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Entre Los Angeles y Nueva York

| Evolución. El actor deja atrás las superproducciones y busca el teatro y cine independiente

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Hace diez años Jake Gyllenhaal hizo un trato consigo mismo: por cada tres películas que hiciera, actuaría al menos en una obra de teatro. Fue un trato que no cumplió. Tenía veintiún años por ese entonces.

Estaba en un punto álgido de su debut en el escenario en Londres como un vago sensible en la obra This is our youth, esa clase de personajes abatidos que lo convirtieron en uno de los preferidos del cine independiente. Películas como Donnie Darko y Lovely & Amazing lo mostraron así. Pero salir para hacer teatro no es parte del camino rápido de Hollywood para jóvenes actores que se están probando con la taquilla. Así que Gyllenhaal se probó para trabajar en El Hombre Araña, Batman y otros roles que podrían transformarlo en un héroe de acción o en una estrella con convocatoria.

¿Qué ocurrió? La película El día después de mañana, tan apaleada por la crítica, sucedió. La muy burlada El príncipe de Persia también sucedió. Pero sucedieron películas aclamadas, como Secreto en la montaña y Zodíaco. Pero Gyllenhaal estaba inquieto.

"Realmente no me estaba escuchando a mí mismo en cuanto a qué quería hacer", dijo en una reciente entrevista, hablando sobre la década que pasó. "Tuve que descubrir qué clase de actor quería ser y tenía que sentirme confiado al ir tras esa meta".

Ahora ha llegado a algunas conclusiones y se hicieron evidentes en una lectura para su primera aparición en una obra de teatro en Nueva York llamada If there is I haven´t found it yet (Si está ahí, aún no lo he encontrado). Se trata de una comedia negra sobre un adolescente británico con sobrepeso y su familia disfuncional. Esta propuesta es un montaje off-Broadway basada en un libreto de un escritor poco conocido, en lugar de algún premiado libretista de Broadway, que sería el tipo de elecciones que harían los actores de Hollywood por estos días.

Encorvado sobre su libreto y entre sus compañeros de reparto, Gyllenhaal hizo varias preguntas sobre una escena en la que su personaje (el tío Terry, encantador y de corazón roto) revela varios de sus problemas.

"¿Cuándo fue la última vez que hablé con Rachel?", preguntó en alusión a la exnovia de su personaje. "¿La vi antes o después del funeral? Debo haber hecho algo que la hizo decir `Estoy cansada de este tipo`. ¿Qué fue?".

Estas preguntas y las muchas más que siguieron son del tipo de las que los actores con formación clásica formulan mientras testean las capas de sus personajes y descubren sus intenciones, tonos y sombras emocionales. Gyllenhaal estudió dos años en la Universidad de Columbia antes de dejarlo para convertirse en estrella de cine. Algunos de los directores en sus más tempranas películas, como Ang Lee en Secreto en la montaña, lo han descrito como un actor de estilo libre más que uno metódico.

Gyllenhaal, quien fue nominado al Oscar como actor secundario, dijo que todavía se deleita al experimentar con su aproximación a sus personajes entre escena y escena y función y función. Pero el rigor actoral es cada vez más su meta y, tal vez, el respeto que viene con él. "Al comienzo de tu carrera es difícil saber todo por ti mismo y hacer preguntas no es siempre algo bienvenido en Hollywood, un lugar donde todos parecen saber lo que están haciendo", dijo durante una entrevista en un restaurante japonés de Nueva York.

EL CAMBIO. "Cuando llegué a cumplir treinta me pregunté si yo respetaba la actuación como un oficio", continuó mientras se acariciaba el pelo con sus dedos para acomodarse luego de sacarse su gorra de los Yankees. "Me pregunté si estaba haciendo los proyectos correctos que merecían mi atención. Así que ahora es como que miro la actuación como si se tratara de construir delicadas jaulas de cricket, con más cuidado y dedicación".

Un año y medio atrás Gyllenhaal dejó a su histórico representante y firmó con una nueva agencia para poder dedicar más tiempo a la elección y preparación de proyectos. Recientemente interpretó a un profesor de historia en la inminente película An enemy, para la que recurrió a sus viejos profesores de Columbia como asesores sobre cómo dar clases. Dedicó cinco meses a observar y entrenar con la Policía de Los Angeles para su nueva película, End of watch, en la que interpreta a un policía que conoce la calle y trabaja en la conflictiva zona centro-sur de Los Angeles.

Gyllenhaal salió con patrullas y fue testigo de tiroteos entre pandillas, se sumergió en el mundo de las armas y las artes marciales. También hizo su aporte en la búsqueda de actores y estuvo siempre presente en el rodaje en escenas en las que no tenía que participar. Su compromiso con End of watch fue tan completo que uno de sus productores resolvió convertirlo en productor ejecutivo (su familia está en el mundo del cine: su padre es director, su madre es guionista y su hermana es actriz).

El actor insistió mucho hasta conseguir el papel que hace en teatro ahora, algo extraño para una celebridad pero no tanto para un actor que quiere reorientar su carrera. "Quería volver a casa al final del día y sentir que estrujé mi corazón con la actuación para sentirme completo. En este punto no deseo hacer nada más que proyectos que me hagan sentir así".

Dos puntos distintos en una carrera intensa

SECRETO DE LA MONTAÑA

El papel que catapultó su carrera

Dirigido por el prestigioso Ang Lee, Gyllenhaal coprotagonizó este film con Heath Ledger. La película ganó un Oscar y le dio prestigio al interpretar un drama sobre homosexualidad.

END OF WATCH

Su más reciente película

Estrenada este viernes en Estados Unidos, esta película es el regreso del actor al cine de bajo presupuesto e independiente. Hace de un policía acosado por un grupo de narcotraficantes.

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