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Los Teros van al cine

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Película de Los Teros

En agosto se estrenará una película sobre la historia del equipo de rugby Los Teros y su preparación para el Mundial de Inglaterra, donde se enfrentarán a selecciones profesionales.

El 16 de abril Luis Ara Hermida estrenará su segunda película codirigida junto a Federico Lemos, Gonchi, un film sobre la vida y carrera del piloto de automovilismo fallecido en 1999, Gonzalo Rodríguez. Los días previos los destina a terminar el rodaje de otro documental que hará foco en el deporte. Esta vez, la primera que dirige en solitario, el protagonista es el equipo de rugby Los Teros, del que formó parte unos años atrás.Con fecha de exhibición marcada para agosto, antes del Mundial de Inglaterra para el que clasificó, dice que su película narra un ejemplo de cómo lograr lo imposible.

—¿Por qué empezaste a hacer cine?

—Mi involucramiento en el mundo audiovisual se mezcló con la muerte de mi madre: tenía la inquietud de hacer una película documental que ilustrara la realidad de lo que se vive en la espera de un donante de órganos. Federico Lemos, al que le había distribuido la película El último carnaval (2011), me manijeó para sacar el proyecto adelante. Exigí codirigir 12 horas 2 minutos (2012) porque era un tema muy delicado para mí y quería tener decisión en la estética y en los contenidos. Ese fue el primer proyecto que hice y quedé muy contento porque fue muy exitoso, ganó premios, lo tiene HBO para toda Latinoamérica, Netflix, llegó a miles de hogares, lo presentamos ante médicos y en laboratorios. A raíz de ahí surgió Jugadores con patente (2013) y luego me llaman por el aniversario de la muerte de Gonzalo Rodríguez y decidimos hacer una película sobre él.

—¿Te sentís seguro en la dirección?

—Sí, cien por ciento, porque soy de los que piensa que un director de cine es como el gerente general de una empresa: no tiene que saber de todo para poder sacar adelante sus proyectos, va mucho en tener muy claro lo que querés contar y la línea estética y narrativa que querés utilizar. Con tres películas encima ya aprendí muchísimo, sobre todo en lo que tiene que ver con la producción que en los documentales es una etapa muy compleja porque cuando vos arrancás a filmar no sabés cómo vas a terminar.

—¿Qué etapa de la realización es la que más te interesa?

—Me entusiasma más la investigación, me sucede en todos mis emprendimientos, disfruto el desafío de pensar una idea y decidir sacarla adelante aunque nadie lo crea posible. Me decían que estaba loco por querer hacer una película de donantes y terminamos filmando a un tipo que le quedaban dos meses de vida y estábamos en el quirófano cuando le hicieron el transplante. Con Gonchi filmamos en 15 ciudades del mundo, ahora con Los Teros filmé dos semanas en Europa, en Australia y en Fiji. Me gusta que se me meta algo en la cabeza, investigar y pensar la historia porque el documental se basa mucho en los testimonios de tus entrevistados y las buenas respuestas dependen muchos de las preguntas.

—Un buen documentalista debe ser un buen entrevistador, según tu opinión.

—Exacto, de hecho es mi tarea habitual en las películas.

—¿Por qué hacer una película sobre Los Teros?

—La respuesta tiene dos lados. A nivel personal estoy involucrado y por otro lado quiero hacer películas que puedan dejar un impacto en la sociedad, un legado, un mensaje. Con Gonchi estamos utilizando la película para hacer una campaña de seguridad vial, en Jugadores con patente íbamos contra la violencia en el deporte, en 12 horas 2 minutos difundimos la problemática al respecto de la donación de órganos y Los Teros me parece un gran ejemplo motivacional: es contar la historia de lo imposible. Porque Los Teros es posible por la convicción de sus jugadores, entrenamiento, unión y mucho valor. Es una historia que creo que puede servir de inspiración para muchas personas. Tiene que ver con mi pasión por el deporte, soy jugador de rugby desde que tengo 12 años, jugué en primera división, jugué en Los Teros y conozco desde adentro cómo es prepararse para jugar contra un equipo profesional cuando se es amateur.

—¿Cuál sería el público natural de esta película?

—Me parece que es una película para dos públicos distintos. Para el uruguayo para poder contarle cómo es el rugby en los países especializados, para que entiendan a lo que se va a enfrentar Uruguay, y para los otros países para poder mostrarles quiénes son estos locos, cien por ciento amateurs. Tengo confianza en que puede funcionar tanto en el mercado local como en el internacional.

—El rugby es un deporte poco popular en el país, incluso está asociado a una clase social alta.

—Esa es una de las cosas que más me interesa trabajar. Estoy trabajando mucho con la Unión de Rugby del Uruguay porque quiero usar la película como una herramienta de difusión del deporte. La vamos a llevar a las escuelas públicas de todo el país mediante el sistema de exhibición itinerante, nos van a acompañar algunos jugadores profesionales y les van a dar una práctica de rugby a los niños. También vamos a llevar a los escolares al Movie para mostrarles la película. Entonces, mi primer interés es utilizarla como una herramienta educativa y segundo de inclusión, porque es un deporte que adoro y que me encantaría que fuera popular.

—Quizás una de las razones sea que hay un preconcepto de que es un deporte violento.

—No, cero. Lo que pasa es que vos ves a 15 tipos de 100 kg golpeándose en una cancha y no entendés, pero en realidad las reglas del rugby lo hacen uno de los deportes más seguros. Al ser un deporte de contacto, hay una serie de códigos que hace que se proteja mucho el físico de sus jugadores, y es un deporte muy leal, defiende un conjunto de valores que tienen que ver con el respeto, el respeto al réferi, al rival. En un partido de rugby nunca vas a ver a alguien festejando un try ni vas a ver a un tipo discutirle al juez, yo he visto estadios de 80 mil personas en silencio esperando la jugada del rival. El jugador que lastima a propósito o insulta, está mal visto. El capitán es una figura muy importante, es el único autorizado a hablar con el réferi.

Otra característica que me gusta destacar es que en el rugby hay lugar para cualquiera: puede jugar el gordo y el flaco, el rápido, el lento, el inteligente, el torpe, el fuerte y el débil.

—Da la impresión de que la vida útil de estos jugadores es un poco más longeva que la de otros deportistas.

—Sí, depende de la posición. Se empieza a practicar desde muy chico hasta los 30 y pico de años y después, como en todos los deportes, hay distintas divisiones de veteranos. Pero acá hay un tema de camaradería muy marcado porque el rugby no es como un "picadito", para jugarlo tenés que estar bien físicamente, entonces sucede que el exjugador luego se vuelca al deporte desde otro lado, entrenando niños, colaborando, el rugby es como una familia para toda la vida.

—¿Qué particularidad crees que tiene este equipo?

                                                                                        —La temática es tan amplia que podría hacer 100 películas distintas. En mi caso quiero ser justo con la historia uruguaya en el rugby y la película hace un repaso de ciertos hitos como los dos Mundiales a los que fue Uruguay, cómo fue la clasificación a este Mundial en Inglaterra, pero el foco real es contar cómo se prepara un equipo amateur para una Copa del Mundo.

Tenés una particularidad como que el capitán del equipo, Nicolás Klappenbach, es un tipo que es médico, que tiene una beba recién nacida, labura 12 horas por día y tuvo que pedir permiso en el hospital para poder entrenar cada mañana. En su vida diaria tiene que mechar gimnasio y dietas especiales porque va a competir con un tipo que lo único que hace es levantarse, comer lo que le indica un nutricionista, entrenar, estudiar jugadas, estudiar a sus rivales, darse masajes y encima gana medio millón de dólares por año. "El Chino" se va a enfrentar a tipos elegidos entre 200 mil jugadores mientras que a él lo eligieron entre 500. Hay una diferencia muy abismal de base que para mí cinematográficamente era muy linda de mostrar ..."mirá cómo es la vida de un tipo que va a laburar al Clínicas al día siguiente de jugar un partido agotador".

—¿Cómo es la estructura del film? ¿Seguís a algunos jugadores?

—La idea es mostrar la infraestructura de un país y la de otro, la vida de un jugador profesional y la de otro amateur, y hacer el seguimiento de algunos personajes. Y mostrar ese después de juego, porque estos tipos a diferencia de otras estrellas del deporte local no son personas inalcanzables: son tipos que devuelven en su país todo lo que pueden, que entrenan en persona a las nuevas generaciones.

—¿En qué lugares estás filmando?

—Estoy siguiendo a Uruguay y a los otros cuatro países que están en el Grupo A en el Mundial, que son Gales (nuestro primer rival), Inglaterra, Australia y Fiji. Compartí un día de entrenamiento con Inglaterra otro con Gales, y ahora voy a ocuparme de Australia y Fiji.

—¿Cómo armaste el equipo de rodaje?

—Somos entre cuatro y seis personas, dos cámaras, sonidista, productor, director y a veces un asistente de producción, depende de los costos, de los permisos. Esta es una inversión muy grande que estoy remando solo y por esa misma razón tengo que tener muchos cuidados.

—¿Cuál es la mayor complejidad que enfrenta este proyecto?

—La producción es muy complicada, lo más difícil está siendo la parte de los permisos. Acá es como si yo llamara al Barcelona para decirle que quiero ir a filmar la semana previa a un partido con el Real Madrid y quiero estar todo un día con Messi. Eso es lo que estoy pidiendo, y lo estoy consiguiendo. Y luego todo lo que tiene que ver con la negociación del material de archivo, que es propiedad de la International Rugby Board, que es la FIFA del rugby, son muy peleadas. Vivimos algo similar con la Fórmula 1 con Gonchi.

—¿Cuándo estimás que vas a dejar de filmar?

—Espero y debo hacerlo a mediados de abril porque quiero estrenar en agosto, antes del Mundial que se juega en setiembre y octubre. Es que Uruguay va a jugar con equipos muy difíciles y puede ser probable que pierda, pero no me parece importante eso, me parece importante contar el camino hacia ese lugar y quiero que sea antes de los resultados, y aprovechar todo el ruido del Mundial para despertar interés por el rugby.

El director.

Luis Ara Hermida dirige desde los 21 años la distribuidora de cine Dispel. Entre otros negocios posee una productora publicitaria y otra de cine y televisión. Para TV produjo los programas Tráiler y El gato y el ratón. Los Teros es la tercera película que dirige.

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