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La mala condición física está relacionada con la aparición de enfermedades cardiovasculares, indicó un estudio

La investigación, publicada en la revista médica de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), comprendió a más de 5.000 adultos mayores.

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Hombre con dolor en el pecho.
Hombre con dolor en el pecho.
Foto: Freepik

Redacción El País
Mantener una óptima condición física en la tercera edad no es únicamente beneficioso para llevar a cabo actividades diarias con seguridad, o para disminuir la probabilidad de caídas y favorecer una vida independiente; sino que también juega un papel crucial en minimizar los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares.

Evaluando la relación entre la aptitud física y eventos cardíacos adversos, un estudio científico incluyó a 5.570 adultos con una media de edad situada en los 75 años, que eran parte de una investigación más amplia conocida como el estudio sobre el Riesgo de Aterosclerosis en Comunidades (ARIC, por sus siglas en inglés).

Dentro del marco de este estudio, los investigadores llevaron a cabo una valoración de la función física de los sujetos, categorizando a cada uno en niveles bajos, medios o altos, con base en pruebas que medían diversas habilidades como la velocidad al caminar, la capacidad de levantarse de una silla sin apoyo manual y la estabilidad durante la estancia de pie. A lo largo de un seguimiento promedio de siete años, se monitoreó a los participantes en búsqueda de incidencias como ataques cardíacos, derrames cerebrales o insuficiencia cardíaca, tomando en cuenta ajustes por conocidos factores de riesgo como hipertensión, hipercolesterolemia y diabetes.

Los datos de este seguimiento revelaron que en comparación con aquellos adultos que manifestaron una alta capacidad funcional, los que presentaron puntuaciones bajas en las pruebas tenían un 47% más de riesgo de verse afectados por al menos uno de tales eventos cardíacos. En contraste, los participantes que obtuvieron puntuaciones intermedias poseían un incremento del 25% en la probabilidad de experimentarlos.

Es crucial destacar que, aunque los resultados del estudio muestran una correlación, no establecen una relación de causa-efecto definitiva. Sin embargo, los hallazgos, que fueron publicados en el Journal of the American Heart Association (JAHA), contribuyen significativamente al cuerpo de conocimiento existente que resalta la importancia de conservar un nivel elevado de aptitud física a medida que se avanza en edad.

Estos descubrimientos podrían servir de motivación para implementar o continuar con un régimen de ejercicio adaptado a la edad y las capacidades individuales, con el fin de reforzar las funciones físicas y de este modo, influir positivamente en la salud cardiovascular. La relación estudiada entre un estilo de vida activo y la reducción en riesgos de padecer eventos cardiovasculares sirve como un recordatorio de cómo medidas preventivas y cambios prácticos en el estilo de vida pueden tener un impacto sustancial sobre la salud a largo plazo.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.

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