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Al menos siete bebés mueren al año por asfixia accidental

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Foto: Shutterstock

Un estudio pediátrico revela “sueño inseguro” de recién nacidos.

Al menos 121 bebés fallecieron entre 1999 y 2015 por una posible asfixia accidental generada en general por compartir la cama con sus padres o familiares, según un estudio divulgado por la revista Archivos de Pediatría del Uruguay. Esto da un promedio de al menos siete lactantes muertos por año.

La investigación, realizada por nueve médicos del Hospital Pereira Rossell, detectó la muerte de estos bebés de cero a 12 meses de edad.

Esta cifra se desprende del análisis de 591 casos de fallecidos en forma súbita e inesperada en Uruguay en este período analizado. Los investigadores tomaron cifras registradas entre 1998 a 2001 y entre 2007 y 2015. No hay registros entre 2002 y 2006.

"Los lactantes del primer trimestre deben dormir en su cuna, no deben hacerlo ni con los padres, ni hermanos, ni con los perros", señaló Carmen Gutiérrez, profesora de Anatomía Patológica y jefa del Laboratorio de Patología Pediátrica del Hospital Pereira Rossell.

Según la experta, este tema "atraviesa transversalmente" a todas las clases sociales.

En este sentido, Gutiérrez instó al Ministerio de Salud Pública a realizar una campaña de prevención y educación para la población con el objetivo de disminuir los riesgos de muerte de niños por esta causa.

Al mismo tiempo, el estudio señala que no se conoce con exactitud el porcentaje de familias con bebés recién nacidos que están a favor del colecho (cama familiar ) o de "otras modalidades de riesgo al dormir".

Uruguay está mucho más interesado en conocer estas causas desde la aprobación en 2009 de la ley 18.537, que creó el Programa Muerte Inesperada del Lactante, que tiene como uno de sus cometidos supervisar la realización de las autopsias y diagnósticos en relación a este tema.

La muerte súbita de un lactante significa que ese niño fallece de manera repentina, en aparente buen estado de salud.

Su muerte no tiene una explicación fidedigna hasta que se lleva a cabo una exhaustiva investigación que incluye: la realización de una autopsia completa, el examen de la escena de muerte y la revisión de su historia clínica.

Otras evidencias.

En 2015, médicos argentinos y uruguayos publicaron un documento en Archivos Argentinos de Pediatría, en el que confirman que es posible disminuir el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante haciendo que los bebés duerman boca arriba, evitando que duerman con los padres y que la madre consuma tabaco.

"El niño debe dormir en un ambiente próximo a su madre (cohabitación) sin compartir la cama con ella", señala el estudio en el que también participaron investigadores de la Facultad de Medicina de Uruguay.

"No hay ningún estudio publicado en la literatura médica que muestre que el colecho disminuye el riesgo de un niño de fallecer súbita e inesperadamente mientras duerme", agrega el estudio.

De hecho, agregan que el colecho quintuplica el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante. Esto se da incluso si los padres ni siquiera consumen alcohol, drogas ni tabaco.

Al mismo tiempo, las almohadas y colchas pueden aumentar el riesgo de muerte, sin importar la posición en la que duerma el bebé.

Según aclara ese texto, que divulgó el diario La Nación y cuenta con casi 200 referencias bibliográficas de varios hospitales del mundo preocupados por el tema, los controles prenatales, la lactancia materna y el uso del chupete son factores protectores para los bebés.

Lo que no se observó, manifiesta esta investigación, es un incremento del riesgo de muerte súbita cuando un niño es llevado por un período corto a la cama de su madre con el objetivo de amamantarlo o para incrementar el contacto piel a piel y luego ubicarlo en una cuna "segura", al lado de donde duerme la madre.

El estudio también da sugerencias sobre las características de la cuna: "Deben dormir sobre un colchón firme de igual tamaño que la cuna para evitar el riesgo de que la cabeza quede atrapada entre la cuna y el colchón". Y piden a los padres no colocar objetos blandos como colchoneras, almohadones o muñecos de peluche.

Problemas cardíacos e infecciones respiratorias, las otras causas.

Para llegar a estos resultados, los investigadores reunieron la historia clínica de los bebés fallecidos, las circunstancias de la muerte y también la investigación de la propia familia.

Entre las causas encontradas, el estudio menciona infecciones respiratorias, anomalía cardíaca, diarrea con deshidratación. Sobre todas estas causas es posible actuar desde la prevención, concluye el documento.

También se hallaron "muy pocos casos" de niños fallecidos por causas violentas. Según comentó uno de los autores de la investigación, los forenses encontraron en algunos casos fracturas en los bebés analizados

De todas formas, aclaran que aquellos casos donde se hallaron evidencias previas de violencia quedaron excluidos de esta investigación (tanto accidentes, quemaduras, electrocución o maltrato personal).

Según señalaron, el Programa Muerte Inesperada del Lactante no realiza un estudio profundo de esta causa específica y tampoco hace entrevistas a la familia.

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