Un diputado del Partido Nacional asegura tener en su poder facturas que probarían que Ancap se gastó la friolera de 360 mil dólares en organizar la fiesta de inauguración de la planta desulfurizadora de La Teja, allá por agosto de 2013.

¿Cómo no recordar aquella celebración, que tuvo a la mismísima Cristina Fernández de Kirchner entre nosotros, ocasión en que la mandataria, gran amiga del Uruguay, llegó al colmo de presentar aquella obra como una inversión del gobierno K, sin que nadie le enmendara la plana?

El legislador nacionalista denunciante afirma, asimismo, que la fanfarria habría sido respaldada en aquel entonces por una campaña publicitaria en la que la empresa estatal habría "invertido" otros 200 mil dólares. Aunque habría que hacer bien los números. De hecho, la semana pasada, dos años después de aquella inauguración, seguía saliendo en alguna emisora de FM una pieza de radio en la que se destacaba la importancia de tan magna obra. Siempre recordando, al final, que en Ancap hay "Uruguayos haciendo el futuro Uruguay".

¿Cuántas celebraciones millonarias como esta habrá realizado Ancap durante la primera década de gobierno frenteamplista? ¿Cuánto se habrá invertido en publicidad, en promociones, en cartelería, en auspicios? ¿Qué parte del déficit de cientos de millones de dólares que exhibe anualmente la principal empresa del país se explica en estos descontroles, que lograron que mientras la poderosa empresa perdía cantidades industriales de dinero, su presidente se transformara en una figura de proyección nacional al punto de terminar como compañero de fórmula del doctor Tabaré Vázquez en la pasada elección?

¿Por qué al Frente Amplio le ha costado tanto habilitar esta comisión investigadora? ¿A qué le teme tanto? ¿A que salga a luz el despilfarro de los dineros públicos? ¿A que se vea el desprecio con el que se manejan millones ajenos y se lleva a la empresa a una situación que sólo se puede paliar en parte subiendo una y otra vez el precio de los combustibles que pagamos todos?

¿A que se ventilen acuerdos internacionales realizados con los gobiernos de Venezuela y Ecuador, bajo las banderas de la Patria Grande?

¿A que finalmente salgan a luz contratos confidenciales? ¿A que expedientes "extraviados" reaparezcan porque alguien alguna vez dejó una copia en una caja fuerte del Palacio Legislativo?

¿A qué se le tiene tanto miedo? ¿A que se sepa cuántos gerentes hay en el organismo y cuánto gana cada uno? ¿A que alguien pregunte cómo es posible que Ancap pierda dinero en el mercado del Pórtland, siendo que fija el precio, mientras la empresa privada que opera en el sector reporta cada año ganancias varias veces millonarias en dólares?

¿A que se vuelva a hablar de los cheques de Pluna?

¿A que se conozcan de una vez los números de ALUR?

Y la oposición, ¿va a querer llegar hasta el fondo?

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La Columna de Pepe preguntón