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El reverso de la infancia

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PATRICIO PRON

LA BIOGRAFÍA de Darger es sucinta y no tiene mucho atractivo. Nació en Chicago el 17 de abril de 1892. A los cuatro años murió su madre, mientras daba a luz a una niña que fue entregada en adopción. Alrededor del año 1900 su padre ingresó en un asilo y lo metió en una escuela católica. Moriría cinco años después, poco antes de que Darger fuera internado en una institución mental en Lincoln, Illinois. Aunque el propio autor sostuvo que le diagnosticaron "tener el corazón en el lado incorrecto", otras fuentes sostienen que el diagnóstico por el que fue internado fue "autoagresión", eufemismo de la época para la masturbación.

La rutina en el asilo era una sucesión de severos castigos, alternados con trabajos forzados. No sorprende que Darger haya intentado escapar en varias ocasiones, la última, exitosa, en noviembre de 1908. Mientras caminaba de regreso a Chicago, presenció y sobrevivió a un tornado que devastó el centro del Estado y dejó profundas secuelas emocionales en él. Al llegar a la ciudad, consiguió empleo en un hospital católico gracias a su abuela.

A partir de ese momento (tenía diecisiete años), y hasta su retiro en 1963, Darger repartió sus días entre el hospital, la recolección de basura, periódicos y revistas principalmente, que acumulaba en las habitaciones que ocupó, siempre en el norte de la ciudad, y las visitas (hasta cinco diarias) a misa. Sus vecinos en aquellos pisos nunca se vieron tentados de averiguar qué ocultaba aquel hombre porque nunca pensaron que ocultara nada. Sin embargo poco antes de su muerte en 1973, cuando Darger estaba internado ya en el mismo asilo donde murió su padre, sus caseros entraron en su habitación y encontraron algunas cosas triviales (decenas de imágenes de santos y viejos recortes de periódicos y cómics) pero también algo insólito: un legado literario de algo más de treinta mil páginas y más de trescientas acuarelas de enormes dimensiones. Allí acabó la vida de Henry J. Darger y comenzó la de una obra que hoy es considerada una de las más importantes del siglo XX.

OBRA. La producción literaria de Darger comprende un curioso dietario, The Book of Weather Reports [El libro de los informes meteorológicos], donde su autor anotó y comentó durante diez años el parte meteorológico de la ciudad de Chicago, una autobiografía de más de 5.000 páginas, diarios, una obra de ficción manuscrita de unas 10.000 páginas titulada Crazy House [Casa demente] y una novela de 15.145 páginas escritas a máquina a un solo espacio, probablemente la más larga de la historia: The Story of the Vivian Girls, in what is Known as the Realms of the Unreal, of the Glandeco-Angelinian War Storm, Caused by the Child Slave Rebellion [La historia de las chicas Vivian en lo que es conocido como los reinos de lo irreal, de la tormenta bélica angélicoglandeliana causada por la rebelión de los niños esclavos], escrita entre 1909 y 1973.

The Story of the Vivian Girls... relata el enfrentamiento entre el reino cristiano de Abbiennia y el de Glandelinia, en el que los niños son esclavizados, torturados y asesinados por los adultos. En la novela se narra la esclavitud de los niños en Glandelinia, su rebelión liderada por las niñas Vivian, princesas del reino de Abbiennia, y las aproximadamente setecientas ochenta batallas de esa guerra, se nombra a todos los participantes en ambos ejércitos, se reproducen sus marchas militares y banderas, se detallan los costos económicos de la contienda y se listan todas y cada una de sus bajas.

Las trescientas acuarelas halladas en la habitación de Darger están destinadas a ilustrar la obra, de cuya desmesura parecen haberse contagiado: algunas tienen más de cuatro metros de longitud por dos de altura y están pintadas por ambas caras para ahorrar papel. En ellas, las visiones idílicas de niñas desnudas alternan con imágenes de batallas y de niñas destripadas, empaladas o crucificadas. Muchas escenas están presididas por cielos amenazantes de negros nubarrones. Una peculiaridad de estas obras de gran colorido y extraordinaria composición es que los soldados de Glandelinia usan uniforme confederado y sombrero de académicos; otra, que las niñas están dotadas de un pequeño pene, circunstancia que podría deberse al hecho de que Darger era virgen. Profundamente traumatizado por la desaparición de su hermana, evitaba mantener cualquier tipo de relación con mujeres por temor al incesto. Su principal biógrafo, el psicólogo John M. McGregor, sostiene por su parte que el artista era posiblemente un sádico.

APROPIACIÓN. Darger no sólo vivió obsesionado por su hermana desaparecida. En 1911, dos años después de haber comenzado la escritura de The Story of the Vivian Girls..., la desaparición de una niña de cinco años motivó un fervor religioso en el autor que concluyó abruptamente cuando la pequeña fue hallada sin vida y Darger perdió su fotografía. Esta pérdida resuena en las catástrofes que afectan a los niños en la novela, cuya rebelión es encabezada por otra niña asesinada, Annie Aronburg. Esta no es la única experiencia real que aparece ficcionalizada en la obra: el extraordinario documental de Jessica Yu In the Realms of the Unreal [En el reino de lo irreal] (2004) muestra cómo la autobiografía de Darger puede ser ilustrada perfectamente por sus acuarelas: el internamiento y el trabajo esclavo en la institución mental, las palizas, los niños que lo atacaban durante su infancia y los huracanes, las visiones religiosas y la hostilidad del mundo.

En términos de la tradición pictórica, la obra de Darger es completamente autónoma: su uso innovador de técnicas como el collage, la copia y la ampliación fotográfica fue resultado de un aprendizaje autodidacta. Con estas técnicas, Darger se apropió de la representación gráfica de la infancia en los Estados Unidos de su época, pero, al hacerlo, la deformó para mostrar la naturaleza violenta y traumática que subyacía a ella y a su propia infancia. Esta apropiación está presente también en la novela, que incorpora elementos del ciclo de El mago de Oz de L. Frank Baum, La cabaña del Tío Tom de Harriet Beecher Stowe y las novelas de Charles Dickens. Estas novelas, y los periódicos, parecen haber sido lo único que Darger leyó a lo largo de su vida.

SECUELAS. El detallismo obsesivo de la obra de Darger sugiere un fondo patológico, pero también permite pensar que la renuncia explícita a todo contacto humano y el carácter reclusivo de su autor eran la contracara de una vida intensa y satisfactoria en el mundo ficcional. En él, Darger es "el capitán Darger", a quien los niños recurren para que lidere su ejército infantil, pero también "Judas Darger", el traidor en las filas adultas. Darger nunca pudo determinar si era un traidor o un héroe, un santo o un pecador, y tampoco supo cómo poner punto final a su obra maestra, que tiene dos finales: en el primero, los niños rebeldes triunfan y conquistan Glandelinia dando paso a un reino cristiano de amor filial; en el segundo, sus fuerzas son destruidas.

Aunque de carácter marginal, la obra literaria y pictórica de Darger ha dado pie a numerosas secuelas: la más importante es el largo poema de John Ashbery Girls on the run [Niñas en fuga] (1999). En la actualidad es exhibida principalmente en el Museo de Arte Popular Estadounidense de Nueva York, y en el Centro de Arte Intuitivo y Marginal de Chicago, que tiene en exhibición permanente la habitación en la que Darger concibió su obra.

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