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Chopin, Liszt y Albéniz en un recital del pianista Pablo Galdo

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CONCIERTO A BENEFICIO

Ficha

Nombre: Concierto de piano a beneficio del Hogar Español. Programa: Valses Op.69 N°1 y 2, Vals en La Menor y Mazurcas Op. 24 N°1 y 2 de Chopin, Rapsodia Húngara N°5 y Funerales de Liszt y Suite Española de Albéniz.

La solidaridad de la colectividad española se hizo una vez más presente en apoyo al Hogar Español de ancianos trayéndonos a través de la intermediación del Sr. Manuel Barros, jefe de la delegación de la Xunta de Galicia en Montevideo, al destacado pianista Pablo Galdo. Se inició el concierto con tres valses de Chopin. El primero conocido comúnmente como el Vals del Adiós compuesto en Dresden en 1835 y dedicado a quien fuera novia del compositor Marie Wodzinska. Es una página íntimamente triste que simboliza la ruptura de esta relación sentimental, si bien en la parte central el tiempo de mazurca parece recordar los momentos felices de esta pareja. El segundo vals llamado Vals melancólico escrito en 1829 hace contrastar la melancolía de los primeros motivos en si menor que ondulan constantemente, con la energía del tema central en si mayor. El vals en la menor no integraba la colección de los quince valses más conocidos. En estos últimos tiempos, gracias a la aparición de facsímiles inéditos, se han incorporado cuatro valses nuevos, entre ellos este. Con dos breves mazurcas finalizó esta efímera evocación de Chopin que sirvió de precalentamiento para el intérprete. En ellas mostró un gran dominio técnico sin compenetrarse demasiado con el espíritu de las obras .

Nos sorprendió sobremanera el cambio en el programa, donde aparecía anunciado el nocturno Las campanas de Ginebra que forma parte de Años de peregrinación por la hermosa Rapsodia Húngara Nº5. Esta obra, dado su carácter heroico y elegíaco, fue la elección más apropiada para acompañar los Funerales de las Armonías poéticas y religiosas de Liszt. La rapsodia presenta un motivo de marcha fúnebre que intercala con dos tríos, evidenciándose en ella un carácter orquestal.

Los Funerales fueron escritos en memoria de tres amigos del compositor muertos durante los disturbios de Hungría en octubre de 1849. Curiosamente el 17 de octubre fallecía en París el gran amigo de Liszt, Federico Chopin.

Galdo aquí evidenció no solamente el virtuosismo requerido para estas obras sino una expresividad que hasta este momento no había aflorado. Indudablemente todos los músicos tienen una predilección por un autor más que por otros. Creemos firmemente que Liszt está hecho a la medida de Galdo. Por momentos el viejo piano coreano marca "Samick" del SODRE, a pesar de sus múltiples problemas, lució como si fuera una orquesta plena, lo cual resultó un verdadero milagro.

VIDA Y PIANO. El espíritu aventurero de Isaac Albéniz lo acompañó desde su más tierna infancia. Esto lo llevó a embarcarse con tan sólo doce años como polizón en el vapor "España" , llegando en primera instancia a Buenos Aires y posteriormente a Montevideo. Como forma de subsistir tocaba en los barcos que llegaban a nuestro puerto. Cuando finalmente su padre lo rescató de sus andanzas rioplatenses, visitó innumerables lugares de América y España, cuyo recuerdo se condensará en su Suite Española.

A través de los manos de Galdo pudimos recorrer desde la evocadora serenata a Granada pasando por la curranda Cataluña a la hermosa Sevilla. Siguió una nueva serenata ahora Cadiz para pasearnos por la isla de Cuba (en aquella época todavía formaba parte de España) y llevándonos nuevamente a España a través de la seguidillas de Castilla no dejando de lado a Aragón y finalizando con Asturias.

Tanto la interpretación de Granada como Cadiz las encontramos excedidas en velocidad, pues, como el compositor lo especificó en la partitura, son serenatas. Por otra parte en las piezas restantes Galdo no solamente hizo alarde de su brillante técnica sino que dejó su sensibilidad al servicio de la imaginación del auditorio, que así fue llevado a un viaje sonoro de lo más pintoresco. En el preludio Asturias, en el cual el autor traslada Andalucía al norte de España, el pianista español supo demostrar su refinamiento en el enfoque de una obra tan transitada no solo por los pianistas sino también por los guitarristas.

Sería interesante que este pianista pudiera estar en la programación del año próximo de nuestras dos orquestas tocando Noche en los jardines de España de Manuel de Falla,ya que en esta ocasión el público , seguramente debido a la semana de turismo, no pudo asistir de forma masiva.

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