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Cárcel de plástico

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RICARDO REILLY SALAVERRI

La bonanza heredada y recibida, ha permitido la multiplicación notoria de impuestos: IASS, IRPF, impuesto a la concentración de tierras, Fonasa, etc. Mientras, a su vez, el IVA -contra la promesa astorista- no baja. El destino principal del saqueo es conocido: inseguridad pública, irregulares adueñados de las calles, acomodos a granel, con buena paga, omisión de asistencia y asesinatos en la salud pública, confeso clientelismo institucionalizando la mendicidad con dineros públicos, en un país cuya brecha cultural y social es notoriamente creciente.

El dinero circunstancial tapa todo. Y, es propicio para que pueda avanzar la entrega gubernamental de nuestra soberanía. La más grande registrada desde la entrega de la Misiones Orientales a Brasil cuando la paz de 1828. Lo que incluye la privacidad de la vida ciudadana.

Si los patricios Alejandro Magno y Julio César desde una situación de poder personal soñaron con conquistar al mundo, al igual que Napoleón con sus ejércitos, y lo mismo imaginaron desde una cuna humilde Lenin y Hitler, avanzando en el empeño, es sensato admitir, y tangible además, que quienes son dueños hoy del poder de las finanzas, del petróleo, de la fabricación de las armas - y, en definitiva, del monopolio del conocimiento científico y tecnológico- que no son más de unos pocos miles de personas, alimenten iguales propósitos.

Hecho afirmado y probado por abundantes y prestigiosos investigadores.

A ello se suma la electrónica. En la cúspide planetaria de los servicios de información e inteligencia, ya casi no queda dato personal de cualquiera que no pueda ser rastreado. Lo que responde a un plan fríamente calculado. Esta orientación acatan las medidas "socialistas" vernáculas de levantamiento de secreto bancario, el IRPF, y el Fonasa, y actualmente la genuflexión ante la OCDE, Argentina y Brasil, para traicionar a quienes creían que Uruguay era un refugio sólido y confiable para sus inversiones, a diferencia de lo que ofrece la promedialmente caótica América Latina.

Sin adherir ciegamente a sus conclusiones, aludiré a Daniel Estulin, denunciante de los planes de los poderosos, con muchas acertadas previsiones en su haber. Dijo en 2005, en un capítulo titulado "Hacia una sociedad sin dinero efectivo", que "el dinero en metálico nos garantiza intimidad y anonimato, o lo que es lo mismo, libertad". Hoy, el Ministro de Economía públicamente renueva su propósito de imponer bases de datos personales, inspiradas por los centros de poder mundial.

Según sus palabras se orienta a la creación de una base informativa, a partir de imponer el pago de sueldos y otros adeudos individuales exclusivamente con tarjetas, obligando -a su vez- al pago de alquileres y compras cotidianas personales con plástico (débito y crédito), lo que permite formar un centro de base electrónica de datos -"bancarización"- que sumada a las ya establecidas "por razones fiscales", implica -Gran Hermano mediante- la creación de un centro de información de la vida diaria total de cada persona.

Y, sus usufructuarios potenciales -de fuera de fronteras- saben que para los individuos ello "supone que cada información sobre tu vida es información del gobierno" (best seller, "El Club Bilderberg, ed. Bronce, pág. 175 y ss.).

El atropello a la soberanía y al individuo no cesa. Ni tiene límites.

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