Estiman que 3,5 millones manifestaron su rechazo al gobierno del PT en 320 ciudades.
Una ola de manifestantes pidió ayer la destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en un clima de fuerte descontento social por la recesión económica y un multimillonario fraude a Petrobras que salpica a la élite empresarial y política del país.
La Policía Militar estimó que 3,5 millones de expresaron su irritación en las calles de 320 ciudades, en una protesta que por primera vez fue apoyada públicamente por partidos de la oposición. La magnitud de las marchas es un dato de alta sensibilidad para Rousseff, que enfrenta un pedido de juicio político que podría terminar anticipadamente su mandato, previsto hasta 2018, y también para los que buscan combustible para ese proceso que está en ciernes en el Congreso.
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"Estamos en la calle porque no aguantamos más este gobierno. Señores diputados, señores senadores, exigimos el impeachment de Dilma", dijo Rodrigo Chequer, líder del grupo Vem pra Rua, uno de los organizadores de la manifestación, desde lo alto de un camión.
La capital económica e industrial de Brasil ha sido el corazón de las marchas contra el gobierno iniciadas en 2015, y es allí donde se mostraron líderes opositores como el senador Aecio Neves, derrotado por Rousseff en las elecciones.
"Vine porque estoy cansada de ver tanta corrupción y para reclamar por el desorden en que se convirtió este país. Basta de robo, basta", dijo Rosilene Feitosa, una pensionada de 61 años en São Paulo. "Yo voté por el PT (Partido de los Trabajadores, en el poder) pero nunca más".
Imágenes aéreas mostraban una marea compacta de gente vestida de amarillo y verde, los colores de la bandera nacional y de la emblemática camiseta de la selección de fútbol, en una escena que se repitió en la capital Brasilia —con una asistencia oficial de 100.000 personas— y en Río de Janeiro, sede de los próximos Juegos Olímpicos.
La Policía de Río no realizó estimaciones de las marchas, pero los organizadores calculan que entre 700.000 y un millón de personas marcharon sin incidentes junto a las playas de Copacabana. En San Pablo, la Secretaría de Seguridad dijo que fueron 1.400.000 personas.
Los números a nivel nacional consolidados por el portal G1, muestran que la asistencia informada por las organizaciones triplica a la de la Policía.
Otros grandes centros urbanos como Belo Horizonte, la sureña Curitiba, y tradicionales bastiones del PT, como el estado de Bahia o Pernambuco, en el noreste, también tuvieron importantes convocatorias.
Efervescencia política.
En medio de citas de "fin del ciclo" tras más de 13 años del PT en el poder, los manifestantes se quejaron por el derrumbe de la economía, que se contrajo 3,8% en 2015 y continuaría su declive este año, y por los escabrosos hallazgos de la investigación en Petrobras, donde fueron desviados multimillonarios fondos hacia partidos que integran la coalición de gobierno.
"Cayó Cristina, cambió el Congreso en Venezuela, perdió Evo, y ¿quién caerá ahora? Dilma", arengó desde un camión uno de los organizadores en San Pablo, en referencia al término del mandato de la presidenta Cristina Kirchner en Argentina, a las derrotas sufridas por el oficialismo socialista en las legislativas en Venezuela, y al mandatario boliviano Evo Morales en un referendo que le negó un potencial cuarto período presidencial.
Unas 300 personas se reunieron frente a la residencia del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, convertido ahora en uno de los blancos de los fiscales que investigan causas de corrupción y con pedido de prisión preventiva por supuesto ocultamiento de bienes.
En Río de Janeiro, una avioneta roja que sobrevoló las playas portando un cartel con la leyenda "No va a haber golpe" fue abucheada por la multitud.
Aécio: brasileños dicen basta a Dilma
El senador Aécio Neves, presidente del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), afirmó que las protestas que ayer se realizaron en el país prueban que la sociedad "se cansó y le dice basta" a la presidenta Dilma Rousseff.
"Estamos junto a todos los brasileños, que quieren y merecen algo mejor, para construir un nuevo camino para el país", declaró Neves en medio de una marea de gente que ayer tomó las calles de la ciudad de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.
Aclamado por la multitud, calculada en unas 30.000 personas por la Policía, Neves aseguró que la sociedad brasileña "se cansó y le dice basta" a Rousseff y al Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen la mandataria y su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva.
El PSDB, la principal fuerza de la oposición, ha apoyado en forma explícita las manifestaciones convocadas por grupos sociales.
VIDEO Y FOTOGALERÍAAFP, EFE
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