En este día tan especial rescatamos viejas recetas que reflejan la historia de cada uno de nuestros hogares y aún hoy muchas integran la vida cotidiana.

Desde los platos comunes del diario vivir hasta los más elaborados de celebraciones familiares, todos están íntimamente ligados con nuestra historia. Las recetas de antaño guardan relatos de migración, lucha y de cultura de la mayoría de las familias. Esa cocina nuestra del ayer con mucha influencia europea, estaba impregnada de frascos que aromaban a muchos condimentos como orégano, tomillo, nuez moscada, clavo de olor y otros más. También había potes donde el escabeche, las aceitunas, las conservas aguardaban el punto de sazón y grandes ollas donde se doraban carnes y verduras.

Probablemente quienes nacieron en el campo sepan mejor de qué se trata cuando hablamos acerca de amasar el propio pan, preparar el dulce, jalea o mermelada casera con diferentes frutas de la huerta. O cuando nos referimos a cocinar el guiso, dejar hervir el puchero horas en la cocina de leña, tener el queso fresco hecho en casa, preparar el arroz con leche o amasar las tan ansiadas tortas fritas.

Los tiempos han cambiado y la mujer de hoy ha sabido conciliar las hornallas con otros recursos que simplifican nuestra vida diaria. Son momentos de fast food, chefs, restaurantes, establecimientos con delivery, foodtrucks, mealsurfing (comer en casas de particulares), aplicaciones y en otras partes del planeta los drones están revolucionando nuestro entorno. Ante este avance sería bueno volver a reencontrarnos, aunque sea de vez en cuando, con los viejos y queridos platos e ingredientes de nuestra cocina tradicional. Es en este día que recordamos el Día de la Madre por lo cual reivindicamos ese legado enorme que nos han dejado nuestras madres y abuelas y hoy les dedicamos nuestro tiempo para recordar y mantener vivas esas tradiciones con sus sabias recomendaciones.

Es importante cocinar con los productos de nuestra tierra. En muchas ocasiones valoramos más lo ajeno que lo de casa, sólo nos damos cuenta de lo que vale una cosa cuando nos falta. Tratemos de rescatar cosas olvidadas, o que creíamos perdidas.

Cocinemos con mimo y cariño, recordemos los platos que preparaban nuestras abuelas cuando éramos niños. El amor que ponían en sus platos nos hicieron mejor que las vitaminas que contenían los alimentos.

Es bueno educar a los más jóvenes en el aprecio y la estima por la cocina bien hecha y por las recetas de nuestro acervo cultural, su sensibilidad y estómago nos lo agradecerán.

La comida no sólo nos atrae por el gusto sino por el olfato y la vista. Cocinar puede ser una obligación o una diversión gratificante.

De vez en cuando podemos cocinar algunos platos sin mirar el reloj. Los modos tradicionales de cocinar suelen distendernos y muchas veces nos sentimos bien haciendo felices a quienes nos rodean.

1 taza de yogur natural, 6 huevos, l lata de leche condensada, 1/2 taza de leche, azúcar para preparar caramelo (1/2 taza aprox.).

Mezclar el yogur con la leche condensada, la leche y los huevos batidos. Acaramelar un molde de pan con el azúcar indicado y verter allí la mezcla anterior. Llevar al horno en baño María durante 30 a 40 minutos. Desmoldar una vez frío. Servir frío.

1 k. pulpa tierna, 1 cebolla, 1 diente de ajo, 2 zanahorias, 2 ramas de apio, 1 morrón rojo, 1 ají verde, 1/4 T. aceite, 1/2 T. vino blanco, 3 T. caldo de carne, sal y pimienta, 1/2 T. crema de leche, 1/4 T. perejil picado.

Cortar la carne en cubos. Rehogar en aceite la cebolla en rodajas finas y el ajo picado. Agregar la carne y dorar. Salpimentar. Agregar luego vino, caldo y cocinar unos minutos. Incorporar las zanahorias cortadas en bastoncitos, el apio en rodajitas, el morrón rojo y verde en tiritas. Tapar la olla y cocinar 20 minutos aprox. (o hasta que las verduras estén tiernas pero firmes). Incorporar luego la crema de leche y perejil, salpimentar y dejar en el fuego 2 minutos. Servir con arroz blanco.

Archívese. Si se desea, sustituir la crema por leche, le damos cuerpo con una cucharada de fécula de maíz, previamente diluida en agua, caldo o leche.

1 kilo de papas, sal, pimienta y nuez moscada, 2 yemas, 2 cucharadas de cebolla rallada, 1/2 taza de queso rallado, 100 gramos de jamón, 8 huevos duros, pan rallado, 2 huevos, aceite para freír.

Cocinar las papas y preparar con ellas un puré. Agregarle la cebolla rallada, sal, pimienta, nuez moscada, las yemas, queso rallado y el jamón bien picado o procesado. Mezclar bien y envolver con esta preparación cada huevo duro. Pasarlos por pan rallado, los huevos batidos y nuevamente pan rallado. Freírlos en aceite caliente y escurrir en papel absorbente. Servirlos acompañados de ensalada.

El sándwich Garden de The Factory Salad & Juice, en plena Ciudad Vieja, es uno de los más pedidos. Y la promoción con un jugo tropical (414 ml) por $ 215, resulta irresistible. Dirección: Buenos Aires 572. Teléfono: 2917 1673.

Milanesas con puré de papa, crepes de jamón y queso, pescado a la crema de roquefort o terrina de zapallo y brócoli. Cualquiera de esos puede ser el plato del día ($ 200) en Buena Costumbre MVD. Dirección: Yaro 1030.

La Papoñita, un emblema de la ciudad, ofrece unas entradas para dejar conforme a todos: mayonesa de ave ($ 285), tomates rellenos con atún ($ 235), lengua a la vinagreta ($ 290) o jamón cocido ($ 170). Dirección: 18 de Julio 1649

En El Subte, clásico de los clásicos frente a la Intendencia de Montevideo, la pizza, el fainá y la muzzarella siempre tienen alguna promoción. Estos días, está el 3x2 a $120, $128 y $ 348 pesos respectivamente. Dirección: Ejido 1327.

La comida japonesa no es famosa por sus postres. Por eso, en Temaki la carta dulce tiene una impronta internacional que va desde la delicia de dulce de leche ($165) hasta el cheescake neoyorkino ($ 175). Dirección: 21 de setiembre 2951.

COCINA | por la profesora cristina scheck