espacio de construcción de ciudadanía" y sus competencias van más allá de enseñar Lengua o Matemática.

Renato Opertti, uno de los referentes de desarrollo curricular de Unesco, es más crítico: "Me parece que la educación no tiene que hacerse cargo. No podemos cargarle con todo a la educación. Es bueno que existan programas (como el verano educativo), pero estos nos revelan la ausencia de ofertas estatales". Pregunta: ¿Solo la escuela es la guardiana y protectora de la infancia?

El Estado uruguayo invierte unos 3.500 dólares al año por cada menor de 18 años, según un estudio de Naciones Unidas. El 57% de ese gasto está destinado a la educación formal, razón por la cual "se está muy lejos" de una protección social comparable a los países nórdicos (estos reservan hasta el 3% del PBI a la protección de la primera infancia sin contar el gasto educativo).

Más allá de la inversión, según Opertti también es importante que existan otros espacios fuera de la escuela "para que el niño aprenda a socializar fuera del centro educativo".

Las carencias en el barrio Casavalle, en donde seis de cada diez tienen al menos una necesidad básica insatisfecha, llevan a que la escuela Martin Luther King haya sido la abanderada en la articulación entre el Estado y la realidad poblacional. "Es un ejemplo", dijo Caggiani sobre este centro educativo que se encamina a cumplir 60 años. Esta escuela, a su vez, es una de las que está "innovando" en la enseñanza sin tener en cuenta la clásica división en clases y edades, explicó el consejero.

"Esta es una discusión que vive la educación a nivel mundial y es positivo que haya espacios en Uruguay para la innovación", explicó Opertti. Este tipo de propuestas "sacan al alumno del aula y, además, les permite aprender de las diferencias del otro, de la diversidad y la convivencia".

De hecho las escuelas rurales, en las que los alumnos de distintas edades comparten la clase y tienen una sola maestra a cargo, suelen obtener mejores resultados educativos (tanto de repetición como de pruebas).

En la presentación del programa educativo, quedó en claro que no siempre la edad es determinante. El grupo musical Latasónica animó el acto y la cara de felicidad de los niños excedió a toda fecha de nacimiento. Una de las percusionistas jugó a la composición haciendo palmas y golpeando los pies. Y hasta las autoridades de la educación se "prendieron" a la propuesta lúdica.

Luego se apagó la música, las luces de las cámaras de televisión, se fueron las autoridades y quedaron los niños, en el gimnasio, con su maestro. Así será hasta el 9 de febrero.

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