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Uruguaya salvó a una china que se ahogaba mientras todos miraban

Heroica. Se arrojó al agua y se indignó: la gente solo filmaba y sacaba fotos

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RAÚL MERNIES

María Fernanda es uruguaya y vive en Shanghai hace varios meses. El jueves 13 de octubre paseaba por Hangzhou, al este, cuando vio a una mujer ahogándose en un lago. Se arrojó al agua y la salvó, mientras los lugareños tomaban fotografías.

La heroica actitud de María Fernanda Gómez Arregui recorrió los portales de noticias asiáticos la última semana, en medio de un fuerte debate por la falta de solidaridad de los chinos (ver recuadro), sin embargo, la uruguaya aseguró a El País que actuó "como lo hubiera hecho cualquiera".

Según la prensa de China, una mujer de apellido Xia intentó suicidarse en el Lago del Oeste (uno de los más helados de la zona en esta época del año) cuando "una turista extranjera se quitó la chaqueta y se arrojó al agua para salvarla".

El relato del Shanghai Daily recoge lo expresado por los medios de la zona, que aseguran que "la rescatista es una americana de unos 30 años que estaba casualmente en la zona cuando todo ocurrió".

Los relatos son de un guardia de seguridad de un complejo gastronómico y comercial de la zona que aseguró que estaba a punto de arrojarse a rescatar a la mujer cuando la turista lo hizo primero, mientras él se quitaba el uniforme.

Desbordados en halagos, los diferentes relatos del hecho, como por ejemplo el del portal China.org.cn, aseguran que "la mujer nadó más de 20 metros y de una manera muy ágil y profesional tomó a la persona sumergida (a la que solo se le veía el pelo) con un brazo y con el otro nadó hasta la orilla".

Según su propio relato, María Fernanda estaba de paseo por la ciudad y vio una situación extraña.

"Estábamos paseando junto al lago. En una curva vimos a unas diez personas mirando hacia el lago, filmando y sacando fotos a una mujer que estaba vestida dentro del lago, con el agua por la cintura, pero como aquí se ven cosas muy raras, no le di mayor importancia; pensé que estaba pescando", contó la uruguaya, que solía vivir en España pero ahora está en Shan-ghai porque su esposo consiguió un nuevo trabajo.

La pareja vivía en Europa pero la crisis atentó contra sus posibilidades, por lo que salieron de viaje por Asia en busca de nuevas oportunidades. Allí su marido, que es arquitecto, consiguió un nuevo empleo, aunque ella todavía no tiene un trabajo estable.

"Mafe", como ella misma firmó los e-mails que intercambió con El País, siguió con el relato diciendo que "en ese momento llegaba un guardia de seguridad llamando por teléfono, y con un `walkie` en la mano. Pero no hacía nada, solo la miraba de lejos". La situación iba empeorando: "a todo esto, la mujer se iba metiendo más y ya tenía el agua por el pecho, pero todos miraban y filmaban, pero nadie hacía nada", contó.

La explicación de su actitud se resume en esta frase: "Mi adrenalina subió, me saqué la ropa (hacía frío y llovía) y me metí al agua". Esa sencilla y hasta lógica manera de proceder tiene atónitos a los chinos, que aparentemente no se caracterizan por la solidaridad.

"Cuando entré en el agua solo se le veía el pelo", siguió su relato. "Ella iba entrando muy tranquila, incluso cuando llegué hasta ella no hacía nada".

Asombrada, María Fernanda contó que cuando salía del agua, ayudada por su marido y por el guardia que nunca llegó a mojarse, solo recuerda ver "seis o siete cámaras sacando fotos y filmando".

"Empecé a gritar", dijo. "Les dije que se fueran, que una persona se estaba ahogando y ellos solo pensaban en sacar fotos", relató.

En su relato también agrega que no pudo hablar con la mujer, que según los medios chinos intentaba suicidarse por "problemas en su vida", porque no habla chino. "Pero lo único que entendí que me decía era `Gracias, gracias...`. Estaba muy ida y congelada", recordó, diez días después de los hechos.

"Cuando nos íbamos nos cruzamos con la Policía y más guardias de seguridad, y me enteré por el artículo de la prensa que la habían llevado a la comisaría", agregó.

"La verdad es que me pareció muy triste la situación".

La heroica extranjera aclaró que no es rescatista ni hizo cursos de primeros auxilios. "Eso de ágil y profesional es medio relativo. Soy ágil, sí. Pero en realidad yo creo que se quedaron todos pasmados. ¡Y en el mundo de los ciegos, el tuerto es el rey!", bromeó.

En uno de los comentarios de las notas publicadas en la web un lector resaltaba la solidaridad de los norteamericanos. María Fernanda le respondió diciendo "Soy americana, sí, pero del sur. Soy de Uruguay".

Video de niña embestida dos veces dispara debate sobre solidaridad

AGENCIAS

Una niña pequeña que fue atropellada dos veces por diferentes vehículos y a la que ningún transeúnte prestó atención en una ajetreada calle comercial del sur de China murió el viernes, una semana después del episodio. El hecho estuvo seguido de una amarga introspección y un fuerte debate en el país por la repetición en la web del video de seguridad de la tragedia, que muestra cómo varias personas pasan al lado del cuerpo de la niña herida y no le prestan asistencia.

Una enfermera de la unidad de cuidados intensivos del hospital general del distrito de Guangzhou confirmó que la niña de dos años, Wang Yue, murió el viernes por la mañana.

El Hospital General del distrito militar de Guangzhou dijo que la niña murió de insuficiencia cerebral y de otros órganos.

"Sus heridas eran demasiado graves y el tratamiento no tuvo efecto``, dijo a los periodistas el director de la unidad de cuidados intensivos Su Lei.

El penoso suplicio de la pequeña llegó a simbolizar lo que muchos chinos ven como una decadencia en la moral pública luego de décadas de persecución del crecimiento económico.

Los medios estatales dijeron que el padre de la niña estaba trabajando en la tienda de herramientas de la familia en el momento del accidente y que la madre estaba ocupada colgando ropa. Ninguno se percató que la pequeña escapó de su vista. El jueves, Wang Chichang, padre de la niña, declaró al Diario de Cantón (provincia del sur de China donde ocurrió el hecho el 13 de octubre, el mismo día que María Fernanda se tiró al agua) que muchas personas se mostraron conmocionadas por el atropello y la dejadez de muchos testigos que pasaron al lado de la niña sin ayudarla. Durante varios días esas personas se acercaron al hospital donde estaba internada la pequeña para colaborar con modestas cantidades de dinero. Las donaciones llegaron a sumar cerca de US$ 42.000, que según el padre estaban destinados para el tratamiento de Wang Yue y también para otros niños necesitados.

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