La prudencia ganó a la oposición ayer, cuando a partir del episodio y posterior comunicado de la cancillería argentina, dos de sus principales referentes optaron por el silencio para evitar complicar la situación institucional del país.

"Por razones de responsabilidad y para no fragilizar más al país no voy a hacer comentarios", indicó a El País el líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga. En un sentido similar, el senador Pedro Bordaberry, conductor de Vamos Uruguay, afirmó a El País que "creo que hay momentos en los cuales más vale callar y no comentar; hay cosas que se comentan solas".

Aun bajo sorpresa, otros representantes de la oposición consideraron ayer que este episodio puede afectar seriamente las relaciones con Argentina y que Mujica deberá pedir disculpas a la presidenta Fernández.

"Este presidente en vez de mejorar las cosas (con Argentina) las empeora. Sorprende la forma de hablar. No corresponde a la investidura de un presidente", comentó el diputado de Alianza Nacional, Pablo Iturralde.

"Es un estilo chabacano y mediocre. Este es el presidente del Uruguay, que se vende como un tipo fantástico hacia afuera y muestra su chabacanería hacia adentro. No corresponde hablar de un expresidente de esa manera", añadió. Iturralde preguntó si Mujica "ahora va a ir en ancas de Dilma" (Rousseff) a las reuniones internacionales.

Para el presidente del Partido Independiente, Pablo Mieres, Mujica "ahora muestra una incontinencia verbal que puede crear un problema institucional".

A su vez, el senador de Dignidad Nacional, Sergio Abreu, comentó en Twitter: "Sr. Presidente: que frase discriminatoria e impropia de su investidura. Tengo vergüenza ajena!!"