Opinan Laura Martínez, Ana Laura Romano, Varina De Césare y Luciana González.

Los cuidados están en mostrar muy poco, lo menos posible. En este video que llamó tanto la atención (el corto Reencuentro fatal) estoy con un escote y muestro las piernas, en la playa se ve mucho más. Me sentí cómoda porque no me saqué el vestido, ¡ni loca me lo hubiera sacado! La única vez que mostré un poco más fue con las chicas Guau a los 18 años, pero después nunca hice fotos en bikini ni nada. No me pone feliz mostrar mi cuerpo, me da pudor. Le muestro mi cuerpo a quien yo quiero cuando yo quiero, no a todo el mundo.

Siempre prefiero no mostrar, no soy de las mujeres que no les importa. Yo hice una escena jugada (en Somos) y busqué que fuera cuidada, fina, delicada. No quería mostrar nada explícitamente, sino dejar entrever. La producción sabía que yo tenía mis límites. Iba hasta ahí. No se trata de sacarse la ropa por sacarse la ropa sino que la escena quede linda.

Hay que estudiar bien el libreto y ver si a uno le interesa hacer la obra, pero no hay que tener vergüenza del cuerpo. Los actores trabajamos con nuestro cuerpo y nuestra voz; son herramientas. En una escena de El secreto de la vida yo le doy un beso a una mujer y no me genera ningún tipo de conflicto, lo que me interesa es componer bien el personaje.

Si el proyecto me gusta y la dirección es buena, no hay absolutamente nada que me pueda incomodar. Uno no tiene que pensar en límites al momento de componer un personaje. Si es un director que me gusta por otros trabajos que haya hecho, y la fotografía es de calidad por lo que sé que la imagen va a quedar linda, el resto no me importa nada. En Rotos y Descosidos hice una escena en un motel y en un videoclip besé a una mujer, y todo lo hice naturalmente. Es como que me hubieran dicho que grabe el copete de alguna nota.

Yo digo