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Startup uruguaya-chilena creó un "copiloto" para el área comercial, captó US$ 700.000 y buscará crecer en Latam

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Socios. El uruguayo Martín Llofriu, la chilena Claudia Van Os y el uruguayo Gabriel García da Rosa (CEO) crearon Foccuz.
Socios. El uruguayo Martín Llofriu, la chilena Claudia Van Os y el uruguayo Gabriel García da Rosa (CEO) crearon Foccuz.
Foto: Gentileza Foccuz

En medio de un contexto de desaceleración de inversión de venture capital, una startup uruguayo-chilena cerró una ronda de inversión por US$ 700.000, con un plus, sin estar traccionando ventas a gran escala en el mercado.

Foccuz, cofundada por los uruguayos Gabriel García da Rosa (CEO) y Martín Llofriu (CTO) y la chilena Claudia Van Os (COO), cerró la ronda en febrero y saldrá oficialmente al mercado en abril.

«Sin salir a vender, de la mano de inversores y redes de contacto, ya conseguimos los primeros 15 clientes (10 activos y cinco a próximos a sumarse) en Colombia, México y Chile», comentó el CEO.

De la ronda participaron los fondos Carabela de México, InVariantes (Guatemala), KuiperVc (México) y MGV Capital (México). Asimismo, se sumaron cuatro inversores más «bastante estratégicos», con experiencia en startup y «proyectos como este», señaló García da Rosa.

La empresa ya conformó un equipo de 10 personas, seis en Uruguay donde concentra la base de tecnología y cuatro en Chile, donde está ventas y operación.

Según explicó García da Rosa, Foccuz ofrece un software que se integra a los CRM (plataforma de de gestión de clientes) y funciona como un «copiloto» para que los equipos comerciales a logren mejores resultados. «Tomamos data histórica de ahí, del embudo de ventas, de prospectos, de clientes, y con machine learning analizamos las propiedades y características que debe tener un cliente para que sea importante. El software brinda de forma automática los insights al equipo de venta para mejorar las conversiones; aumentar el ticket promedio, disminuir ciclos. Además, automatiza proyectos 100% manuales como cálculo de comisiones o proyecciones de ventas», explicó.

La plataforma de Foccuz apunta al negocio B2B (empresa a empresa) del sector software que tienen aproximadamente entre ocho y 40 ejecutivos de venta. «Apuntamos a B2B porque normalmente usan un CRM por donde pasa todo el proceso comercial», dijo.

Foccuz es un producto SaaS (software as a service), factura por usuario y ofrecerá tres módulos. El primero es Foccuz Compensation y permite calcular las comisiones. En este caso, una empresa de 10 personas en comercial deberá pagar US$ 25 por usuario. Puede ser mensual o por un contrato anual. Pero en caso que la compañía sea más grande, por ejemplo de 50 vendedores, el precio rondará entre US$ 18 o 20 por usuario. Su segunda herramienta es Foccuz Insight, de gamification, torneos internos, «un copiloto automático para mejoras de KPIs». Este producto está en un 50% de producción y Foccuz Analytics, para 2025.

Hasta el momento, en las empresas que instalaron su producto, los resultados muestran incremento de hasta 50% de ticket promedio y 1% o 2% en conversión.

De 0 a 50

Tras cerrar la primera ronda de inversión, el próximo paso de la empresa es lanzar oficialmente su producto y crecer en varios mercados. La meta, comentó García da Rosa, es llegar a 50 clientes para agosto o septiembre de este año. «Este objetivo nos posicionaría bien para lo que sería la siguiente ronda de inversión que estará destinada a llegar al mercado de México que es nuestro siguiente horizonte», adelantó.

Además, comenzaron pruebas para estudiar si su producto puede adaptarse a otras industrias.

«Cuando hicimos un prototipo lo mostramos a varias industrias como logística, retail, inmobiliarias, venta de servicios financieros y seguros. Por ahora, por tema de recursos nos centramos en software», enfatizó.

De necesidad laboral a un proyecto propio

Gabriel García da Rosa, ideó Foccuz mientras trabajaba en Nowports (emprendimiento fundado por un mexicano y un uruguayo) como vicepresidente de crecimiento. «Tenía 250 personas entre áreas de ventas, marketing y growth. Usábamos CRM, pero al final del día terminaba siempre en Excel.
Y dije, con la tecnología que tenemos, si tenemos que pasar todo el día en Excel, algo falta. Luego, como consultor de startup descubrí que esos problemas también los tenían ellos. Vi el potencial», recordó.

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