EL PÁIS DE MADRID

Insultos, comentarios ofensivos o incluso publicidad engañosa: mensajes que buscan provocar la reacción del autor del blog o de los otros comentaristas. Son los llamados troll, y buscan desde divertirse hasta molestar al blogger, o desviar la discusión que se está manteniendo.

El mundo blog, el universo que ha permitido a millones de personas compartir opiniones o explicar sus vivencias personales, muestra su lado vulnerable. Los casos de juicios por injurias, acoso, problemas empresariales empiezan a proliferar, y la impunidad a resquebrajarse.

Dos sentencias en Reino Unido acaban de reabrir la polémica sobre la responsabilidad de los comentarios anónimos que se vierten en las web. El presidente y los directivos del club de fútbol inglés Sheffield Wednesday han ganado una demanda que obliga a los propietarios de una web a identificar a los autores de comentarios ofensivos contra ellos.

El juez condena al dueño de la web aowstalk.co.uk a desenmascarar la identidad de tres fans del equipo que bajo apodos como halfpint (media pinta) habían mostrado su insatisfacción por la marcha del club, acusando a los directivos de "avaricia, egoísmo, desconfianza y deshonestidad", según el diario británico The Guardian.

En España, las denuncias se dirigen hacia las páginas web o los bloggers, en lugar de hacia los participantes en los foros. Así ocurre en los tres casos abiertos en los tribunales por denuncias sobre opiniones colgadas en la web. El más reciente es la sentencia de un juzgado de Madrid que condenó a pagar 6.000 euros a un presunto responsable de la web Alasbarricadas.org por los comentarios anónimos vertidos contra el cantante José Ramón Julio Márquez.

Alasbaricadas.org ha recaudado ya 5.700 euros de donaciones de internautas para el pago de la multa, y aunque la sentencia ha sido recurrida en España, todos los implicados coinciden en que la inseguridad jurídica en estos casos es absoluta.

Los jueces están aplicando la legislación penal de intromisión al honor o de propiedad intelectual, mientras que los representantes de las páginas web demandadas exigen que se aplique la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, que señala que los propietarios de las páginas web no son responsables de los comentarios que se vierten en ellas salvo que, cuando tengan conocimiento de que esas opiniones son ilícitas, no los retiren rápidamente. La directiva deja claro que los responsables de las web no están obligados a supervisar los contenidos.

OTRO CASO. También está recurrido ante el Tribunal Supremo el fallo de la Audiencia Provincial de Madrid que condenó a la Asociación de Internautas a pagar 36.000 euros a la Sociedad General de Autores y Editores por alojar la web putaSGAE.org, al decir que la página constituía una intromisión ilegítima en el derecho al honor.

El tercer caso, atañe un foro alojado en la web bandaancha.st. En él se colgaron comentarios sobre el servicio que prestaba la operadora Comunitel, y la compañía los denunció por entender que se trataba de información confidencial. Los responsables de la web denunciada se negaron a retirar esas opiniones. "José Antonio, cabrón, cuando tenga coche te voy a matar", esta frase colgada por "ataulfo webos largos" en el blog de Iván Fresneda le costó a este chico de 18 años un disgusto y una multa de 200 euros.

Antonio, profesor de filosofía de Iván le denunció por injurias, pero Iván ha ganado la audiencia, porque se probó que él no había sido el autor de tales frases. Además, él mismo facilitó al juez el número que identificaba la dirección de Internet donde se vertió la frase. "Mi juicio fue un caos. Se le tuvo que indicar al juez qué era un blog y cómo usarlo", dijo.

Eso sí, Iván tiene que pagar otros 200 euros porque en su blog criticó métodos educativos de su profesor.

En el mundo de los bloggeros existe una regla básica: nunca contestes a un troll o a alguien que deje frases malignas, ya que eso puede traer consecuencias. Por lo menos en España, se puede pagar caro.

Desde el Departamento de Delitos Informáticos de Jefatura, el subcomisario Gabriel Lima explica que en lo vinculado a blogs, la tarea policial se remite a indicar a las personas cómo se debe reportar el material indebido o agraviante para que sea removido de la página. "No existe legislación y tampoco tomamos denuncias porque no hay cómo llegar a los autores. Tanto las difamaciones como las injurias no se denuncian, se va directo al juzgado".

Esos contenidos que luego se denuncian son casi siempre difamaciones, dice el subcomisario. Generalmente se cuelgan fotografías de personas con frases indebidas, lo que hace que no sea un tema netamente de investigación. "Le indicamos al involucrado cómo debe reportar el hecho a la empresa proveedora del servicio".

Las páginas web tienen un link para reportar el material inapropiado. Lima explica que en esos casos el Departamento de Delitos Informáticos les indica cómo se debe reportar para que se cierre el blog. "Las sanciones no son penales, sino medidas de protección de la empresa que ofrece el servicio".