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Centenares de devotos en el templo de San Cayetano

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Cientos de creyentes visitaron el domingo al Patrono del pan y del trabajo. Foto: D. Borrelli
San Cayetano , Parroquia del Carmen, calle Comercio 2133, foto Darwin Borrelli, Archivo El Pais, nd 20100807
Archivo El Pais

Se leyó el mensaje del Papa Francisco que destacó la dignidad del pan como fruto del trabajo.

Durante la jornada del pasado domingo centenares de devotos de San Cayetano visitaron la parroquia de la Unión, que estuvo abierta desde las 7:30 hasta las 20:30 horas.

Los asistentes no solo fueron vecinos del populoso barrio sino que llegaron de países vecinos como Paraguay y de localidades del interior del país; arribó, por ejemplo, un ómnibus repleto desde Santa Lucía, Canelones.

A lo largo del día hubo tres celebraciones eucarísticas; la de las 16:00 horas fue presidida por el cardenal Daniel Sturla.

A diferencia del año pasado, cuando las lluvias impidieron realizar la procesión, esta vez el cielo despejado permitió salir a las calles con el ícono del Santo, desde el Hogar de Comercio y Gauna, muy cerca de Avenida Italia, hasta el templo parroquial. En el camino, el espacio para la meditación quedó fijado en cuatro paradas, por ejemplo en la calle Pedro Ricaldoni o en Lombardini.

En ninguna instancia pudo estar al frente de las celebraciones, como lo hizo desde 2010, el párroco Daniel Bazzano, quien tiene 40 años de cura, y antes se desempeñó en otros destinos, en zonas carenciadas como el barrio Las Acacias, junto al padre Cacho. Su alejamiento momentáneo, después de haber sido sometido a una intervención quirúrgica en las cuerdas vocales, motivó que todo quedara a cargo de Eduardo Ojeda, vicario parroquial.

Al final de la procesión y ya en el templo fue justamente Ojeda el encargado de leer el mensaje del Papa Francisco sobre el día de San Cayetano.

"El pan te soluciona una parte del problema, pero a medias, porque ese pan no es el que ganás con tu trabajo. Una cosa es tener pan para comer en casa y otra es llevarlo a casa como fruto del trabajo. Y esto es lo que confiere dignidad", sostiene en lo medular la carta del Papa Francisco.

En La Unión: de 7:00 a 20:30 estuvo abierto el templo. Foto: Darwin Borrelli
En La Unión: de 7:00 a 20:30 estuvo abierto el templo. Foto: Darwin Borrelli

Desempleo.

El templo de San Cayetano es una especie de termómetro del estado de cosas en materia laboral, pero no solo eso, porque recibe cada año a creyentes que hicieron promesas más atrás en el tiempo, se sintieron recompensados y continúan concurriendo, en la medida que la petición concedida les genera una deuda, el ofrendar, de pronto de por vida, de acuerdo a la promesa realizada. En la parroquia hay un servicio de santería, que incluye desde rosarios hasta llaveros con la imagen de San Cayetano, pero el santuario de las ofrendas no pertenece a la Iglesia.

Aunque la mayoría pide trabajo para sí o familiares, otros rezan por su sanación, teniendo en cuenta que San Cayetano era un sacerdote del siglo XVI que quiso vivir la espiritualidad de los apóstoles en la más estricta pobreza voluntaria, compartiendo sus bienes con los más pobres y dedicándose a cuidar enfermos.

"Era un hombre brillante, abogado al cual el Papa Julio II lo nombró al comienzo de su servicio como sacerdote con el cargo de protonotario apostólico, pero él quería estar con los más humildes. No le gustaba la comodidad de las cortes", contó Eduardo Ojeda a El País.

Desde 1986 el párroco Enrique Passadore incentivó mucho la devoción al santo. Poco a poco, el aumento de fieles fue ostensible, debido al desempleo reinante, realidad que se mantuvo en los 90 y recrudeció en 2002. Un caso puntual de crisis detonó al cerrarse la vecina Cristalerías del Uruguay.

Un santo mediador en conflicto argentino

Un milagro que le adjudican a Cayetano de Thiene fue la Paz de Nápoles, que llegó después de conflictos entre soldados del virrey -de Carlos V- y ciudadanos opositores a que se instauraran tribunales de la Inquisición. La historia cuenta que Cayetano pensó entonces que solo le quedaba orar, entregar su vida para solucionar el conflicto.

El mismo día que murió, el 7 de agosto de 1547, el vocero del virrey anunció que si la gente deponía las armas, la Inquisición no llegaría, lo cual terminó consagrándose. En 1671 Cayetano fue proclamado santo por el papa Clemente X.

El peso histórico de los migrantes italianos hacia Argentina determina que las movilizaciones de cada 7 de agosto sean multitudinarias, incomparables con las de Uruguay. Pero las del pasado domingo superaron aun la convocatoria habitual en el vecino país.

Bajo el lema “San Cayetano necesitamos tu abrazo de amor para seguir caminando”, una marcha terminó convocando a 100.000 personas en la Plaza de Mayo, según informó La Nación.

En esa concepción sacralizada del mundo, el orden divino, trascendente a lo humano, puede incidir en lo terrenal, por ejemplo en las demandas impulsadas por los organizadores: Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, todos contrarios a las políticas del gobierno de Mauricio Macri, a quien adjudican el aumento de la desocupación.

Desde la iglesia de San Cayetano, en el barrio de Liniers, se inició una caminata de más de 10 kilómetros, mientras otros miles de fieles se congregaron para participar de misas y saludar a San Cayetano.

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Cientos de creyentes visitaron el domingo al Patrono del pan y del trabajo. Foto: D. Borrelli

PROCESIÓN POR CALLES DE LA UNIÓN

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