El curso vertiginoso con que la tecnología viene transformando los procesos en las empresas se aceleró de forma inesperada este año a raíz de la pandemia de coronavirus. La “nueva normalidad” provocó que las organizaciones tuvieran que adecuarse de forma obligada e inmediata al uso de herramientas digitales para mantenerse en actividad.

Ese “tsunami” también ha alcanzado al trabajo de los contadores.

“La pandemia aceleró algo que era inminente e iba a suceder en un futuro que quizá muchos no percibían como tan cercano. Todas estas tecnologías nos permiten potenciar nuestros servicios profesionales a través, por ejemplo, de la automatización de tareas repetitivas y de gran volumen. Ello disminuye el riesgo de error y nos permite dedicar mayor tiempo al análisis y revisión, pudiendo ofrecerle al cliente un servicio de mayor calidad y valor agregado”, señaló Lucía Regusci (25), contadora graduada en 2017 y que actualmente se desempeña como senior associate en la firma PwC Uruguay.

Los conocimientos técnicos y la orientación práctica me permitieron insertarme con éxito en el mercado laboral, siendo un diferencial frente al resto”.

Lucía RegusciSenior associate en tax accounting en PwC Uruguay

Por ejemplo, la utilización de RPA ha simplificado tareas como la liquidación de sueldos. Al aplicar estos robots programas que automatizan procesos, el servicio pasó de tomar tres días a completarse en solamente tres horas.

¿La automatización supone una amenaza para el futuro laboral de los contadores?

Para Regusci, el uso de nuevas tecnologías y la actualización constante son aspectos claves para diferenciarse frente a otros profesionales y ser competitivos. La transformación de la carrera de contador “no implica que seremos sustituidos por robots sino que, por el contrario, potencia nuestro trabajo y nos permite agregar mayor valor a los servicios que prestamos”.

No solo el profesional se beneficia de esta revolución tecnológica. La empresa “tiene una gestión mucho más ajustada y por tanto más eficiente y eficaz, porque gasta menos y tiene la información más rápido, entonces puede tomar mejores decisiones que le permiten ahorrar costos, mejorar la rentabilidad o las dos cosas”, resaltó Volpi.

La experiencia integral que plantea la formación en la universidad no sería completa sin el apoyo a los estudiantes en el desarrollo de habilidades blandas que también son muy requeridas por las empresas dado el contexto cambiante de los negocios.

“La carrera nos da las herramientas para lograr la capacidad de aprender, investigar y crecer profesionalmente. Y desde el inicio sugieren tener no solo la información teórica, sino que también incorporan prácticas y trabajos en equipo que entiendo fundamentales para cuando uno se enfrenta a la realidad. ORT hace la diferencia en ese sentido”, aseguró Leticia Arias (41), tax supervisor en la consultora EY Uruguay.

Hacer la carrera en ORT no solo me apoyó en mi desarrollo profesional, sino que también me abrió puertas”.

Leticia AriasTax supervisor en EY Uruguay

En el proceso, sobresale el trato cercano de los estudiantes con los profesores, lo que se ve facilitado por la composición en grupos de estudio reducidos. Los graduados valoran especialmente la calidad de los docentes y la exigencia de los cursos. En ese sentido, los trabajos de campo, donde los estudiantes tienen que consultar a empresas para aplicar conceptos vistos en clase, son una prueba que foguea a los futuros contadores y los aterriza en la realidad de las organizaciones.

Muzi resalta que en la universidad, más allá de la formación técnica, le enseñaron a pensar. “Lo que uno aprende no necesariamente va a aplicarlo de igual manera en el trabajo, pero sí es necesario contar con las herramientas y la capacidad para saber cómo abordar un problema de la mejor manera posible”, dijo.

En ocasiones, esas ideas trascienden el área más pura de la profesión. La proactividad y el espíritu emprendedor que inculca la universidad ha hecho que muchos graduados salgan de la carrera de Contador Público con planes para desarrollar su propio emprendimiento, comentó Volpi.

"En la actualidad, ni los contadores ni ningún otro profesional pueden quedarse con el título con el que se gradúan. Es imprescindible seguir actualizándose y aprendiendo permanentemente”, remató.