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Amores y odios de frontera

| Arde la frontera: Brasil copa Uruguay dejando importantes dividendos diarios en comercios, mientras Argentina representa un problema. Los uruguayos cruzan a cargar nafta y a comprar, aunque los bloqueos agudizan la inestabilidad económica. Hay vecinos que se llevan bien y otros no tanto.

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R. Figueredo/H. Bertinat

MAGDALENA HERRERA Y CORRESPONSALES

Es sábado, 9 de la mañana, y la avenida que divide Uruguay con Brasil en Chuy todavía se encuentra desierta. Los escasos comercios que aún abren puertas en el vecino país levantaron persiana temprano, sacando a sus veredas mesas de toallas, ropa interior, championes. Pese al madrugón, son contados con la mano quienes transitan por allí. Supermercados históricos como El Cairo y Atlántica ya no existen comercialmente pese a que sus cadáveres aún están allí, inertes y descascarados.

Por el contrario, por primera vez en la historia del Chuy uruguayo, hace un año, abrió puertas un supermercado: El Dorado, con colas de brasileños en sus cajas. "Parece mentira ver a los dueños de los ex supermercados brasileños comprar aquí", señala el agente inmobiliario Jesús Ramos, que tiene su empresa pared con pared al súper.

Las carnicerías y panaderías también trabajan a pleno desde temprano.

En la avenida, del lado nacional, se observa cierto movimiento pero, recién a las 10:00, la mayoría de los free shops, comercios y casas de servicios dan por comenzada la jornada. Saben que, como la mayoría de los fines de semana, recibirán entre 2.000 y 4.000 personas que no se irán sin perfumes, whisky, dulce de leche, electrodomésticos o cualquiera de los productos que se ofrecen a precios demasiado convenientes para el brasileño. No hay local vacío en la principal, salvo uno de gran porte por el que piden de alquiler 2.500 dólares.

Una galería que durante años lució vacía y desvencijada, pese a que los locales eran arrendados a U$S 70, ahora está colmada por U$S 300 y 400 cada uno.

Es sábado, y los restaurantes se preparan para servir a centenares de turistas, que ponderan entre otras cosas las carnes, dice el propietario de la parrillada Los Leños.

Como por arte de magia, porque ni se los ve llegar, después de las 10 de la mañana, las colas de brasileños se agolpan en los free shops y tiendas. Los autos con matrícula de Pelotas, Río Grande, Porto Alegre, y hasta alguno de San Pablo, copan los estacionamientos. Se observa alegría en los comerciantes uruguayos detrás de registradoras. Los brasileños también están contentos por sus adquisiciones que pasan desde Dvd`s a vinos uruguayos. Hay buena química entre vecinos, y no es sólo económica. Los brasileños se sienten cómodos en suelo uruguayo, aseguran. "Nos tratan muy bien, ustedes son especiales", dice un matrimonio, repleto de bolsas a la salida de un free shop.

Sobre el mediodía, en los restaurantes, salvo mozos, es difícil hallar persona que no hable portugués. Bueno, es casi imposible encontrar mesa vacía en horas pico.

Chuy uruguayo vive su gran bonanza comercial, con interesantes proyectos de inversión -sobre todo uno en la avenida (ver nota aparte)-, y esperando ansiosamente la llegada del verano que significa la gran zafra. Se espera de 2008 la mejor de la última década. A diferencia de otras fronteras con Brasil, Chuy capta al vecino de mayor porte adquisitivo, el que en automóvil pasa hacia Punta, Montevideo o Argentina. No se ven excursiones como pululan de a veintenas en Río Branco y Rivera.

Aunque la infraestructura turística y los servicios aún dejan mucho que desear -basta ingresar a un baño público-, los operadores y comerciantes de Chuy señalan que se han hecho avances. La asociación que reúne a los free shops colabora con la seguridad, la iluminación, e incluso con la llegada de UTU, en todo el tema informático y en el mantenimiento mensual de la institución educativa, asegura Carlos Calaguib, propietario de Center Shop, free de grandes proporciones con filial en Río Branco. "También analizamos un proyecto para apoyar a artesanos y ambulantes, que son los que no se beneficiaron. Estamos planificando un lugar para que ofrezcan sus productos, que además tenga baños públicos con higiene adecuada", agrega Calaguib.

Es cierto, los ambulantes son los únicos que no ven con buenos ojos la bonanza. "Nosotros le vendemos a los uruguayos", dice Héctor, quien ofrece Cd`s y Dvd`s de música y juegos en una mesa sobre la vereda. "El brasileño no compra esto. Antes igual nos instalábamos enfrente, y nos rebuscábamos".

De todas maneras, la mayoría de los fronterizos del Este no se quejan. "Estamos mucho mejor; antes sólo se veían motitos de 50 cilindros, ahora no hay de menos de 110 en Chuy", asegura uno de los mozos de la parrillada Mirá vos.

Claro que tanto el pequeño comerciante como el mayor, pasando por los operadores, hacen referencia a los 12 millones de dólares que los free shops locales dejan de impuestos anuales, que van directo a rentas generales, y poco queda en Chuy. "Hubo intentos infructuosos en el Parlamento para que un porcentaje fijo se destinara a mejorar el departamento", dice Jesús Ramos de la inmobiliaria J.R. "No tenemos forma de colaborar, ni siquiera en lo micro. Fíjese: trabajo aquí pero todo el dinero que produzco va para Montevideo, donde debo alquilar y pagar impuestos para que estudien mis hijos. Eso se refleja en mi fachada, mi vereda, en todo".

MÁS BONANZA. La alegría va por frontera. Pese a sus escasos servicios y comercios, el despegue de Río Branco fue impresionante y recibe en invierno casi la misma cantidad de turistas que Chuy. Dos mil personas llegan seguro y en feriados brasileños la cifra se duplica. "Ciertos sábados, los free shops debían cerrar puertas, y hacer ingresar de a poco", dice Calaguib.

Más de veinte excursiones se trasladan viernes y sábado hasta el punto más al Este del Uruguay, el más cercano a localidades brasileñas con grandes poblaciones como Pelotas o Porto Alegre. "Sólo Yaguarón tiene 40 mil habitantes", afirma el propietario de Center Shop. "Ya eso es impresionante, sin contar otras ciudades cercanas que tienen entre 30 y 50 mil personas. Además, se ubica a hora y media de Pelotas en carretera buena y tranquila".

Río Branco significa alrededor del 20% del movimiento de todo el sistema free shops linderos con Brasil, algo impensable tiempo atrás. Casi un 40% se lo lleva Rivera, y más de un 30%, Chuy.

Más al Norte, el buen momento comercial que vive el lado uruguayo de la frontera tiene "larga vida asegurada". Tal percepción domina a pobladores, autoridades y empresarios de Rivera, al observar desembarcar millones de dólares de inversiones en edificios y locales comerciales.

Para muestra basta un botón: resulta imposible conseguir alojamiento de jueves a domingo en la ciudad de Rivera o Livramento. Quienes no quieren pernoctar en hoteles de alta rotatividad, terminan a 100 kilómetros, en Rosario do Sul. Hasta octubre, la hotelería está colmada los fines de semana.

Tanto el intendente, Tabaré Viera, como el presidente de la Asociación de Free shops, Antonio López, y el ex director de turismo y productor agropecuario, Miguel Armand Ugón, así como otros operadores, viven con alegría el boom.

Quienes perciben un sueldo, y no tienen propiedad, expresan preocupación porque los alquileres suben y eso promete convertirse en un problema. En tanto, decenas de apartamentos del Banco Hipotecario continúan desocupados porque los valores y exigencias del organismo impiden acceder a ellos.

"El free shop es un anzuelo bien encarnado", comenta Antonio López, también propietario de Casa América. "Trabajamos todos, desde el que cuida coches hasta el que ofrece termos en la calle. Las tiendas, y quienes venden quesos, fiambres y vinos no dan abasto. Llegan 20 mil personas por semana, más de un millón de turistas al año; es gente que dinamiza nuestra economía. Los free shops generan mil empleos directos y otros cinco mil indirectos, a lo que hay que sumarle los trabajadores del resto del comercio y servicios", acota el empresario, quién aseguró que en un año, al Depósito Fiscal Único ingresaron 50 millones de dólares en mercaderías y de ahí a la venta en free shops fronterizos. Para 2007, la perspectiva es superar los 70.

LÍMITES DE TRISTEZA. Por las fronteras con Argentina la realidad es otra. La ambigüedad que vive Fray Bentos queda clara con el caso del presidente de la Asociación comercial e Industrial de Río Negro, Leopoldo Cayrús. Sus sentimientos están divididos, ya que se considera uno de los operadores más afectados por los cortes, mientras que reconoce que la gremial que lidera no vivió esplendor tan intenso como el de los últimos dos años desde la época del Frigorífico Anglo. "La baja de operarios de Botnia se esperaba. Los comercios tomaron recaudos y la situación sigue siendo buena. Mejoramos notoriamente los servicios, desde lo gastronómico hasta lo educativo; el cambio es radical. Somos optimistas y Botnia será punta de lanza para el arribo de empresas conexas", indica.

Pero en el plano personal, la situación de Cayrús cambia drásticamente. Explota el servicio de telecentro e información turística en el paso de frontera. "El bloqueo me tiene muy mal, complicado. Mi empresa quebró", dice con amargura.

En la zona caliente, la gente vive esa situación de diversas formas. Las secuelas económicas de los cortes dejó como saldo la pérdida de decenas de empleos. "Más de 200 familias nos vimos perjudicadas por un conflicto que no supieron solucionar dos gobiernos", dice uno de los operarios de Comercio Exterior. Roberto Díaz comenta que existen situaciones dramáticas como el caso de la propietaria del restaurante Coriné "a la que le remataron los bienes y se fue a España a buscar trabajo".

Ibar Villalba, otro de los afectados, indica que "en Uruguay, quienes están en la frontera padecen cada día con mayor gravedad".

Pese al crítico panorama, algunos sostienen que el corte causó por lo menos un efecto positivo: se logró contener el dinero que antes se gastaba en Gualeguaychú y evitar el contrabando. "Voy a ser honesto. Soy consciente de que el puente cerrado perjudicó a mucha gente, pero a los gastronómicos nos favoreció. Los finlandeses nos dicen que si estuviera la frontera abierta, irían allá, porque es más barato, es una ciudad grande y están mejor preparados", dice Carlos Gilardoni, de un céntrico comercio.

Aunque la capital de Río Negro ya no está atiborrada como hace unos meses, los fraybentinos señalan que antes de Botnia no trabajaban. "Esto era un desastre", concuerdan varios, incluido Gerardo Vila, propietario de la panadería La Espiga. "Ahora las ventas bajaron de manera importante pero, comparado a años atrás, consideramos que nos encontramos bien".

Los operadores reconocen que el turismo fue el más afectado, fundamentalmente en Las Cañas. Por primera vez en la historia, no se presentaron oferentes en la licitación para la explotación de servicios del balneario, que recibía más turistas argentinos que uruguayos.

El bloqueo no sólo acarreó efectos negativos en lo económico sino también en lo sentimental, entre dos pueblos hermanos. En las calles de Fray Bentos, es común escuchar a los pobladores manifestar que para superar el enfrentamiento serán necesarios muchos años. "El conflicto en Argentina se llevó hasta las escuelas y hoy existen niños que dibujan muerte y caos al lado de Botnia. Son generaciones que crecerán con cierto odio hacia nosotros," dice Cayrús.

En España, el presidente Tabaré Vázquez habló de diálogo fluido y sobre posibles soluciones al conflicto. Eso hoy, en la frontera caliente, parece algo lejano en el tiempo. (Corresponsales Freddy Fernández Carranza, Daniel Rojas, Sandra Kanovich, Luis Pérez).

Ciudades hermanas separadas por conflictos y la moneda

Las situaciones de Paysandú y Salto, con sus vecinas Colón y Concordia, son distintas a la generada en Fray Bentos, y opuesta a la frontera con Brasil. Los comercios de cualquiera de las dos capitales se ven perjudicados principalmente por el tipo de cambio. Los uruguayos cruzan los puentes a cargar combustible y a hacer las compras del otro lado. Pero lo más conflictivo vino con los bloqueos, pese a que incrementaron las ventas nacionales, el turismo se vio afectado con pérdidas difíciles de cuantificar, según explica Miguel Errea, presidente del Centro Comercial e Industrial de Salto. "Sólo con los intentos, los ambientalistas hicieron desistir a miles de viajeros".

El sector turístico habría alcanzado los más altos índices de ocupación en la historia "porque los argentinos pasan por un buen momento económico, y para ellos las termas siempre fueron una atracción interesante", indicó Pablo Duvós, empresario hotelero.

Para el integrante de la Comisión Amigos Peatonal Entre Ríos de Concordia, Jorge Jubilla, las desigualdades que se generan en una y otra margen, no pasan por lo estrictamente comercial. "En el mundo, los puentes unen países; no podemos estar exentos de eso. Tenemos raíces no sólo culturales, sino afectivas", agrega, indicando que no está de acuerdo con la metodología utilizada por sus compatriotas para protestar por la planta.

¿PAYSANDÚ O COLÓN? El supermercado El Sanducero está situado a 3 kilómetros de la cabecera argentina del puente. Los seis autos en su estacionamiento, precisamente, son sanduceros. También lo son los tres que cargan nafta en la estación de enfrente en Colón. Es mediodía de jueves, pero el panorama es habitual para cualquier día de la semana.

Llenar el tanque por la mitad de precio que en Uruguay y llevarse el surtido con esa diferencia es un hábito generalizado que cuesta un cuarto del producto bruto interno sanducero (un millón de dólares).

Otro dato brindado por Ancap es que las pérdidas en el litoral fueron de 5 millones de dólares en 2006. El presidente del Centro Comercial e Industrial, Jorge Ledesma, dice que la situación es una espada de Damocles que condena al departamento a no crecer, con desocupación de más del 14% y un alto nivel de informalismo. La situación es tan cíclica y antigua como el puente, pero se arrastra crítica desde hace 7 años. Ahora, los operadores esperan respuesta a una solicitud de entrevista con el ministro Astori, en la que reclamarán la rebaja de impuestos en combustibles, que interpretan, está habilitada por la reforma tributaria. También depositan esperanzas en los vaticinios de analistas que dicen que el gobierno argentino no podrá sostener por mucho tiempo la política de subvenciones a los combustibles.

Llega más inversión

En Rivera, la industria de la construcción vive uno de sus mejores momentos. Ta-Ta invirtió alrededor de un millón de dólares en un moderno hipermercado. El edificio, fue erigido en tiempo récord pues los obreros trabajaron 16 horas por día, cambió la cara al tramo final de la avenida Sarandí y tuvo el mérito de agrandar el centro de la ciudad que se reducía a las primeras cuatro cuadras.

Otra obra importante en la ciudad limítrofe con Livramento es la construcción del local de Free América, que tendrá una cuadra de extensión. En el edificio de dos pisos, el grupo de capitales israelíes, con sede en Panamá, pretende acercar a la frontera los mejores artículos del mundo, porque ya cuenta con 120 free shops en el mundo. Este consorcio también ha comprado cuatro predios en Chuy, por aproximadamente un millón de dólares, donde además de free shop, se señala que se construiría un hotel y un casino. También han adquirido tierras y locales en otras zonas fronterizas y se encontrarían en negociaciones en Río Branco.

El free shop Neutral también se encuentra en franca expansión. En Rivera, arrendó el local de Casa América por siete años, adelantando alquileres e invirtiendo miles de dólares en la modernización del edificio. En Chuy, abriría su tercer local en una casona contigua al predio en que se instalará Free América.

Tanto la inversión de Neutral como Free América en Chuy alargarán la avenida principal varias cuadras, que concentraba comercios en unas pocas.

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