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Iglesia Católica: "choca la prontitud parlamentaria" por matrimonio igualitario

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El obispo de Canelones, Alberto Sanguinetti, aseguró en una columna publicada por la Iglesia Católica que "choca la prontitud parlamentaria para sacar adelante en pocas semanas" para aprobar la "ley del mal llamado matrimonio igualitario".

"¿A qué tanto apuro? ¿Se termina el mundo si otorgan un poco de tiempo? ¿Qué provoca tanta prisa?¿Por qué no dejar discutir a la sociedad? ¿Por qué no dejar oír los argumentos jurídicos, filosóficos, religiosos en torno al tema?

¿Es inteligente, maduro cambiar la institución base de la sociedad sin una reflexión profunda?", se preguntó el prelado.

Reclamó que "aunque continuamente se habla de diversidad, parecería que se quisiera un pensamiento único" y a modo de ejemplo mencionó la discusión en Francia de una ley de similares características y citó un artículo escrito por el gran rabino de ese país, Gilles Bernheim titulado "Matrimonio homosexual, homoparentalidad y adopción: lo que a menudo se olvida decir".

"El gran rabino analiza la liviandad de los argumentos basados en la igualdad, la protección del otro, el amor que se tenga (Podría refutar muy bien al que dijo que el amor es amor y nadie le puede poner límites). Muestra cómo se destruye la familia. En las teorías de ‘parentalidad’, sin generación de padre y madre, prueba cómo los niños pasan de ser sujetos de derechos a simples objetos a los que otros tienen derecho a tener", opina Sanguinetti.

Y citando a Bernheim, añade que "es legítimo preguntarse si el objetivo de los militantes no es finalmente la destrucción pura y simple del matrimonio y de la familia, tal como han sido concebidas tradicionalmente".

"La manipulación de la naturaleza, que hoy deploramos por lo que se refiere al medio ambiente, se convierte aquí en la opción de fondo del hombre respecto a sí mismo. En la actualidad, existe sólo el hombre en abstracto, que después elije para sí mismo, autónomamente, una u otra cosa como naturaleza suya. Se niega a hombres y mujeres su exigencia creacional de ser formas de la persona humana que se integran mutuamente", argumenta citando al papa Benedicto XVI.

Y añade: "Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación. Pero, en este caso, también la prole ha perdido el puesto que hasta ahora le correspondía y la particular dignidad que le es propia (por eso) en la lucha por la familia está en juego el hombre mismo. Y se hace evidente que, cuando se niega a Dios, se disuelve también la dignidad del hombre. Quien defiende a Dios, defiende al hombre".

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