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La Justicia dejó libre al comerciante que mató a un rapiñero de 18 años y dispuso la clausura del caso. El delincuente murió en la madrugada del sábado por un disparo en el pecho.

Como diera cuenta El País en su edición de ayer, Santiago Benítez, un joven con antecedentes penales, ingresó armado a rapiñar una granja en General Flores e Iberia (Piedras Blancas) en compañía de un cómplice, en momentos en que un empleado estaba cerrando. Le exigieron la entrega del dinero pero el trabajador, que estaba armado, se resistió y se inició en el lugar un intercambio de disparos.

El rapiñero recibió un tiro en el pecho y el empleado fue baleado en una mano. El otro delincuente huyó del lugar.

Al cabo de una audiencia, el magistrado resolvió la libertad de una pareja que había quedado detenida y del empleado, disponiendo además la clausura del expediente. El empleado, de 56 años, declaró en la sede judicial ante el juez de 4° Turno, Eduardo Pereyra, quien decidió que el caso se enmarcó en la legítima defensa.

POLICLÍNICA. En la Policlínica de Capitán Tula, donde fue trasladado el joven fallecido, la Policía detuvo a dos personas que fueron a verlo cuando estaba internado. Se trata de un hombre de 23 años y una mujer de 21, que luego quedaron en libertad. En esa misma policlínica (foto) murió hace poco más de una semana un panadero que también fue rapiñado en Piedras Blancas.

Julián Rosso (61) tomó un cuchillo y salió a hacerle frente a tres rapiñeros. Se trabó en lucha con uno de ellos, al que hirió durante la refriega. Pero uno de los otros dos delincuentes, menores de edad según relataron vecinos del barrio a El País, abrió fuego contra Rosso. Los delincuentes huyeron, pero el que resultó herido no pudo hacerlo y poco después fue trasladado al Hospital Maciel.

Rosso fue llevado a la policlínica, donde murió.

Vecinos de la zona afirmaron que los delitos cometidos por menores son "una cuestión de todos los días" en el barrio.