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“Siria sangra, oímos su llanto”

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Foto: AFP
Residents look for survivors at a damaged site after what activists said was a barrel bomb dropped by forces loyal to Syria's President Bashar al-Assad in the Al-Shaar neighbourhood of Aleppo, Syria September 17, 2015. REUTERS/Abdalrhman Ismail - RTX242XG
© Abdalrhman Ismail / Reuters/REUTERS

ONU dijo que el país pasa por la peor catástrofe humanitaria por bombardeos ruso-sirios.

La situación que vive la ciudad de Alepo, bombardeada desde hace una semana por el régimen de Bashar al-Asad y su aliado ruso, es la peor "catástrofe humanitaria jamás vista en Siria", denunció ayer jueves el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O’Brien.

La ciudad ha caído en "el despiadado abismo de la catástrofe humanitaria como jamás se ha visto en Siria", dijo OBrien ante el Consejo de Seguridad, y agregó que el sistema de salud en la parte sitiada de Alepo "está a punto de colapsar por completo".

Más de 100.000 niños atrapados en las zonas bombardeadas, incluido un centenar que murió en los ataques, "están entre los más vulnerables, los primeros en sufrir y los que sufren más", añadió.

Citó "casos de muertos por desnutrición, enfermedades o envenenamiento" de civiles que consumen alimentos descompuestos.

El agua también comienza a escasear y "esperamos un aumento dramático e inminente" de las enfermedades, detalló.

"Un día, no habrá un lugar donde esconderse para los individuos y las instituciones que, de forma cínica y sin piedad, cometen estos crímenes de guerra", afirmó el funcionario.

La ONU está lista para socorrer a los civiles de los barrios rebeldes de Alepo que son blanco de los bombardeos y donde no ha llegado prácticamente ninguna ayuda desde julio, pero para ello se debe restablecer el cese al fuego o al menos instaurar de emergencia corredores humanitarios de 48 horas a la semana. "Siria sangra. Sus habitantes mueren. Todos escuchamos su llanto en pedido de ayuda", agregó.

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Antes del inicio de la reunión del Consejo de Seguridad, la embajadora de Estados Unidos, Samantha Power, describió la ofensiva en Alepo como "la semana más brutal que se ha visto en una guerra increíblemente violenta de más de cinco años", con más de 1.000 muertos durante los 1.700 bombardeos aéreos. La diplomática acusó a Rusia y al presidente sirio de "desatar una barbarie" contra civiles. "Estamos en un punto de inflexión", afirmó.

El número de personas que están en las zonas sitiadas en Siria llegó a 861.200.

Pese a esta dramática situación, Rusia anunció ayer jueves que continuará sus bombardeos en Siria. En Moscú, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, reprochó las críticas "no constructivas" de los responsables estadounidenses.

El secretario de Estado, John Kerry, en tanto, advirtió también ayer que Washington está a punto de terminar las conversaciones con Rusia sobre el conflicto sirio debido a los ataques contra la ciudad de Alepo.

"Creo que estamos a punto de suspender las discusiones porque, ustedes saben, eso es irracional en el contexto de la clase de bombardeos que tienen lugar", dijo Kerry.

"No hay noción o indicación de seriedad de propósito con lo que está ocurriendo ahora", añadió en conferencia en la capital estadounidense, un día después de advertir a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, de que pondría fin a las conversaciones a menos de que Rusia detenga los ataques sobre Alepo.

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, se vio obligado a reconocer por su parte que las negociaciones de paz son "difíciles" de organizar "cuando caen bombas por todas partes".

Alepo, ciudad de unos 2 millones de habitantes, dividida entre los barrios rebeldes y las zonas bajo control gubernamental, es blanco de intensos ataques aéreos de la aviación rusa y siria desde el fracaso de la tregua negociada el 9 de septiembre por Moscú y Washington.

El jueves, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmaron que Rusia tenía una "responsabilidad particular para reducir la violencia en Siria", según un comunicado de la cancillería alemana, difundido tras una conversación telefónica entre ambos jefes de Estado.

El Kremlin, haciendo oídos sordos, dijo estar dispuesto a seguir cooperando con Washington "para la aplicación de los acuerdos" de alto el fuego y para "aumentar la eficacia de la lucha contra el terrorismo en Siria".

"Pero Moscú también espera que las obligaciones que Washington aceptó asumir sean respetadas. Hasta el momento no lo han sido", insistió el portavoz del Kremlin.

Rusia exige que Estados Unidos presione a los rebeldes sirios para que se distancien de los grupos yihadistas más radicales, en particular del Frente Fateh al Sham, exFrente al Nosra, la rama siria de Al Qaida.

El miércoles, los dos principales hospitales del este de Alepo quedaron fuera de servicio, uno a causa de un ataque aéreo y otro por un disparo de artillería, según la Syrian American Medical Society (SAMS).

Según Médicos Sin Fronteras (MSF), al menos dos pacientes murieron y dos miembros del personal resultaron heridos en los ataques, calificados de "crimen de guerra" por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. (AFP, ANSA, Reuters)

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