Publicidad

Se retrajo la demanda de trabajadores en tecnología y turismo en el primer semestre del año

Entre enero y junio se observa una baja de 9,5% en los puestos ofrecidos, pero en un mercado laboral con buenas cifras, según advierte Federico Muttoni, socio-director de Advice.

Compartir esta noticia
Federico Muttoni, Socio-director de la consultora Advice
Federico Muttoni, Socio-director de la consultora Advice
Leonardo Mainé. El País

Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.
De acuerdo con la demanda de trabajadores establecida a través de los portales de avisos, el primer semestre de 2023 estuvo 9,5% por debajo del mismo período del año anterior y la reducción fue mayor en el segundo trimestre que en el primero. Sin embargo, Federico Muttoni, director de la consultora Advice, que recopila dicha información en su Monitor Laboral, asegura que “el dato no debe alarmar”, dadas las buenas condiciones que muestra el mercado de trabajo. Dos impulsores clave, como el sector de las tecnologías de la información y el turismo mostraron una retracción en el período citado. Muttoni advierte que las IT es el sector más dinámico de la demanda, pero en este período hay una recomposición luego del fuerte empuje de períodos anteriores. Como contracara, la salud y la logística son dos rubros donde la demanda por trabajadores creció. El ejecutivo destacó, además, la fricción existente en el mercado para puestos de alta calificación, donde hay carencia de recursos humanos. A continuación, un resumen de la entrevista.

—¿Cómo deben leerse los datos del primer semestre del año incluidos en el monitor laboral de Advice?

—Nosotros nos enfocamos en la demanda, que son las publicaciones de parte de las empresas que se publican en los diferentes portales. Esa información puede tener a veces una correlación con los datos de la Encuesta de Hogares del INE, porque esa demanda que se manifiesta en los avisos, se va transformando luego en lo que releva la encuesta. La información es pública, la tomamos de los portales laborales, la recolectamos, procesamos y analizamos. Son alrededor de unas 5 mil posiciones mensuales, que nos dan la pauta del comportamiento del mercado.
El último informe semestral que elaboramos mostró un descenso, luego de un fuerte crecimiento que se había dado en 2022. Especialmente el segundo semestre, donde llegamos a superar los niveles de 2019. Dado ese comportamiento de la demanda de trabajadores expresada en las búsquedas el año pasado, es que tampoco consideramos que la baja del primer semestre sea algo muy preocupante. Si lo desagregamos por trimestres, hay una baja en el segundo respecto al primero. Hay varios factores que creemos que explican todo esto, en un contexto donde, además, las cifras de empleo son buenas y lo mismo ocurre con la tasa de actividad. No hay alarma en ese dato, el mercado puede haberse enfriado parcialmente ahora, pero va a seguir firme.

—Analizando la información obtenida, ¿dónde se encuentra específicamente la reducción de demanda de trabajadores?

—Hasta hace algunos años había dos impulsores clave de la demanda, la tecnología y el turismo. En los últimos tres años, los empleos en tecnología tuvieron un crecimiento exponencial, pandemia mediante, acá y en el mundo. Y el turismo, que había sido también un motor muy importante, con la pandemia resultó muy castigado y le ha costado muchísimo recuperarse. Basta con ver la cantidad de uruguayos que se trasladan a Argentina y los números algo magros de varios destinos locales. Y los visitantes argentinos que no vienen tanto porque les resulta muy caro. Eso pega en el negocio y por consiguiente, en los puestos de trabajo.

—Pero en las tecnologías de la información, donde siempre hay demanda, ¿por qué bajó?

—Las tecnologías venían creciendo a un ritmo impresionante en cuanto a la demanda de trabajadores; llego a representar el 25% de los cargos solicitados en el país, cifras muy fuertes. Sin embargo, a nivel global, ese enorme desarrollo durante la pandemia comenzó a aflojar. Ya el año pasado se comenzó a observar que, más allá de la explosión de la inteligencia artificial, muchas compañías tecnológicas empezaron a tener problemas de sobre estructura, precisamente porque habían crecido mucho. Es un sector donde a veces prima una lógica de, primero contrato el talento porque es escaso y después salgo a buscar el negocio. Eso pegó fuerte en la demanda de personal calificado y provocó un crecimiento de los salarios asociados a esa demanda. Pero no todos terminaron de concretar tal magnitud de negocios, y comenzaron a desandar el camino. Esa dinámica tiene impacto en lo local; en Uruguay han sido compradas muchas empresas de tecnología por capitales externos, exportamos mucho a Estados Unidos donde se dio una retracción de empleos y además, muchos uruguayos trabajan directamente para el exterior. Atención, sigue siendo el más dinámico en la demanda, pero en este caso, hay una baja en la comparación semestral.

—De todos modos, hay sectores que crecen... 

—La demanda de trabajadores cayó a un 9,5% a nivel global, pero hay sectores que están creciendo, indudablemente. De los 19 grupos de actividades que tomamos como referencia, la salud es uno de los que más crece, con un incremento en el semestre de trabajadores pedidos de un 10%. Se trata de uno de los sectores más dinámicos en el empleo a nivel global. Pero es un sector que tiene menos incidencia en el total. Otro que crece en forma destacada, también en el entorno del 10% frente al mismo período 2022 es el de la logística y transporte, una actividad vinculada a prácticamente todos los sectores y acompaña a una mayor actividad económica. Otros que crecen son ingeniería y oficios (9%), Industria (5,8%) y construcción (1,8%)
Después, dos sectores que son muy importantes por el volumen de la demanda pero que en este semestre caen, gestión comercial y marketing (-4,6%), y administración, contabilidad y finanzas (-1,8%). Son las actividades básicas de cualquier organización, entonces, tienen un volumen permanente de demanda; pueden caer algo en un período, pero siguen siendo de fuerte participación.

—Si se observan las expectativas empresariales recabadas por distintas fuentes, hay una más conservadora de los empleadores. Parece coincidir con los datos del primer semestre…

—La demanda de empleo va al ritmo de las expectativas económicas; también con los salarios y con la disponibilidad de talento. Las expectativas son clave, si las empresas creen que va a haber oportunidades de una expansión, generalmente necesitan gente para crecer. Es cierto que hoy, como consecuencia de la automatización, con menos gente pueden mantener o incrementar la producción, pero igualmente en la mayoría de los rubros necesitan mano de obra para crecer.
Los empresarios parecen estar más conservadores en este período, sí. Si las expectativas se moderan, aparece una retracción en la demanda de trabajadores, teniendo en cuenta que la contratación implica costos altos y es poco flexible. Muchos prefieren esperar un poco más a ver cómo sigue avanzando la economía.

Federico Muttoni
Federico Muttoni
Leonardo Mainé. El País

—Respecto de cargos, ¿dónde está la mayor demanda?

—Hay algunas actividades que masivamente siguen siendo muy dinámicas. El cargo de vendedor siempre está arriba, porque las empresas necesitan gente para ello, aunque hoy exista la opción del comercio electrónico. La otra actividad de siempre es la administrativa, indudablemente. Pero empiezan a vislumbrarse algunos cambios; hasta 2019 eran el 1 y 2 del ranking, en 2023, el cargo más demandado en la plaza local pasó a ser el de desarrollador de software. Otra actividad que crece y aparece entre los primeros es el ingeniero en sistemas. El problema con estas posiciones es que no siempre se consigue la mano de obra buscada, en un mercado con muchas dificultades en ese sentido. El podio de las cinco posiciones con mayor demanda es otro tradicional, el auxiliar contable.
Cabe destacar que aparecen demandas más específicas, todas ellas vinculadas con las tecnologías: diferentes lenguajes de programación, la inteligencia artificial, todo eso tiene un gran dinamismo, aunque en términos absolutos todavía sean pocos. 

—¿El descalce entre oferta y demanda es importante en esas posiciones tecnológicas?

—Lamentablemente. Ha sido una barrera para la generación de empleo de calidad. Menos postulantes de los que se necesita, y no solo hay dificultades con los conocimientos técnicos; a veces hay problemas también con las denominadas habilidades blandas que requieren estas actividades.
El problema es que el sector laboral va mucho por delante de la educación, sobre todo el sector incidido fuertemente por la tecnología. Cuando se piensa en cubrir una posición determinada, se aspira a que reúnan características que no siempre se consiguen. Y hay demandas que quedan desiertas. Lo vemos en el mercado.
Eso lleva a que las empresas a veces deban adecuar su crecimiento a los recursos con que cuentan, y eso desacelera la actividad. 

—¿Cada vez más aparecen demandas con solicitud de determinadas habilidades blandas?

—Sí, trabajo en equipo, comunicación, compromiso y productividad, son las cuatro habilidades blandas que más se incluyen en los pedidos. Y no solo eso, también se requiere un nivel de idiomas, especialmente inglés, que a veces no se tiene por parte de los potenciales postulantes. Basta mirar los datos del INE sobre desempleo según nivel de formación, y en los sectores más bajos, la tasa de multiplica por cinco en relación a los terciarios.

—Los cargos de calificación alta y media, según el Monitor, son los más demandados…

 —Es así; en el último informe vemos que los cargos operativos en general tenían una participación del 50% de la demanda; años atrás, esos cargos operativos o de baja o media calificación tenían una participación del 80%. Buena parte de esas tareas elementales ya son sustituidas por automatización y aumentan los requerimientos de personal más calificado. Eso que vemos todos los días nos recuerda el enorme desafío del sistema educativo uruguayo. Eso genera mucha tensión en el mercado de trabajo.

—Otro aspecto que genera tensión, según surge del Monitor, son las exigencias de experiencia previa…

—El relevamiento muestra que la demanda en promedio incluye la solicitud de entre dos y tres años de experiencia previa para acceder a un cargo. Cuando tenemos jóvenes que les cuesta mucho ingresar al mercado, con tasas de desempleo que son tres veces más altas que la tasa general, ahí hay un problema. Y esa fricción también ocurre con jóvenes que estudian, se preparan, postergan su entrada al mercado laboral y cuando se postulan, con buena formación, no tienen experiencia. Es un tema nada menor y que no lo hemos podido resolver. 

—¿Qué está pasando con el teletrabajo?

—Fue muy disruptivo en su momento. Hoy, a 3 años de la pandemia ese formato está vigente sin dudas. Según nuestras cifras, una de cada cinco oportunidades de las miles que nosotros relevamos, ofrecen alguna modalidad de teletrabajo o trabajo híbrido. Esa cifra no es baja, si tenemos en cuenta que hay muchas actividades donde no es posible desarrollar actividad a distancia.
Es cierto que llegó para quedarse, pero parecía que iba a ser en mayor medida, bajó un poco esa modalidad y algunas empresas están retrocediendo. Hay una pulseada en torno a ese asunto, porque muchos trabajadores no qieren volver a las dinámicas prepandemia.

—En cuanto a las encuestas de remuneraciones, ¿han observado algún cambio específico últimamente?

—Las remuneraciones se rigen por oferta y demanda; podemos tener consejos de salarios, pero en sectores dinámicos y de escasez de oferta hay otras posibilidades de salarios. Y eso impactó en salarios. La brecha entre los salarios básicos de determinadas actividades y los más demandados, más altos, se amplió notoriamente. En cientos de miles de datos relevados podemos ver cómo algunas actividades han quedado menos calificadas, más repetitivas, que requieren de menor calificación, han quedado estancadas, manteniendo salario real. Mientras otras, calificadas y con alta demanda, han llevado sus sueldos a niveles casi gerenciales. Perfiles complejos, que suman varias habilidades, son salarios que se disparan. Pongamos de ejemplo, un economista o un ingeniero que además, manejan programación. Eso está generando cambios estructurales en el mercado, que cada vez son más notorios.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad