Publicidad

La hora de bajar la cortina

| Confesiones. Mike Mills, bajista y cofundador del grupo, habla sobre el sorpresivo final

Compartir esta noticia
 20120101 390x600

THE NEW YORK TIMES | GARY GRAFF

"¡No puedo creerlo!" Ese es el sentimiento unánime para una legión de admiradores de R.E.M. que esperan que de alguna manera el anuncio de septiembre de que la banda se separaba, sea un error. Desean que sean un error de escritura, un problema de comunicación o incluso una broma.

"Pues no es así", dice ahora el bajista Mike Mills, en una charla telefónica desde Nueva York. "Y felizmente no lo es". Le decisión termina una de las carreras más aclamadas del rock estadounidense. Considerada como vanguardia para el movimiento del rock alternativo desde que editó su primer simple, Radio Free Europe, en 1981, la banda ha pasado con suavidad desde el underground a las grandes ligas, con ochenta y cinco millones de discos vendidos en todo el mundo y con muchos éxitos en los número uno, como The one I love (1987), Stand (1988), Losing my religion (1991) y Shiny happy people (1991).

Su influencia fue profunda. Miembros de bandas como Nirvana, Pearl Jam, Pavement y Smashing Pumpkins han dicho una y otra vez cómo los admiran. Emily Saliers de las Indigo Girls dijo que fueron realmente la clase de banda que cambia la cara del rock. Keith Strickland, de los B-52´s, aplaudió la forma en que cerraron su carrera y elogió todo su trabajo: "Siempre admiré a los R.E.M. y su integridad como banda tanto como su música. Estoy seguro de que fue una difícil decisión".

En realidad, no lo fue, dice Mills.

"En 2008 estábamos de gira y nos decíamos entre nosotros que un par de años más adelante íbamos a tener que tomar varias decisiones sobre lo que querríamos hacer. Y extrañamente todos, pero de forma independiente, tuvimos la idea de terminar la banda en el punto en que estábamos bien".

"Solamente hicimos un disco muy bueno y otro grande, creo", continúa al hacer alusión a Accelerate (2008) y Collapse into now (2011). "Así que nos vamos puramente en nuestros términos y por nuestra propia voluntad. No hay fuerzas exteriores en juego. No hay negatividad ni abogados. Solo es una oportunidad para todos de hacer algo que la mayoría de la gente no puede hacer, que es tomar caminos separados según sus propios términos".

Para los fanáticos que estaban alerta, agrega, Collapse into now adelantó algunas pistas sobre cómo se sentía él, el cantante Michael Stipe y el guitarrista Peter Buck.

"En algunas de las letras podés escuchar cómo nos dirigíamos hacia esa dirección. Y mirá la portada. Es la primera vez que los tres estuvimos en una tapa de uno de nuestros discos, y además Michael está como despidiéndose con la mano".

R.E.M. puede haber disfrutado de un lapso victorioso a través de una gira de despedida, pero el bajista dice que prefirieron dejar las cosas tal como estaban.

"Honestamente, la de 2008 fue una gran gira", dice. "Tocamos, creo, tan bien como siempre lo hicimos, pero fue agotador. Y para ser franco nadie estaba dispuesto a otra más porque para R.E.M. salir de gira no es solo una cuestión de un mes o de seis semanas. Para que el proyecto se autosustente tenemos que salir por un tiempo bastante largo y ninguno de nosotros estaba preparado para hacerlo. Y si no puedes dar el cien por ciento en el camino no hay motivo para estar afuera".

De modo que el final vino a través de Internet, con discreción y sin segundos pensamientos, aunque el grupo editó una colección llamada Part Lies, Part Heart, Part Truth, Part Garbage, que incluye tres canciones nuevas que cierran la puerta en la historia del grupo. "Estábamos en tres sitios distintos en la noche del anuncio. Yo estaba en Georgia, Michael en Nueva York y Peter en Méjico. Cada uno estaba con los suyos y yo nos podía imaginar a todos levantando una copa para brindar a la distancia, incluso aunque no hablamos sobre eso".

el repaso. R.E.M. comenzó cuando Stipe y Buck, estudiantes de la Universidad de Georgia, se conocieron en la tienda de discos donde trabajaba el segundo. Los dos encontraron que tenían gustos similares para el punk. Reclutaron a Mills y al baterista Bill Berry, quienes habían tocado juntos en la secundaria y comenzaron a ensayar en una iglesia abandonada donde Buck y Stipe vivieron. Cuando tocaron por primera vez, en un cumpleaños el cinco de abril de 1980, ni siquiera tenían nombre.

Con Jefferson Holt, exempleado de una disquería, quien se convirtió, como su manager, en una figura clave para el desarrollo, el grupo se armó una gira por el sudeste de su país antes de que Radio Free Europe pegara en todo el territorio. Más aplausos vinieron luego para el disco Murmur, de 1983, grabado dos veces con diferentes productores. La revista Rolling Stone lo eligió como disco del año mientras que la banda se proyectaba como algo que sería muy grande.

Mills apunta rápido que la banda nunca se vio a sí misma como el nuevo heraldo para la música de la siguiente década.

"Sí, nos sentíamos parte de una vanguardia. Pero no éramos los únicos. Había muchas bandas grandes en el país en ese entonces. Estaban DBs, Black Flag and the Replacements y los Long Ryders... No quiere decir que sonáramos parecido pero toda la América del `hágalo usted mismo` era parte de lo mismo. Lo que pasó es que con suerte y perseverancia sobrevivimos más que nuestros contemporáneos".

La banda continuó durante los siguientes años con discos como Automatic for the People, Monster y New Adventures in Hi-Fi, entre 1992 y 1996. "Como que esos fueron nuestros años y mientras nos iba muy bien, todo era percibido como grandioso solo por la naturaleza de los tiempos en los que estábamos. Después de eso sacamos discos que eran grandes pero, por el espíritu del momento o lo que sea, no fueron percibidos igual".

No hay arrepentimientos y nadie mira atrás.

"Intentamos que quede claro que es un cierre definitivo", comenta el bajista. "Creo que estamos disfrutando el final de todo esto. No tengo dudas de que pueda haber uno o tal vez dos buenos discos entre nosotros, pero nunca sabes qué podría pasar. Y sentimos que conseguimos todo lo que teníamos que conseguir. Escribimos muchas canciones grandes y con eso me puedo ir", concluye. "Para una banda, durar tanto y continuar en un nivel tan alto de trabajo es como asombroso, en cierto sentido. Y tener esta oportunidad de irnos a nuestra manera es un regalo del que queríamos aprovecharnos".

Un quiebre pasado y el futuro

En cierto punto de la carrera de la banda comenzaron a aparecer algunas grietas en su barco. Jefferson Holt, su manager desde el comienzo, fue despedido en 1996 por motivos que aún se desconocen. Además, durante la gira del disco Monster Berry sufrió un aneurisma casi fatal. Mientras se recuperaba y terminaba la gira, resolvió dejar la banda un año más tarde. Con la bendición de Berry, R.E.M. resolvió continuar como un trío usando un músico invitado cuando era necesario, pero esto cambió la química indefectiblemente. "Nunca volvió a ser lo mismo", ha dicho Buck. "Eramos todos muy cercanos y había mucha cohesión… después de eso fue una banda distinta". Y ahora tienen que acostumbrarse directamente a no estar más en una banda. Stipe, quien dijo a la Rolling Stone que la perspectiva de hacer un disco solista es "insondable", planea continuar con su trabajo en películas, fotografía y escultura. Mientras, Buck, quien recientemente estuvo de gira con el cantautor John Wesley Harding, seguirá haciendo música. Mills quiere concentrarse más en la composición y "seguir haciendo buena música con gente que respeto".

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad