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Un botón para emergencias y para "no sentirse solos"

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Angélica Laco es una de las usuarias de esta tecnología. Foto: Pablo Larosa | SNIC

MÁS URUGUAYOS ELIGEN ESTA TECNOLOGÍA

Adultos mayores utilizan la telesistencia para avisar si se caen y conversar.

Esta es una de las situaciones por las cuales cientos de uruguayos contratan servicios de teleasistencia. En Uruguay hay 261 uruguayos, quienes están en dependencia leve o moderada, que el Sistema Nacional de Cuidados subsidia de manera total o parcial de acuerdo a un sistema de financiamiento solidario. Además de estos beneficiarios, hay cientos de personas más que contratan el servicio directamente a estas empresas. En general, son adultas mayores (de 60 años o más)que viven solas o pasan mucho tiempo en soledad. Según supo El País, en todos los departamentos del país hay personas que utilizan esta tecnología.

Hasta hoy existen cinco empresas habilitadas por el gobierno con cobertura nacional para dar este servicio: Cavida, Centel, Anda, Confianza y Helpline. Hasta el mes pasado, había nueve empresas más que estaban en proceso de habilitación para empezar a trabajar.

Cómo funciona.

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Cuando la persona se comunica con un operador que está en un centro de atención las 24 horas del día la persona puede hablar sin problema en manos libres. "El contestador se escucha desde toda la casa", comentó Andrés Conde, encargado del área técnica de Cavida, una de las empresas habilitadas. Cuando se inscriben al servicio, deben estipular los números telefónicos de familiares cercanos que podrían auxiliar ante una emergencia particular.

Los accidentes domésticos son los motivos que desencadenan una mayor cantidad de alertas al call center: caídas en el baño, en la cocina, en la noche o cuando se levantan. Y hay otro tipo de emergencias más grave. Un familiar de una usuaria contó que el año pasado su madre tuvo un infarto a las 3 de la mañana, apretó el botón y la emergencia móvil se dirigió hasta el lugar.

Si bien depende del protocolo de cada compañía, en general, días más tarde en que ocurrió esa emergencia, las empresas suelen comunicarse con la persona afectada para conocer su evolución.

En algunos casos, la advertencia es para llamar a bomberos ya que ha habido algún problema por humo o por algún episodio de inseguridad o violencia doméstica. Ante estos incidentes las empresas se comunican con el 911.

Más que emergencias.

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No obstante, la mayor cantidad de llamados no configuran una emergencia. José Acuña, director de Centel, dijo que muchas personas se comunican con el objetivo de salir de un "pozo depresivo" o, simplemente, para conversar con alguien.

"En Navidad y el 1º de enero, muchas personas llamaron porque se sentían solas y no sabían a quién saludar. Se quedaron hablando con el operador durante 20 minutos", comentó este médico fundador de Centel. "La teleasistencia no es un botón de pánico. Es muchísimo más que eso", comentó el doctor a El País.

Sucede con frecuencia que muchos sufren una depresión aguda y manifiestan ganas de autoeliminarse. Por esta razón, rápidamente el operador activa un protocolo especial para estos incidentes que incluyen una comunicación con los familiares y con emergencias médicas.

El 90% de las llamadas que manejan en esta empresa son salientes. Es decir, los operadores se comunican con los beneficiarios con el objetivo de saber cómo se encuentran. "No estamos esperando que la gente nos llame o nos pulsen el botón", comentó Acuña.

Angélica Laco es usuaria de una de estas compañías. A sus 92 años, solo ha apretado el botón dos veces y fue por equivocación. "Me estaba bañando y lo apreté sin querer. Inmediatamente me llamaron y me preguntaron: Angélica, ¿te sucede algo? Y yo contesté que estaba bien", indicó. Luego, se quedaron conversando un rato.

Dependencia severa: hay más de 15.000 personas

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En Uruguay, hasta 2015, no había datos fidedignos que indicaran cuántas personas hay en Uruguay con dependencia severa. A partir de investigaciones hechas por el Sistema de Cuidados, en el país existen entre 15.000 y 20.000 personas en esta condición.

Hoy en día, unas 4.000 personas cuentan con un asistente personal y hay otras 1.500 que tienen el derecho y están conformándolo.

Estas personas contribuyen a su autonomía y a su vida social. La gente que cuenta con el subsidio posee el derecho de tener hasta 80 horas mensuales que son distribuidas de acuerdo la organización de cada familia.

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