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"Uno juega como se entrena"

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Jorge Eines. Foto: Alejandra Pintos
Archivo El Pais

Sus libros se ven cada vez con más frecuencia en las librerías montevideanas, y ahora él empezó a tender lazos con Uruguay: días pasados dictó una clase magistral y presentó su último libro, “Las 25 ventanas”.

Director de teatro y maestro de actores, hombre de teatro y a la vez académico, Jorge Eines parece tener respuesta para todo. Entrevistado por El País, el teórico y artista habló sobre sus libros y sobre los métodos para el actor, sobre sus lectores, sus alumnos, y los métodos que están lejos de su pedagogía.

—Usted es porteño y se radicó en Madrid en 1976, o sea que conoce bien ambas escenas. ¿Como las compararía?

—En Buenos Aires se estrenan dos mil espectáculos al año, eso hace que la calidad surja en una cantidad de cosas, con niveles muy alto de riesgo, que dan momentos de mucha calidad. En España hay mucha menos cantidad, hay menos riesgo, y mucha más preocupación por la rentabilidad. Una preocupación por ganarse un dinerito y poder vivir de eso, que por el nivel de experimentación que hay en Buenos Aires. Eso hace que en Buenos Aires haya gente que vaya al teatro con la camiseta puesta: vas a ver a Peñarol, gane o pierda.

—¿Esa estructura española es hija del franquismo todavía?

—Totalmente. El franquismo hizo mucho daño en la cabeza de la gente, y también en los hijos de los que vivieron en franquismo. Recién ahora, y luego de 40 años de democracia, se están superando los 40 años de franquismo. A partir de ahora podemos empezar a ver un teatro que supere los instintos tan perniciosos que instaló el franquismo. Están empezando a pasar algunas cosas, que también tienen que ver con la crisis, que ha ayudado mucho a que el actor diga a lo mejor mi problema está en otro lado.

—¿Quiénes compran sus libros y qué cantidades vende?

—Yo tengo un libro, que como dice Gedisa Editorial, es la joya de la corona, que es Hacer actuar. Stanislavski contra Strasberg, que me dicen que es el libro escrito en español sobre teoría de la técnica más vendido en toda la historia. Lleva seis ediciones y se vende en toda Latinoamérica muchísimo. Es un libro que en general a todo actor alguna vez alguien le dijo que le convendría leer.

—Usted es un detractor de la técnica de la memoria emotiva...

—Basura, basura. Te lo garantizo. La memoria emotiva es el recurso metodológico que lograron establecer como modelo, y que tiene que ver con el paradigma del Actors Studio, basándose en que la industria del cine americano necesitaba un baluarte. ¿Cómo una industria de ese nivel de inversión no iba a tener un paradigma para el actor? Y ese paradigma teórico se basa en traer el trabajo hecho de casa, porque aparte de todo, cuesta menos dinero y demanda ensayar menos. Además, trabajando con la memoria de eso que alguna vez viviste, nos vamos a evitar algunos problemas de desencuentros, con esa actriz que no te gusta, con ese actor con el que no quieres tener nada que ver. Marlon Brando dijo que Lee Strasberg es el estafador más grande en la historia de la formación del actor. Solo quería ser un dios y ganar dinero. Son declaraciones de Brando.

—¿Qué destacaría de Las 25 ventanas, el libro que vino a presentar al Teatro Solís?

—Son las 25 preguntas fundamentales para que un actor y un director se encuentren en el ensayo, no en el día del estreno. Buscando que el actor y el director entiendan juntos que lo fundamental es ensayar. Eso, si se hace bien, nos envía directamente al día del estreno. No al revés. Uno juega como se entrena. Aprende a ensayar que aprenderás a estrenar.

—Usted es autor de siete libros sobre técnica actoral. ¿Cómo los ve en perspectiva?

—En los tres primeros (Didáctica de la dramatización, La formación del actor y Alegato a favor del actor tienen que ver con un camino en el que voy intentando ver dónde ir, dónde puedo ir. Ya luego de El actor pide empecé a plantear mis distancias con la técnica americana, a favor de lo televisivo, a favor del cine, ha hecho con el actor de nuestro tiempo. Hay una técnica para que el actor sea un creador, y no es dogmática.

—¿Piensa venir a trabajar como director a Montevideo?

—Recién ahora abrí esta puerta aquí. Me acaba de decir Franklin Rodríguez si vendría a dirigir, y yo creo que primero tendría que conocer a los actores a los cuales dirigiría. No lo haría por acumular una puesta en escena más: llevo 40. ¿Para qué quiero una puesta en escena más?

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Jorge Eines. Foto: Alejandra Pintos

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